Prólogo

146 17 7
                                    

—¿¡COMO QUÉ TRABAJAR!?— le reclame en voz alta a mi mamá al mismo tiempo que me sentaba de golpe en el sillón en el que hace unos minutos estaba cómodamente acostada.

—Jazmín, tu cuota de internet paso el limite de este y los próximos dos meses— me gritaba mi madre desde la cocina, mientras calentaba una pizza congelada en el microondas a lo que ella llama "cena" —no puedo gastar mas dinero en ti, ya tienes diecisiete años y puedes conseguir un trabajo—

—Pero mamá soy menor de edad. ¡Al menos estas viendo la ropa que traigo!— exclame mientras le mostraba la remera que llevaba con un perrito jugando basquetball dibujado en el frente.

Ni por todo el oro del mundo trabajaré, ya es suficiente el esfuerzo que hago todas las mañanas para ir a la escuela y tratar de tener unas notas aceptables ¿Y ahora quiere que trabaje también? Yo digo no gracias

Pero hacerla cambiar de opinión a mi querida madre no es tan fácil después de que se aferra a una idea —creo que ella no es la excepción— pero se exactamente que hacer, la enredare en su propio juego.

—A menos de que encuentres un trabajo que acepten menores de edad no lo haré— me cruce de brazos y me recoste sobre el sillón mirando a mi mamá con cara de desafío.

Ya salí del pozo.

—Me alegro de que digas eso— ella salio de la cocina acercándose hacia mi y mirándome con gracia —tu abuela, la mamá de tu padre tiene una floreria en el centro de la ciudad y necesita a alguien que la ayude. Le comente sobre ti y le agrado la idea además, podrás pasar mas tiempo con ella—

Y me meto en otro.

No veo a mi abuela desde que mis padre firmaron la carta de divorcio. A pesar de eso ella y mi mamá siguen viéndose y armando complots para terminar con mi vida relajada de adolescente.

—Pero mamá, no— suplique haciendo un puchero y juntando ambas manos en forma de piedad.

—Jazmín Emilie Willians— llamo con esa voz autoritaria que me pone la piel de gallina —o trabajas en el negocio de tu abuela o despidete del Wi-Fi en esta casa hasta ser mayor de edad—

—Pensándolo bien no me falta tanto para cumplir dieciocho años— dije mientras miraba mi costado derecho con los ojos entre cerrados.

—¡JAZMÍN!— llamo de nuevo mi mamá haciendo que pegue un pequeño saltó.

—Como tu digas— conteste mientras lanzaba una mufa.

—Que obediente— dijo dándome unas palmadas sobre mi cabeza a lo que yo mire con molestia —mañana hablare con tu abuela sobre tus horarios— dio media vuelta volviendo a entrar a la cocina con el orgullo de haber ganado esta batalla.

Genial, ahora tendré que ir a trabajar a una floreria con una abuela que no veo hace mas de ocho años y cargar con una nueva responsabilidad solo por haberme excedido con la cuota de internet de este mes.

—¡AHGGGGGG!— grite acostándome bruscamente en el sillón tapando mi cara con una almohada para que no se escuche por todo el vecindario mi desesperación.

Malditas flores.

Fecha de publicación: 21/01

Malditas flores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora