—Dejame pagar las entradas por lo menos.
—ya te dije que no Sermarí, y no sigas insistiendo que no servirá de nada.
Mire hacia arriba como si fuese una súplica a Dios, se me había olvidado lo pesado que es Gabriell cuando se lo propone pero bueno, ya que el quería correr con los gastos no me opongo más, lo mire y reí diciéndole con esto que me rindo.
Una vez comenzada la película tenía un poco de vergüenza ya que tengo una risa muy estruendosa y la película tenía mucha comedia.
—Ya Sermarí— se ríe— harás que me dé un ataque con tu risa— entonces mi risa le daba risa.
—Ya ya, prometo bajarle algo a mi risa— promesa que no cumplí.
Cuando la película terminó le pedí unos minutos a Gabriell para ir al baño, no había nadie y me miré al espejo, me veía y me sentía radiante, me sentía contenta porque no podía negar que me sentía tan bien de qué el chico que me gusta me invitará a salir. Ni sé si el siente lo mismo pero ahí vamos.
Cuando salí lo encontré hablando por el teléfono, cuando se topó con mi mirada sonrió, cerró el teléfono y continuamos.
Fuimos al malecón, caminamos mientras nos daba el olor del mar, iba distraída cuando el de pronto agarró mi mano, me puse nerviosa y él lo sabía, me dio una sonrisa que daba paz y continuamos la caminata hasta que llegamos a un lugar donde no había tanta gente.
Me soltó y se paró delante de mí y se pueden imaginar lo que pasó. Dios mío, ¿como explico o cómo lo digo? Me besó, o sea sí, me besó, pero no fue cualquier beso, fue un beso pasional que me robó casi hasta la vida.
Sentía que me faltaba el aire por el beso tan intenso que me acababa de dar, confirmando así que lo que yo siento el también lo siente.
—No podía dejar pasar esto, porque me iba a volver loco.
No respondí, lo volví a besar y el me recibió a gusto entre sus brazos y me seguía el beso terminándolo con una mordida en mi labio.
¡Esto es el cielo!
—Bueno, ahora vamos a dejarte a tu casa porque si no, no respondo y me mata tu madre.
—Bueno si, tienes razón, vamos.
El insistió en comprarle algo de cenar a mi madre, decía que así ella le cogería cariño y le dejaría cargar al bebé cuando nazca.
—Ya verás como el pequeño Gael te amará, esa mujer come muchísimo y estás llevando comida para una familia— dije entre risas.
—Esa es la idea —tambien se ríe— quiero que mi cuñadito también me quiera— me miró para ver mi reacción y fue épica.
Me puse las dos manos en la cara y abrí uno de los dedos para verlo mientras el reía por mi reacción ya infantil.
De camino en un semáforo me agarró de sorpresa y me robó otro beso que me dejó loca, jamás en mi vida había probado unos besos tan tiernos como los que el me ha dado esta noche...
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Sermarí
Romance¿Habra algo más complicado, doloroso y a la vez mas verdadero que el primer amor? adolescente sobre todo, el primero que pasa por tu vida y no deja bonitos recuerdos, más bien, marcas... En un pequeño barrio de Santo Domingo, República Dominicana v...