SUICIDE or MURDER

Episodio 13

Busco desesperada por cada parte de la casa, no lo podía creer , sinceramente no lo podía creer.

Temblaba de pies a cabeza.

Sus manos no podían contener todo lo que sentía.

—¡MALDICION!.— Con todas sus fuerzas empujó la mesa de la sala.

—¿¡COMO PUDISTE?!.— Lanzaba todo lo que se encontraba en su camino.

Siguió con furia arrasando todo lo que se le ponía enfrente.

Pero un ruido le dio a entender que todo había acabado.

—¡Arriba las manos!.—

Sintió como su corazón dejó de latir.
Un balde de agua fría fue arrojado hacia ella.

Con todo el dolor de su alma, sabía que estaba acabada.

—¡No se mueva!.— Eran 5 policías y la tenían rodeada.

Cada pieza de su futuro se estaba cayendo a pedazos.

—¡Esto no me puede estar pasando a mi!.— Fue tanto el shock que Dahyun corrió con todas sus fuerzas hacia la habitación de la planta alta.

Su interior se destruía.

Su alma se desgarraba por dentro.

Quería gritar pero las palabras no salían.

Sabía que estaba mal , siempre lo supo pero sus deseos egoístas fueron los que la obligaron a realizar todo eso.

O como Dahyun los llamaba.

Sus demonios.

Los demonios se estaban riendo de ella en ese instante.

Los escuchaba siempre desde que era niña.

Le obligaban a realizar cosas horribles.

Le negaban ir a la iglesia.

Le molestaban toda la noche.

Hasta que su psiquiatra apareció.

Pero al parecer no funcionó.

La terapia no funcionó.

Y hasta ahora aparecieron otra vez.

Volvieron a aparecer en el punto en que se quebró por dentro.

Sencillamente no quería volverlos a escuchar.

Así que con todas sus fuerzas abrió la habitación de un empujón.

Y sin pensarlo se dirigió hacia la ventana con máxima velocidad.

Se arrojó al vacío.

Se arrojó a su descanso eterno.

Pero sus padres pensaban diferente.

Tal vez el suicidio no era un descanso.

Tal vez era una salida falsa.

Pero poco le importaba a Dahyun.

Poco le importaba el perdón de Dios.

Ella le pidió años su ayuda.

Y el simplemente le ignoró.

O eso pensaba ella.

Pero lastimosamente ella los busco a ellos por la envidia y avaricia que dentro de sí crecía.

Fue un error jugar a la ouija.