MI OMEGA [TERMINADA] [Editando]

Capítulo 4.

Después de un largo día junto al omega, Kai volvió al palacio agotado, había descubierto ciertas cosas del omega, como; Le gustaba todo lo costoso, amaba los regalos en cantidades grandes y le encantaba presumir a lo grande.

Sentado en el sillon de su habitación respiro con alivio, ya no tendría que ver más a Kothar, pero, le hubiera encantado pasar un rato con Sora. Encendió la Televisión, Lufer entro en ese momento observando a su agotado amigo, que, con solo una mirada logro descifrar el por qué de su cansancio.

—¿Largo día con los dos omegas? —Preguntó. Kai lo Corrigió.

—Omega, solo estuve con uno. Sora se fue.

Lufer recordó lo que había hablado con Konny, abrió la boca para decirle a Kai, pero, las noticias captaron la atención de ambos alfas.

—Un joven universitario fue encontrado ahorcado en un callejón de la ciudad —Informo el reportero—. Las autoridades informan qué; él estudiante no es nadie más qué ***** ****** de la familia multimillonaria ******, la  policía no ha encontrado pistas.

Ambos fruncieron el ceño, o través alguien había muerto en manos de aquel asesino que Apareció hace pocas semanas, la policía a tratado de seguirle el paso pero; Nunca encuentran un patrón y el asesino no deja pista alguna. No saben siquiera si es hombre o mujer.

—Maldito —Dijo Lufer. Kai asintió en acuerdo.

En casa de los omegas Sora había regresado muy tarde, sabia que no lo regañarían debido a que no les importaba nada de lo que él hiciera. Se sentó en su cama dejando salir el aire de sus pulmones, miraba el techo distraído hasta que un olor llego a sus fosas nasales, se dió cuenta de la sangre en su ropa, se fue al baño quito sus prendas y entró a la Bañera.

Aquel universitario si que había sido un gran aperitivo, sin embargo; Sora aun tenía hambre, aquello no había sido suficiente, salio de la ducha, tomo el pijama, al colocárselo tomo sus otras ropas cubiertas del liquido carmesí. Bajo con cuidado a la sala, tomo una caja de cerillos, un balde de gasolina y salió.

Virtio la gasolina en la ropa, tomo un cerrillo, lo prendió y lo lanzo en dirección a la ropa. Mientras contemplaba las ardientes llamas del fuego se pregunto; ¿por qué tenía un hambre insaciable? ¿Acaso hizo algo mal? ¿Por qué no podía ser un omega como cualquiera?

Suspiro cansado. Tanto pensar le hacia doler la cabeza, comenzó a caminar en dirección a casa, el viejo basurero de la ciudad el un buen lugar para quemar evidencias, sonrió inconsciente.

La mañana comenzó normal, todo estaba tranquilo hasta qué; La puerta sonó, la madre abrió para ver quien era, pero, nunca se espero ver a la policía ahí.

—Buenas días oficiales ¿En que les puedo ayudar? —Preguntó con un tono dulce y falso.

—Buenos días señorita, Por si no sabe ayer fue encontrado muerto el joven ***** de la familia ****** —Dijo el policía. La madre asintió—. En la escena del crimen encontramos esto.

La madre quedo confundida ante lo que le mostró el policía; en la palma de la mano del oficial se encontraba un brazalete color azul y negro. La mujer lo miro con más detenimiento, no recordaba a ver visto ese brazalete en su vida. A menos que...

—¡Sora! —a grito desde la planta baja. El menor–Quien seguía durmiendo–no presto atención al grito y siguió como si nada.

La madre rechino los dientes y subió al cuarto de su hijo, abrió la puerta de un portazo, el omega peli rojo abrió el ojos viendo a su progenitora, bufo molesto y se levanto.

—¿Que sucede? —Preguntó molesto. La madre le mostró el brazalete—. ¿Y eso?

—Es tuyo ¿verdad? —Frunció el ceño y negó—. Sora no quiero mentiras esto es tuyo ¿verdad? Tu ahorcaste a ese chico.

—Ese brazalete no es mío.

Los oficiales subieron, se asomaron a la habitación y la observaron a detalle, la habitación del omega era roja y negra. uno qué otro toque de blanco, había posters de bandas que amaba el menor, para ellos todo parecía algo fuera de lo normal, porqué; Los omegas normalmente les gustan los colores pasteles y los dulces. Nunca conocieron a un omega con los gustos de Sora.

Aquellas acusaciones de su madre se fueron saliendo de control hasta cierto punto.

—Yo se qué; Tu lo mataste por qué no te quiso dar el dinero que le cobraste —Dijo con falsa triste—. Se que has hecho muchas cosas malas pero, no creí qué, llegarías a tanto.

Sora solo fruncía más el ceño, los oficiales no podían tragarse aquel cuento que inventa su madre ¿Cierto?, ambos se acercaron al menor y lo tomaron se los brazos sacándolo de la habitación hacia el pasillo.

—Sora Inusugui quedas detenido por asesinato —Dijo uno de ellos. El menor no podía creer aquello.

Trato de librarse de ellos, aquel brazalete no era suyo, lo estaban culpando injustamente y los oficiales no iban a ceder ni a escucharlo.

—Malditos omegas, uno les afloja las cuerdas y se descontrolan —Dijo uno de ellos. al llegar a la puerta se escucho un grito de molestia.

—¡¿Pero qué esta pasando aquí?!