Los amigos de Nina (Parte 1)

2 0 0
                                    


Cuando era pequeña, andar en bicicleta era el pan de cada día, aunque solo podía darle vuelta a la cuadra, me entretenía bastante. Me acuerdo cuando dejé los triciclos y tuve que manejar mi bicicleta por primera vez, estaba muerta de miedo, me veía cayendo de boca y rompiéndome algo importante, pero por mágico que parezca, la manejé bien a la primera, nunca me caí, hasta mi mamá estaba sorprendida. -Esta niña tiene talento- Escuché decirle a mi papá. Fue un momento muy feliz, me sentía destinada a la vida con mi bici. Por si lo quieren saber, mi nombre es Nina

A los 11 años, me cambié a una pequeña ciudad, lo primero que hice fue andar en mi bicicleta.Llegué a una plaza cercana, no estaba muy llena, y me sentía cómoda teniendo un lugar tan amplio, hasta que vi a un grupo de personas andando en bici como yo, pero estas no estaban en la plaza, sino en la calle que la rodeaba. Había un niño gordo detrás de ellos, este los seguía caminando.

Ellos se estaban acercando donde me encontraba yo, poco a poco me di cuenta que se acercaban específicamente a mí, entonces los tuve al frente.

Eran 6 niños, ni una chica, todos parecían tener la misma edad, rondando la mía, a excepción de dos que debían tener 6 o 7 años.

-Tú bici es muy buena- Dijo uno de los pequeños. Se llamaba Fabián.

-¿Y ustedes quienes son?¿Una pandilla?- Pregunté bromeando.

-Así es- Dijo un niño con cara de pocos amigos. Entonces se acercó el niño gordo que andaba a pie.

-Oye, ¿Me prestas tu bicicleta?- Esa pregunta me dio miedo, a pesar de ser el único a pie, no parecía ser una persona débil, al contrario, sentía más seguridad en el que en los otros.

-Está bien- Respondí, y le presté la bicicleta. -¿No te importa que sea rosada?- Le pregunté.

-En lo más mínimo- Me dijo. Entonces se puso a pedalear y se alejó de donde estábamos. Esperé en el fondo de mi corazón que no me la fuera a robar. Entonces eso niños me hablaron, eran personas muy simpáticas, excepto el que tenía cara de malo, obligaba a callar a los más chicos, diciendo que no tenían opinión, entonces le dije que era muy injusto, y él me dijo:

-No te metas en lo que no te importa-

Pero fuera de eso, la pasé bien, llegó el niño con mi bicicleta, me lo agradeció bastante, y entonces me invitó a unirme. El pesado, que se llamaba Gabriel, dijo que no debía entrar porque era una chica, pero uno me defendió, se llamaba Javier. Así fue como me uní a esa pandilla, aunque a decir verdad, éramos simplemente un grupo de amigos que iban en bici y hacíamos travesuras.

Mis 6 nuevos amigos eran, Javier, los dos niños chicos que se llamaban Fabián y Raimundo, Gabriel, el pesado, Daniel, el niño gordo que resultó ser el líder y Fernando. Recuerdo que en los primeros días, unos niños estaban jugando ring ring raja, y nosotros teníamos la misión de detenerlos, porque estaban molestando a nuestros padres. Después de detenerlos y amenazarlos, en un rato más nos pusimos a hacer lo mismo. Ese momento de hipocresía nuestra siempre me dió risa.

Conversaba demasiado con ellos, los más cercanos fueron Daniel, Los niños chicos y Javier. Nuestro día a día era recorrer las calles de nuestra pequeña ciudad en bici, hacer algún truco o alguna carrera. También éramos buenos para meternos en líos, solíamos robar manzanas de un patio, hasta el punto que tuvieron que llamar a carabineros para que no vinieramos más, claramente funcionó, nunca más nos atrevimos a ir a aquella casa.

Una vez apostamos una bebida junto con otra pandilla, que además iban a jugar a la pelota, hicimos un circuito con cambio, Partió corriendo Fernando, y fuimos cambiando hasta la última, que fui yo. Lamentablemente me caí y mi rival me acabó ganando. Nosotros les tuvimos que comprar la bebida, estábamos yéndonos, pero de repente Javier nos muestra la pelota de ellos, se las hurtó sin que se dieran cuenta, aunque me sentí algo mal por eso, me reí junto al resto del grupo.

Cuando nos aburriamos de las bicis, solíamos jugar a la pelota, y no voy mentir, era muy mala y nunca mejoré en eso. Por eso siempre me dejaban de defensa, para patear la pelota hacia afuera. Era muy común tener algún conflicto con Gabriel, se metía con Fabián y Raimundo, o se peleaba con Javier. Debo decir que Javier no era precisamente un angel, siempre se las arreglaba para hacerlo enojar, con ellos dos ocurrían la mayoría de conflictos.

Nunca tuve problemas con Gabriel, excepto una vez, que sin querer me tomé una bebida de un vaso suyo y se puso como loco, realmente me quería golpear, por suerte Daniel y Javier lo detuvieron. En cuanto a Javier, él me trataba super bien, era raro porque siempre buscaba hacer enojar a los demás, años después descubrí que le gustaba. En mi colegio tenía solo una amiga, se llamaba Clara, no me juntaba con las otras porque me decían ''marimacha'', solo porque me juntaba con los chicos. Clara era muy tímida, y siempre sentí que nuestra amistad fue por pura conveniencia. Nos sentábamos juntas en los recreos y solo era eso, realmente no me quiero acordar mucho de ella. Por eso solo me referiré a mis amigos de las bicis.

Una vez salimos de la ciudad, estábamos los 7 en la carretera y nos detuvimos para ver el hermoso río. Queríamos bajar a verlo, pero no nos atrevimos, entonces retomamos nuestro camino. Otro día Gabriel nos invitó a su casa sin permiso de sus padres, la casa estaba sola, por eso nos quedamos jugando Play, hasta que inesperadamente llega su papá. Gabriel estaba asustado y dijo que debíamos escondernos. Yo, Fabián y Raimundo nos escondimos debajo de la cama, Javier atrás de la puerta, Fernando entre unos muebles y Daniel en el armario. El gigantesco señor entró, la puerta golpeó a Javier, pero por suerte no lo encontró, se fue al baño y aprovechamos de irnos enseguida de ese lugar.

Siento que Gabriel era un buen tipo después de todo, solo que tenía problemas emocionales, podíamos soportar sus pleitos, pero hubo un caso que colocó la cereza sobre el pastel. Se hizo un amigo como de 16 años, y le dijo que Javier siempre lo molestaba, entonces le pagó para que le fuera a pegar. Eso pasó, Javier estaba caminando hasta su casa, y entonces el grandulón lo agarró y le dio una severa golpiza. Daniel, al ver a Javier lleno de moretones, supo altiro que Gabriel tuvo que ver con eso. Entonces lo que hizo fue a encontrarse a solas con él, no tengo muchos detalles de lo que pasó, lo único que sé es que Gabriel nunca más volvió a aparecer. Días después, recibimos la noticia de que Raimundo se tenía que cambiar de casa, se fue un mes después, estábamos algo tristes, básicamente habiamos perdido a dos en muy poco tiempo.

Los amigos de NinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora