Nacen las cuatro estaciones.

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Estábamos en invierno, recuerdas aquel día que en medio de la lluvia nos contábamos historias de nuestras vidas, mientras tú sostenias el paraguas yo sólo observaba cada detalle de tu rostro mientras la luz penetraba cada poro de tu piel, sabes nunca llegue a imaginarme que tú con tu timidez me hicieras reír tanto como nadie lo había hecho, deseaba que no parará de llover con tal de pasar más tiempo a tu lado, por qué por una extraña razón el tiempo contigo pasaba tan rápido, pero sin ti los días eran más lentos. Aquel día fue uno de mis favoritos aunque haya parecido tan común en realidad fue extraordinario. Cada momento a tu lado fue diferente y mágico. Tu luz... tenías una luz tan radiante que podía iluminarme a kilómetros. Tú, chico eras todo lo que deseaba. Noches de insomnio pensando en mil formas de decirte lo que estaba comenzando a nacer en el interior de mi corazón. Caminaba entre nubes de algodón, imaginando letras y colores para poderte escribir en cada una de las estaciones del año. En el otoño para contarte que el viento sopla fuertemente, que las hojas de los árboles ya comienzan a caer y que anhelo con ansias el invierno para volverte a ver. En el verano pata decirte que el sol enciende, que los días son bonitos y que disfruto contigo los colores de cada atardecer. Y en la primavera, bendiga primavera para renacer y dejar las malas raíces del corazón en el otoño, para observar el cielo azul, los árboles verdes, para caminar entre nubes de algodón esperando la llegada de las noches estrelladas, del café a media noche para poderte contar que tu amor me está cubriendo el corazón de musgo...

Salomé A.B

10 Cartas Con Tu Nombre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora