cap 1/2

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Si nos vamos a casar, eso es seguro; lo que todavía no sabemos es cuando,ni dónde vamos a vivir.

Es que a Roberto le ofrecen un buen trabajo en Michoacán mucho mejor que el que tiene en el periódico donde trabajan mi mamá y el.

Aquí Roberto, es reportero; aya sería subgerente.El sueldo y las prestaciones son mucho mejores,pero no sabemos que hacer.Es que tendríamos que dejar a Lucero,y eso es lo que no nos gusta.Roberto y yo estamos muy acostumbrados a ella y ella a nosotros.

Aunque el plan sería venir lo más seguido posible y llevarnos a Lucero con frecuencia,pero ya no sería lo mismo;Michoacán no está a la vuelta de la esquina.Allá, también me ofrecen un trabajo más o menos bueno; lo digo más o menos porque no me gusta mucho aunque pagan bien.Es una compañía muy importante, pero a mi me interesa la psicología clínica, y no laboral.

Lo de casarnos en abril depende también de Lucero ; es que todavía está un poco delicada.Total estamos hechos bolas...

Cuando le dijimos a Lucero que nos ibamos a casar y que tal vez nos fuéramos a vivir a Michoacán, casi se me rompe el corazón. Oi ruidos en el comedor: un lento, pero firme teclear en la máquina de escribir de mi mamá; me extrañó, por que mi mamá no estaba. Me asomé y le vi dándole a las teclas con todas sus fuerzas.

Me acerqué y tenía sobre la mesa una tarjeta que me había dado Roberto y estaba copiando de ahí, según ella, las letras de mi nombre.

-A... l... e... l... i... t... a- decía en voz alta cada letra que ponía, aunque en realidad escribía otra cosa.

-¿Que haces?- le pregunté

Ella saltó del susto.

-¡Olita lejo tu tajeta en su lugar! ¡No voy a quesescomponel la máquina! ¡Lo toy haceno con quidado!¡No te vas a enoja comigo Alelita!-me contesto con voz ronca y apuntó de llorar.

Me dio mucha ternura y también me senti culpable por que se que aveces me desespero y la regaño. La acaricie el pelo y le dije que no me estaba enojando, que sólo quería saber que estaba haciendo.

-toy paticando-me dijo y siguió, con sus manitas regordetas y sus dedos cortos, imprimiendo las supuestas letras de mi nombre en el papel que había metido todo chueco en la máquina.

-¿Y que es lo que prácticas?-le pregunté.

-¿No sabes lelo?-replicó sin dejar de escribir y decir las letras al hacerlo: A... l... e... l... i... t... a...
-¿Y para que eescribes mi nombre?-insistí

-no toy esquibiendo tu nombe- se limpió la nariz con su ppañuelo que mi mamá le pone siempre, prendido con un seguro, en la ropa, ala altura del pecho.

Mi paciencia se estaba acabando

-y que es lo que prácticas-

-¡ay, pes tu nombe!-respondió y siguió escribiendo

Atados a una estrella Donde viven las historias. Descúbrelo ahora