One shots yaoi MLB

¡Feliz Navidad! [Lukadrien-Marcaniel]

--Buenos días, chicos, en el día de hoy sabremos oficialmente que nos toco hacer como obra de caridad para esta navidad de este año. Como es costumbre en la institución, a cada curso por medio de un sorteo se le asigna una actividad como obra de caridad para así no solo hacer que los estudiantes crezcan académicamente, sino también buscar que tengan un sentimiento de bondad y de querer ayudar a los demás. Esa es la intención y razón principal. --hablo la profesora y explico ante sus estudiantes mientras caminaba por la estancia.

Todos la miraron atentamente, unos interesados y atentos a lo que harían, otros inconformes y en contra de tener que hacer eso por una nota, y finalmente otros totalmente desinteresados y que todo básicamente les daba igual.

--Chicos, me alegra decirles que en esta oportunidad... --guardo silencio y saco de su bolso un papelito que abrio frente a sus estudiantes y por el cual sonrio al ver que decia --¡iremos al ancianato!

--¡ah...! --suspiraron al unisono varios de los presentes, con desánimo y aburrimiento ante tal tarea.

--Oh, cielos chicos, esta es un grandiosa tarea, nos encargaremos de repartir sonrisas y felicidad a esas personas de edad a las que les carece debido a su edad y la falta de emociones --respondió a sus suspiros mientras se cruzaba de brazos y los miraba nuevamente, le molestaba e incomodaba la actitud de sus estudiantes y estaba preparandose mentalmente para darles un discurso motivador, pero era más que consciente de que de igual forma no funcionaría al 100%, así que se resignó a solo tomar un cuaderno de su bolso y llamar a lista para luego pedir que ideas tenían para la navidad en el ancianato.

--Lo primero sería llevarles comida y bufandas, pienso yo --

--Muy bien Alix, ¿Alguien más?

--En ese caso, yo me ofrezco a llevar algunas galletas y buñuelos.

--Pero, Marinette asegurate de esta vez traer las cosas, ¿No crees? --atacó Cloe a Marinette.

Marinette mostro rabia en su rostro, para después poner los ojos en blanco e ignorar a la rubia que siempre la molestaba. Ya estaba acostumbrada a sus comentarios, y no haría una escena en media clase por su culpa, mantendria la calma y seguiría participando.

Mientras, Adrien escuchaba a la profesora atento, era la primera vez que hacia algo así, pues su padre siempre donaba fondos a orfanatos y él se encargaba de ir a esos lugares y tomarse fotos como evidencia de su obra de caridad, pero de eso no pasaban las cosas, así que básicamente le alegraba el hecho de hacer eso con verdaderas intenciones sinceras y con la oportunidad de pasar tiempo con las personas a las que ayudaría en su noche navideña, así que por fin pasaría una noche sin frío y encerrrado en su cuarto, esta vez estaría acompañado y hasta estaría junto a sus amigos.

[...]

Los días pasaron y las horas corrieron, el tiempo de espera había acabado y finalmente el glorioso 25 de diciembre habia llegado, llenando sus calles de niños felices, con ropas nuevas y pasandola de maravilla visitando el pesebre, el arbol, las luces y cantando los villancicos como todo un coro al saberse la letra y tomando con alegría la mano de sus madres o padres.

Ese mismo 25 de diciembre inundo de gozo y festividad a todo Paris, tocando los corazones de los enamorados con su tradición del muerdago, a las familias con sus cenas navideñas, a las iglesias con sus canticos de agradecimiento por llegar hasta el último mes del año y por poder disfrutar de esa celebración.

En fin, la navidad se sentía hasta en la brisa de aquella tarde, que consigo traía pequeños copos de nieve y provocaba escalofríos en los estudiantes de un curso de la escuela Françoise Dupont, que cargados de bolsas con regalos y comida caliente en termos y envases que resguardaran el sabor y calidad de la comida, caminanban al compás juntos, algunos cantando villancicos y otros conversando; ya que en si, los temas de conversación no faltaban en ese grupo, y menos con la presencia de dos chicos de cursos diferentes, pero a los cuales les intereso la actividad y voluntariamente quisieron unirse a ella y más, porque en su interior querían estar cerca de las personas por las que sus corazones latían con afán, afán de hablarles y hacerlos sonreír o de incluso solo ir a sus lados. Que buena oportunidad pensaron que tenían, uno acertaba al pensarlo, al otro las cosas le cambiarían.