El noticiero cuenta la historia de la nena de solo 13 años, Martina se llamaba, que volvía del colegio a su casa y se ve por unas cámaras que hay cerca de la plaza Almafuerte como la arrastraban de los pelos hasta una camioneta Kangoo. “Que hijos de puta” estoy acostumbrado a escuchar a mi mamá decir mientras menea la cabeza hacia ambos lados y pone los brazos en jarra.
-¿Cuando van a dejar de matar a las chicas?- me pregunta indignada- No se puede salir a la calle tranquila.
Y es verdad, no se puede salir a la calle tranquila, si en cada esquina hay alguien que quiere agarrarlas y violarlas en la vereda, si cada vez que escuchan una moto se les pone la piel de gallina y le ruegan a dios que porfavor sea alguien del delivery, muchas de mis compañeras se preocupan cuando llega la hora de volver a casa, “Y si me siguen hasta casa” siempre dicen.“Ya fue” me repito mientras salgo de la cocina, de esto en una semana no se habla más, la gente ya está acostumbrada a que pasen estas cosas, con Magdalena paso lo mismo “Ni una menos” repetían los medios con el caso de esta chica que fue secuestrada cuando salía a dar una vuelta un Domingo a la tarde, la habían agarrado, violado, matado y después la tiraron en la ruta. El camionero se había llevado una sorpresa cuando después de atropellar el cuerpo se dio cuenta de que era ella, Magdalena, “Pensé que era un perro muerto cuando lo vi, y no llegue a esquivarlo” decía todo el tiempo enfrente de las cámaras de TN.
Siento un poco de preocupación cuando agarro las cosas del colegio para salir a la calle y aunque se que esas cosas no pasan con gente como yo me siento mal igual. Entro al salón pasando desapercibido y me siento en el último lugar de atras de todo a la izquierda, donde nadie me venga a romper las pelotas y pueda ver a la profesora mientras explica. Escucho como algunas compañeras comentan el caso de Martina y no logro aguantar.
Viste boluda- Le decía Cami a Felicitas- que desastre de país, ayer era Lucía, hoy Martina, ¿Mañana quien va a ser? ¿Nosotras?
Nose Cami, pero yo aprendí a que no hay que confiar en nadie, ni en estos pelotudos que tenemos como compañeros- Lo ultimo lo dijo en susurro- Algunos tienen una pinta de violines…
Naa, estas flasheando- Camila se reía mientras le daba un empujón
Si boluda, no es joda. ¿No te enteraste de lo que pasó con Nicolás? Al parecer tocó de más a una mina que conoció el otro dia en el boliche. Supuestamente el “estaba borracho” y no se acuerda entonces dice que él no hizo nada. No le creo una mierda
Jodeme- casi gritó la rubia- si aca en el salon tienen todos una pinta de buenos. No creo que él lo haya hecho Feli eh, yo lo conozco a Nico, él no es así.
Yo lo vi Cami- Felicitas le contestó agarrandole las manos- Pero no digas nada, porfa, me da mie...
¡Hola chicos ¿como estan?- Miriam, la profesora, entra y todos incluyendo las chicas se dispersan y se sientan en sus lugares.
No presté atención en ningún momento, estuve todo el día pensando en la mierda que habían dicho las chicas cuando estaban hablando de esos temas del orto que la gente no para de meter en todas las conversaciones. Los domingos entre familia se habla del tema, los sábados antes de salir, en la semana en clase siempre hay un pelotudo que tira el comentario. Esto de los femicidios, el aborto legal y el lenguaje inclusivo es algo que ya se incorporó en el país, es un virus, una epidemia.
Tengo que hacer algo con esto, no puede ser que siempre la mujeres se salen con la suya, últimamente los medios están todo el tiempo defendiendolas a ellas y no a nosotros. No es nuestra culpa que ellas vayan a fiestas con la pollerita por arriba del culo, que se metan en casas de pibes que conocieron esa noche o que vuelvan caminando a sus casas caminando a las 11 de la noche con las calzas del gimnasio que son tan apretadas que se les marca todo el orto, mas en esta zona de Glew, ya desaparecieron dos chicas este año en el barrio.
