Parte 4

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-Doce minutos. Excelente. Gira a la derecha no a la izquierda, continua hacia enfrente hasta el pueblo. Me hace correr para ejercitarme y estar fuerte, no quiere que por el embarazo tome descanso y sea un flojo, tengo que estar saludable.- Sé lo que pasa en tu cabeza. Nadie se va de aquí. Si lo intentas, mueres. Venga, da otra vuelta.

*En la oficina de correos*

-Es para Tony. Se pondrá contento.

-Si pero nosotros tristes. Sus padres quieren que regrese a casa. No les gusta que esté con nosotros. Seguro querrá irse.

-No puede. No quiero que se vaya.

- Lo sé, yo tampoco. Pero no te preocupes, se me ocurrirá algo, hijo. Se me ha olvidado enviar la carta de Tony a sus padres. Sube a la camioneta, en un minuto voy.

*Llegando a la cabaña* Tony ya tenía lista la comida en la mesa.

-Te he ingresado el dinero.

- ¿Enviaron mí carta?

-Si. ¿Verdad Steve?

- ¿Hay cartas para mí?

-Quizás pronto. Aunque hay facturas. ¿Qué hay de cena?

Su ex mujer Peggy, se fue antes de que yo llegará a trabajar ahí, en realidad había huido con su hermano, no con un ganadero, y James Barnes se lo haría pagar. Para entonces lo creía capaz de todo.

En la noche mientras me vestía para dormir, escuchaba sus pisadas acercándose.

-Eso no te hará falta. Me tira a la cama tomando mis hombros y posicionándose encima de mí.- Sigues calculando. Sigues pensando. Lo sé todo sobre ti, Punkie. Me gire a mirarlo, ¿Cómo sabía...? Sí, lo sé todo sobre ti. Porque puedo leerte la mente. Me pregunto cómo estará Pepper. ¿Aún la hechas menos? Ves, lo sé. Ahora quítate esa ropa. Mañana tendrás un largo viaje.

Creía que podía leer mi mente. Mi mejor amiga Pepper me llamaba Punkie. No era algo que pudiera suponer.

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-Puta custodia. Un juez va a decirme cuando puedo ver a mi propio hijo. Vaya broma.

Cuando Peggy se fue se llevó al hijo menor de James. Peleaba por la custodia de ambos niños. Pero mientras duraban las vacaciones escolares, los intercambiaban.

En una fecha posterior, fuimos al juzgado familiar, tuve que subir al estrado y jurar por la Biblia que el contenido de la declaración que me hizo hacer era verdad. Que era un buen padre y merecía la custodia de ambos hijos. Lo cual me resultó devastador, porque era mentira.

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A finales de agosto invente la excusa que necesitaba más ropa interior de mi casa. Lo veía como una oportunidad de escape.

-Recuerda, como digas una palabra...

-No tardaré.

-Puedes quedarte un rato, regresaré luego. Visitaré de nuevo a tus padres.

Solo mi madre estaba en casa y no le dije nada de lo que pasaba. Solo le dije "Estoy embarazo. No quiero volver"

-¿Es de él, Tony? ¿El bebé?

-No mamá, no es de él. Es que... mira voy a salir y le diré que no voy a volver con él.

-Voy contigo.

-¡No! Deja que le hable yo. Si me esperas un par de minutos, volveré enseguida.

Tenía miedo que si se acercará le hiciera daño. No me di cuenta pero mi intento de escapar fue inútil. Mentalmente estaba bajo su control. Cuando le dije que no iba a volver se convirtió en la persona que fue durante el primer mes.

-Si no vuelves no podré recuperar a mis hijos. No es buena madre Tony. En esa casa hay maltrato. Steve quiere quedarse en el valle. Lo sabes. Mira... No volveré a tocarte, te lo juro, pero... por favor... Vuelve conmigo. Te lo suplico.

De repente me sentí responsable de la vida de ese niño, y si me iba, eso es lo que iba a pasarle a él, y yo podía evitarlo. No entendía porque había hecho eso, cuando estaba sufriendo todo eso y tuve la oportunidad de escapar, no lo entendía.

Pero más tarde, tras estudiar el síndrome de Estocolmo, ahora entiendo la verdad. Es que no tenía opción. Por lo controlado que estaba.

*risas en el auto*

- Se te olvido la ropa interior.

Él estaba muy callado, y daba una sensación que nunca antes había experimentado antes. Aparco en un área de descanso que estaba muy apartada. Tenía la mirada como perdida.

Salió de auto cerrando fuerte la puerta, tomo mi brazo y me bajo, me posiciono en el asiento y bajo mis pantalones.

-No, por favor- eso no evito que me penetrara de forma brusca. De verdad creí que iba a matarme y dejarme allí. Terminó y volvió al asiento del conductor, no dijo ni una palabra y condujo hasta llevarme al valle.

Era un nuevo nivel de terror.

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-De modo que... ¿Quieres irte? 

Se levantó de la cama, yo parado frente al espejo caí al suelo con tremenda cachetada que me dio. Se quitó en cinturón y empezó a golpearme, me sujeto del cabello y me levanto, tumbándome hacia la cama comenzando a estrangularme.

-Quieres irte, muy bien. Pero no te llevarás al bebé.- Golpeo mi vientre, al terminar me soltó del cuello y pude respirar.

Entonces me violó y me sodomizó.

 A la mañana siguiente se puso muy agresivo y enfadado, porque había dejado la cama hecha un asco, porque las sabanas estaban sucias y llenas de sangre y me dijo que limpiara esa porquería. Y  me había dado un baño. Como vivía en una situación tan horrorosa, lo único que aprendí hacer mientras estaba lavando, miraba el paisaje y eso era bueno, era pureza, estaba limpio e inmaculado. Sigo pensando que es un sitio hermoso, gracias a ello me ayudó a sobrevivir.

Ya regresó Steve de las vacaciones y me contó que si me iría a ver al bebé de mi hermana. No tenía ni idea que mi hermana había tenido a su bebé. Entonces me di cuenta de que Steve lo sabría si se lo hubieran dicho. Imagine que James estaría robándome el correo y aprendiendo sobre mí, sobre mis amigos y familiares.

Por fin las cosas comenzaban a tener sentido. Fue como si me liberarán de una prisión mental. Fue el punto de inflexión que me dio fuerzas para creer que podría planear huir y lograrlo realmente.

Robé uno de sus cheques, lo doble hasta que quedará muy pequeño y descosí un poco de los bolsillos de mi pantalón, lo escondí ahí, porque sabía que como estaba buscando entre mis cosas y seguía haciéndolo, pensé que no lo encontraría y siempre lo llevaría encima.

Monstruo de Nueva York Tony x BuckyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora