|| Capítulo 1 ||
"El inicio siempre marca el comienzo de algo maravilloso."
. . . . .
Inicio como un día común, habia despertado temprano para iniciar con sus labores estudiantiles. Tenía que presentar su servicio social para tener puntos extra en su calificación, ademas de que todos los estudiantes de su curso también debían hacerlo.
No tuvo problemas en presentar su servicio en su antigua escuela secundaria, pues su amiga le ayudo en eso y la directora acepto con gusto que presentará su servicio allí. Todo bien, las chicas de secundaria se acercaban a él a coquetear o pedir su número de teléfono, cosa que él les daba con gusto, ¿Qué mejor que estar rodeado de chicas?
- Tan temprano y ya estas coqueteando, ¿No tienes vergüenza? -*Observó a su amiga quien le veía de brazos cruzados con una sonrisa*.
- Es mi profesión -*Alardeo burlón y observó confuso al chico que se encontraba detrás de su amiga*. ¿Quién es él?
La chica castaña volteo a donde el chico señalaba y sonrió para ponerse a un lado del chico al que aún no presentaba de manera formal.
- Él es Angel, también viene a presentar su servicio -*Dijo posando una mano en el hombro del chico que solo era siete centímetros mas alto*. Angel. Él es Luis, el amigo que te conté que vendría a presentar su servicio aquí.
- Si, sé quien es, lo vi coqueteando con varias chicas -*Hablo observando con desdén al chico de ojos verdes, personas como él le desagradaban*.
Y aquel tono de desagrado que usó al momento de decirlo, no paso desapercibido por el chico frente a él, pero no le tomó importancia, después de todo.
No era monedita de oro para caerle bien a todos.
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(...)
Llegó a su hogar despues de estar todo el día en la secundaria, apenas la directora firmó su asistencia en el servicio y tomó sus cosas para ir a su casa. Después de estar ahí tenía que alistarse para ir a la preparatoria a seguir con sus clases.
Si, asi era la complicada vida de un estudiante de preparatoria, casi estudiante de universidad.
- ¿No vas a comer? -*Preguntó su madre al ver que cargaba su mochila en el hombro, listo para salir*.
- No, ya voy tarde -*Terminó de colocar la mochila y se acercó a su madre*. Nos vemos en la noche -*dio un beso en la mejilla de su progenitora y antes de salir alboroto el cabello de su hermana quien se quejó*.
Caminó por las calles saludando a unos cuantos compañeros que pasaban por ahí. Al llegar a la entrada observó a su novia acercarse a él, sonrió ladino y la saludó con un beso.
- ¿Cómo te fue en el servicio? -*le preguntó con un tono fingido de interés que él notó*.
- Bien había chicas muy lindas -*Su pareja le miró molesta, cosa que no le importó pues ella era tan importante para él como una piedrita en el zapato*.
¿Por qué seguía con ella? Pues tenía que durar una semana máximo si quería ganar una apuesta.
Además, la chica era una materialista, si él no cortaba con ella, ella lo haría con él en cuanto viera otra billetera con piernas. No sería la primera o última vez que lo hiciera, la chica tenía una mala reputación que la llenaba de orgullo.
Por eso él no disimulaba cuando veía a otras chicas, como lo hacia ahora. En su transcurso al baño ya habia hablado con cada chica que pasaba por allí.
Soltó un quejido por lo bajo cuando chocó con alguien, cosa que solía pasar a menudo pues se distraía con facilidad.
- Perdón -*Se disculpó la otra persona con molestia*.
Bajo la mirada encontrándose con el mismo chico que conoció ese día. El chico por su parte observó molesto al castaño de ojos verdes, quería llegar a su aula y el otro no se movía ni un milímetro para que pudiera salir del baño. La puerta no era muy ancha y el chico frente a él la acaparaba, hasta que no se quitará de ahí podría salir.
- ¿Me das permiso? -*Pidió algo molesto*.
- Pidelo de buena manera y ya veremos -*Condicionó encogiendose de hombros con una sonrisa ladina*.
- Si no te quitas por las buenas voy a quitarte por las malas -*Advirtió con seriedad*.
¿Acaso le estaba amenazando?
Vaya que ese chico era un amargado, pero bueno, le comenzaba a agradar el verle molesto.
- ¿Me estás amenazando? -*Cuestionó arqueando una ceja*.
- Tomalo como quieras. Pero no quiero tener retardos por culpa de un idiota...
- Mira como no me quito -*Siseo recargandose en el marco de la puerta*.
- No estoy bromeando. Quítate -*Ordenó frunciendo el entrecejo, dando un leve empujón al chico en la puerta*.
- Ya, que chillón eres -*Se quitó*. Pase princesa, no vaya a llegar tarde al baile -*Hizo una reverencia dejando al ya enojado chico pasar*.
- Jódete...-*Levantó su dedo de enmedio y salió del baño*.
El de ojos verdes sonrió. Como disfrutaría de hacer enojar a ese chico, sería interesante, despues de todo él comenzó eso cuando su amiga los presentó.
Ese chico de ojos oscuros, no le agradaba. Y él sabía que el sentimiento era mutuo.
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Closet
Ficção AdolescentePorque las palabras salir del closet suenan sencillas, pero no lo es tanto el ejecutarlas. Es un largo proceso al igual que el definir tú sexualidad. Suena sencillo, simple, fácil, pero no le es en lo absoluto. Para algunas personas sí, para otras n...