¡Eh, Nico!- Lo abrazo por atrás y empezamos a caminar juntos al patio
¿Qué haces loco?- me pregunta sonriendo- ¿Qué pasó que ayer no viniste al colegio? Te tengo que contar algo, me mande una macana.
Ya se boludo, escuche a las chicas hablando- Le comento preocupado- mira que Felicitas sabe todo, te vio.
¿Cómo? Uh, ahí hay que hacer algo- me termina diciendo mientras nos sentamos con los demás pibes.
Estuve pensándolo demasiado y al salir del colegio me desvío completamente antes de ir a casa yéndome para el lado contrario. Estoy con el auto y en esta zona de Glew no hay mucho tráfico, directamente ni hay gente asique voy tranquilo. Una cuadra, dos, tres, se hacen 10 y no hay un alma en la calle. Aprovecho la oportunidad que tengo para hacer lo que vine a hacer. Al principio me arrepiento de sobremanera cuando la veo ya asustada, caminando super rapido y haciendo un ruido molesto con las llaves que tiene en la mano, nerviosa.
“¿Cuando van a dejar de matar a las chicas?” La voz de mi mamá hace eco en mi cabeza, los llantos no me dejan pensar y mis nervios tampoco ayudan a que esté tranquilo. Dale nene, me digo, dale que ya lo habías hecho antes y nunca estuviste así de nervioso, ¿A vos que te importa? Hoy felicitas, ayer Carola, hace un año Gabriela ¿A vos que te importa? Me repito
Tengo el palo en la mano, no puedo parar, la sangre sale por todos lados y sigo escuchando los gritos que ahora son desgarradores sollozos que me piden que pare, y aunque quiera parar no puedo, no puedo dejar que cuente algo, no puedo hacerle eso.
La miro preocupado, ya se callo, ahora solamente mira fijo para la ventana que da a la calle de la casa abandonada en donde estamos, a dos cuadras de su casa. Agarro el celular del bolsillo del pantalón y llamo
Hola amigo, ¿Qué pasa?- Me responde Nico
Ya lo solucione lo de Felicitas maestro- Le digo orgulloso- Ya no te preocupes de nada
¿Qué hiciste pelotudo?- Me pregunta ¿Desconfiado?
La callé. Ya está. No va a hablar más, ya no puede
¿Cómo que no puede Santiago? ¡¿Qué hiciste?!
Corto la llamada, mañana le explico. Ahora no puedo“Que hijos de puta” de vuelta la voz de mi mama se apodera de mis pensamientos y pienso en las demás, en sofía, Raquel, Catalina. Si la verdad, que muy hijos de puta. De repente me doy cuenta, la casa de Feli está a dos cuadras. En dos semana se va a empezar a sentir el olor a podrido y van a venir a buscarla acá.
Mejor la tiro en la ruta, o al río, o me voy 10 cuadras para arriba y la meto en el basurero, lo que venga primero, la família no va a querer verla muerta, no van a querer verla a ella arriba del charco de sangre, no van a querer verla abierta de piernas con un palo en el medio, mejor la escondo, si, mejor la escondo así no tienen que sufrir viendo la expresión de su hija de miedo. Viste ma, no soy tan hijo de puta
Camila también lo sabe me recuerdo, felicitas le contó. Necesito más tiempo sino van a sospechar demasiado. Dos mujeres del mismo colegio en el mismo año, el mismo dia, no, hoy no. Igual, de esto en una semana no se habla más, me tranquilizo. De esto en un mes ya es historia, historia vieja. Un mes, un mes tengo, dale Santi, solo tienes que mantenerla callada un mes, después de eso, la seguimos hasta la casa.
Por dios, ¿Cuando vamos a parar de matarlas?
ESTÁS LEYENDO
Mad Women
Cerita PendekCuentos cortos de suspenso que siempre tienen a la mujer como protagonista Saca tus propias conclusiones... La historia no esta editada, tiene algunos errores. Pero en cuanto la pueda tener redactada de la mejor manera lo voy a actualizar. Gracias p...