Cap. 2 parte 1

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Observé como ese maldito seguía ignorándome. Habían pasado dos años y ese chico, al que ahora veía en la tele, me había ignorado durante todo ese tiempo y seguía haciéndolo. Ya está, se acabó. Ahora ya me cae mal, él se lo ha buscado.

Aunque el resto de chicos de su banda no estaban nada mal, sobre todo ese Jimin. Tenía la tableta de chocolate bien definida, y era tan lindoo... Suspiré.

¿Por qué estoy en mi habitación viendo la tele en pleno verano?

El aburrimiento me podía. Vivo en Corea, y todavía no sé hablar coreano. Encima dentro de algo se acabarán las vacaciones y tendré que estudiarlo en serio. Shit. Tengo que avanzar.

Justo cuando consigo concentrarme mi hermana irrumpió y se tiró en la cama.

-¡EH! ¿Qué haces?-le grité.

-Nada.-dice ella tranquilamente.- Es que me aburro.

-Estoy intentando estudiar. ¡Véte!

Se levantó y miró lo que estaba estudiando. No pareció impresionarle mucho.

-Yo eso ya lo estudié en Australia. Puedo ayudarte.-Dina se estaba ofreciendo a ayudar, la miré extrañada.

Aunque me quedé mirándola resultó que era en serio y así es como acabé haciendo algo útil.

Escuché que alguien tocaba a la puerta y fui a mirar. Era la vecina de en frente.

Se puso a hablar pero yo no entendí casi nada. Solo me enteré de que estaba pidiendo algo para su hijo.

Llamé a Dina porque era la que más entendía coreano. Me explicó que el niño estaba jugando en el balcón cuando se le calló su juguete en la casa de abajo. El niño se puso a gritarles a los vecinos y uno le tiró una pelota para se callara. El caso es que la pelota le dio demasiado fuerte y le dejó un chichón. Así que la vecina nos estaba pidiendo hielo porque ya no le quedaba.

Cogí hielo y fui con ella a ver al niño. Ese renacuajo me caía muy bien, siempre me traía chuches y me decía Nuna. Era tan lindo que ya tenía a todas las niñas de la guardería enamoradas.

Entré en la casa y fui directa al balcón a ver quién era el desgraciado que le dejó un chichón a mi vecino. Me asomé y miré abajo pero ya no había nadie.

- ¡Eh! ¡Desgraciado! ¿Cómo te atreves a pegarle a un niño? , ¡malnacido!- le grité a nadie en particular, puesto que no tenía ni idea de quién era.

Vi salir a un tío con trencitas y una gorra que me mostró su delicado dedo corazón y que me gritó:

- ¡I dont spikeu ingrisheu, Bitch!- y volvió a entrar tranquilamente.

Me quedé mirando fijamente el lugar en el que estaba antes ese imbécil. ¿Qué demonios? La verdad es que me pareció gracioso cómo salió así y me insultó, volviendo esto en algo personal, pero eso no le quitaba el hecho de que había golpeado a mi adorable vecino con una pelota de goma.

No dije nada y volví a entrar en dirección al baño. Cogí un cubo, lo llené con agua bien fría y volví a llamar a ese desgraciado, esta vez en coreano:

-¡¡Yaah!! ¡¡Sal de ahí, bastardo!!- lo vi saliendo y justo cuando alzó la cabeza le tiré el agua y empecé a reírme descontroladamente.

-¡¡Yah!! ¡¿Qué has hecho idiota?! ¡Te voy a denunciar! ¿Cómo te llamas?-Oh, se me olvidó que me podían multar. Mierda.

Entré corriendo con el de las trencitas gritándome cosas que no entendía en coreano y me encontré a la vecina mirándome con desprobación. Yo bajé la mirada, avergonzada. Ella salió al balcón y le pidió disculpas al tío de las trencitas. Al parecer, se le cayó el agua mientras regaba las plantas porque estaba distraída con el niño, que no dejaba de llorar.

Obviamente, todo eso era mentira. Pero por alguna misteriosa razón, Trencitas pareció creérselo y hasta le sonrió a la vecina.

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Bueno pues por fin escribí algo!!
La verdad es que echaba d menos escribir. Aunque es muy cortito, Amina debería estar agradecida. De ahora en adelante escribiré más y no me tiraré 5 meses en actualizar. Lo juro.
¿Quién pensáis que era Trencitas? Jeje dejaré una pista en el siguiente capítulo. Peace

No sé qué título ponerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora