E P Í L O G O

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Años más tarde...

A mis treinta y seis no me sentía tan mal, es más, casi sentía que seguía teniendo dieciocho años.

Incluso me casé con mi pareja que tuve a los veintitrés y tuve un hermoso hijo de cinco años llamado JeongHwan.

El cumpleaños de mi hijito se acercaba, no sabía bien qué regalarle porque ha de decir verdad, era bastante mimado y le comprábamos demasiados juguetes y cosas que él pedía fuese o no su cumpleaños.

Estaba realmente angustiado debido al regalo. Hasta que me acordé que él siempre había querido tener un gato.
Aunque siempre había evitado darle de regalo animales, fuese un perro, gato o cualquier tipo de animal, ya que a su corta edad, sabía que no iba a saber tratar muy bien a un animalito y nunca me había agradado la idea de regalarle animales a bebés.

Pero ¿ya qué?, no había de más.

Me dirigí a una tienda de mascotas, había un montón, también había un ruido tremendo pero eran muy tiernos todos.

"Hola, buenas tardes, ¿por casualidad hay algún gato en adopción?" le pregunté a un vendedor.

"Buenas tardes. Sí, sí, por aquí" dijo y fuimos a un rincón de la tienda.

Ahí había una especie de "caja" la cual se suponía que estaban los gatos, pero yo pensé que estaría lleno, pero en verdad no, sólo había un gato de color negro.

"Es el único gato que nos queda, se han llevado a todos los demás, lo miran con desprecio cada vez que alguien se acerca a verlos. En fin, ¿se lo quiere llevar?" dijo el vendedor.

"Sí. Yo sí me lo voy a llevar" dije con una sonrisa.

Me recordó tanto a Elí, yo me preguntaba... Tantos años, ¿qué habrá ocurrido con él? Me dolía en el pecho tan sólo en pensar eso, le había agarrado un montón de cariño, no importa quién fuese el dueño.

"¿Gusta comprar una correa, señor?" me preguntó el vendedor al pasarme unos papeles para que los firmase.

"Mmm, no, gracias" dije al firmarlos.

"Bien. Ahora el gato será suyo. ¡Gracias por comprar, qué tenga un buen día!" dijo y tomé al gato en mis brazos.

Parecía tranquilo, a pesar de que igualmente me daba miedo que saltase de mis brazos o que me rasguñara.

En aquellos momentos tuve que irme caminando, pero iba a tomar a unas cuadras locomoción para no irme caminando hasta mi casa, debido a que mi esposo, YoonHyun había salido con el auto que teníamos.

Pasé por la vereda de al frente de un parqué al que varia gente paseaba a sus perros, noté tenso a mi gato.

Hasta que en un momento, un hombre venía en mi dirección en mi misma vereda con un gran perro que parecía un poco peligroso, a pesar de que tenía la correa puesta.

Mi gato estaba aún más tenso y engrifó su espalda.
Cuando el perro iba más cerca nuestro, el gato no soportó la tensión y el miedo, además de la mirada asesina del otro.

black cat ; chenminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora