1. Histoire.

189 16 3
                                    

1884.

El estruendo se podría escuchar a 130km de distancia, ¿Exageración? Quizás.

Y ahí me encontraba observándolo mover unas cuantas cosas, después de un tiempo, se dió cuenta de mi presencia, como lo esperaba.

– ¿Qué se necesitas ahora Kim?

– Cállate, no tienes derecho a decir mi nombre.

– Ya, ¿Qué quieres?

– Sexo, ¿Podemos? Digo... Aún no estás tan jodido, ¿Qué edad tienes...? ¿31? ¿32?

– Lárgate de aquí, ¿Quieres?

– Cómo debería llamarte? ¿Bèrenger Saunière? O... ¿SeokJin?

– Cierra la boca.

Y pensé, ¿Cómo se sentiría entrar en este párroco? Jóven... Demasiado grande para mí, pero ah, es sexy, no puedo negarlo.

– ¿Qué quieres de mí?

– De ti...– Repetí.– Todo.

Él empezó a correr y yo quería jugar así que caminé.

– Es estúpido que huyas, ¿Sabes?

– ¡Vete!

– Tienes un buen culo.

– ¡¿Por qué a mí?!

– No llores, tú sabías perfectamente la historia de este pueblo y aún así no te importo, ¡¿Quién en su puto sano juicio vendría aquí?! Solo tú, idiota.

Siguió corriendo escaleras abajo, abajo solo hay un largo pasillo, a final de esté, un cuarto pequeño, abajo ya no hay salida.

– Por favor vete.

– Eres demasiado lindo para llorar así, no te voy a matar joder, te necesito por un largo tiempo, tú morirás por tu propia cuenta.

Finalmente, entro a ese cuarto, ¿Qué hay adentro? Una cama, un escritorio, cuchillos quizás, ratas, no lo sé, hace 200 años no entro a ese lugar.

– Abre.– Toqué 3 veces la puerta.

Solo escuché cosas moviéndose por todos lados.

– Deus autem satanas opus manus inferos.– La puerta se abrió lentamente.

"gratias ago" pensé.

– ¿Qué mierda haces?

Sostenía un cuchillo con ambas manos, apuntandome a mí con eso.

Sus ojos llenos de lágrimas demostraban temor, temía de mí.

– Vete o yo mismo me encargaré de matarte.

– Inténtalo.– Cruzado de brazos le miré a los ojos.

Pero este ni siquiera se movió, no pensé mucho.

Di un paso hacia adelante.

Él uno hacia atrás.

¿No estará cansado ya de huir?

– Deja de jugar, es estúpido.

– ¡Déjame en paz!– Gritó.

Caminé hasta llegar frente a él, y era de esperarse que clavara el cuchillo en mi estómago.

Le miré de nuevo, estaba llorando demasiado, su mirada hacia abajo.

– ¿Miras mi pene?

– Jódete.

♯Asmodeus The Demon Of Lust | TaeKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora