lA CAPIIIIIIII

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Hace mucho tiempo, en una galaxia muy- oh, espera, eso no es.

Érase una vez una niña pequeña y sádica, también algo coqueta pero eso no es lo que más resalta. Todos los que la conocían la querían mucho, pero no más que su abuela.

En una ocasión su abuela le regaló una caperuza de terciopelo rojo. A la niña le gustaba tanto y le quedaba tan bien que no quería ponerse otra cosa la muy cochina; y por esta razón la empezaron a llamar Caperucita Roja.

Un día su madre le dijo:

-Mira Caperucita, toma este trozo de pastel junto con esta botella de vino y dásela a tu abuela la borracha. En este momento se encuentra muy débil y enferma, y conociéndola esto la reanimará. Solo no te apartes del camino y cuida que no se rompa la botella. Anda, ve ya.

La abuela vivía bastante lejos, cosa que fastidió a la niña. Al llegar al bosque, el lobo feroz saltó enfrente de su cara y casi la tira, pero al ser tan confiada e incapaz de reconocer el peligro al que se enfrentaba no temió de él.

-¡Buenos días, pequeño bocadillo!-le dijo el lobo con hambre y satisfacción reflejada en su mirada.

-¡Buenos días, señor lo-¡ espera, ¿qué?

-Nada, ¿adónde te diriges tan temprano?

-A ver a abuela –recalcó la niña-

-¿Qué llevas en esa canasta tan bonita?

-Comida y bebida para mi abuela; ha estado muy enferma y necesita algo con que fortalecerse.

-Dime, pequeña, ¿dónde vive tu abuela?

-Pues todavía queda camino por recorrer; su casa se encuentra bajo las tres encinas, pero ¿Por qué me preguntas eso? No irás a hacer algo malo ¿verdad?

-No, solo es curiosidad :D

-Ah, bueno :D

El lobo pensó "Vaya ofertón. Esta joven será un buen bocado, mucho más que esa vieja pasa. Tendré que ser listo si quiero atrapar y tragarme a ambas... Ya valí ma-"

-BUENO, me voy ya –dijo Caperucita Roja interrumpiendo sus pensamientos y censurando la escena.

-¡Espera! ¡Déjame acompañarte!

Y así es como Caperucita y el lobo emprendieron el camino. Caminaron juntos durante un rato mientras al lobo se le ocurría un plan, y así fue.

-Pequeña, observa las bellas flores y escucha el melodioso cantar de los pájaros, ¿No sería mejor corretear por el bosque por un momento? Con lo mucho que ha de quererte tu abuela estoy seguro de que comprenderá tu tardanza.

Caperucita Roja abrió los ojos y se puso atenta al paisaje, y al ver como los rayos del sol le daban un aspecto glorioso al lugar, y cuántas preciosas flores había, pensó: "Si llevo a la abuela un ramo de estas hermosas flores se alegrará, además, la vieja esa me debe un descanso por todo el camino que tengo que recorrer para llegar a su casa. Y todavía es bastante temprano así que llegaré a tiempo". Y, olvidándose por completo de lo peligroso que era el bosque como cierto lobo, se adentró en el bosque en busca de flores. Mientras veía más y más flores, pensando que más allá habría otra mejor, se internó cada vez más en el bosque. Aprovechando el bug, el lobo se marchó directamente a casa de la abuela y casi tumba la puerta a golpes.

-¿¡Quién es!? –preguntó la abuela harta del escándalo.

- Soy Caperucita Roja, te traje pastel y bebida embriagan- digo, vino; ábreme.

- ¿Qué acaso no te dijo tu madre que me encuentro mal? ¡Solo gira el picaporte! –gritó la abuela.

-Pero vaya par de pulmones tienes para gritar –murmuró el lobo algo enfurruñado.

El lobo giró el picaporte, la puerta se abrió de par en par, y sin pronunciar palabra alguna, fue derecho a la cama donde se encontraba la abuela y se la tragó de una. Fue así que se puso las ropas de la abuela, se colocó su gorra de dormir, cerró las cortinas, y se metió en la cama.

Mientras tanto, Caperucita Roja se había dedicado a recoger las flores que más bonitas le parecían, al punto de no poder llevar ni una más; entonces se acordó de su abuela y se apresuró a llegar a su casa. Se sorprendió al encontrar la puerta abierta y, al entrar al cuarto, le parecía tan extraña la situación que pensó: "Por alguna razón siento miedo hoy al estar aquí, cuando normalmente siempre me alegró cuando veo a la abuela... Pero, aunque presienta que algo malo está pasando, ¿Por qué no voy a investigar? :D". Y dijo:

-Buenos días, abuela.

Al no recibir respuesta se acercó a la cama y abrió las cortinas; ahí se encontraba la abuela, con la gorra de dormir bien calada en la cabeza, y un aspecto extraño.

-Oh, abuela, ¡tienes las orejas tan grandes como las de un lobo! :0

-Son para poder oírte mejor.

-Oh, abuela, tus ojos han perdido el aspecto humano y ahora parecen los de un canino grande, en resumen, ¡qué ojos tan grandes tienes! :00

-Son para verte mejor.

-Oh, abuela, ¡tus manos ahora son patas con garras gigantes! Ehh no, ese no era el diálogo –dijo Caperucita rompiendo la cuarta pared- Perdona, ¡qué manos tan grandes tienes! :000

-Son para ¿agarrarte mejor?

-Oh, abuela, ¡qué boca tan grande y tan horrible tienes! ¿Qué acaso no usas Colgate? >:0

-¡ES PARA COMERTE MEJOR, MALDI-¡

-¡aaAAHHH!

Y así, interrumpiendo el grito de Caperucita Roja, saltó fuera de la cama y devoró a la niña.

Cuando el lobo sació su apetito, se tumbó en la cama como borracho en pleno desmayo y comenzó a dar sonoros ronquidos. Y, quizá con demasiada coincidencia, el cazador pasó por delante de la casa y pensó: "¡Vaya estruendo hace la anciana!; mejor entro sin su permiso en casa ajena y miro como haría cualquier persona normal, no vaya a ser que casualmente le esté pasando algo". Entonces entró a la casa e irrumpió en la habitación, y al acercarse a la cama, vio al lobo durmiendo plácidamente.

-¡Mira dónde vengo a encontrarte, viejo pecador! –dijo con sorpresa-;hace tiempo que te busco.

Entonces le apuntó con su escopeta, pero usó su sentido común y de pronto se le ocurrió que el lobo pudo haberse tragado a la abuela y quizá todavía podía salvarla. Así que no disparó y en su lugar agarró unas tijeras y comenzó a abrir la barriga del lobo, el cual era tan anormal que no sintió dolor alguno y siguió tan dormido como un paciente anestesiado. Al dar un par de cortes, vio la roja caperuza; dio otros cortes más y salió la niña diciendo.

-¡Vaya susto he pasado! Aunque su estómago ha de ser asombrosamente gigante como para que dos personas enteras quepan dentro ;0;

Y después salió la abuela, viva pero con dificultades para respirar. ¿Recuerdan que describí a la niña como una sádica? Pues con esto sabrán el porqué. La experiencia traumática de ser tragada por un lobo transformó a Caperucita Roja de un momento a otro y se le ocurrió una idea perfecta. La chiquilla trajo varias piedras de buen tamaño y las colocó dentro del estómago del lobo, quien despertó unos momentos después he intentó salir corriendo, pero el peso de las piedras le hizo caer al suelo, se estrelló de manera tan fuerte que murió al instante.

Los tres estaban contentos. El cazador learrancó la piel de un tirón al lobo y se la llevó a casa. La abuela se comió elpastel y se bebió la botella entera de vino que Caperucita trajo y la niñapensó: "No volveré a apartarme del caminoy a adentrarme en el bosque cuando mi madre me lo haya pedido, aunque hedemostrado que puedo defenderme sola y deshacerme de mis atacantes de manera...fácil".    

Caperucita Roja La SádicaWhere stories live. Discover now