BOURNE → DYLAN O'BRIEN

ii. real life

ii. real life

Alaska se encontraba en el remolque de Kaya junto con Thomas. Su cabeza se encontraba recargada en su regazo mientras el británico brindaba caricias en su cabeza y rostro. Los tres se encontraban acostados en el sillón mientras trataban de ver una película. Trataban por qué Thomas y Alaska sabían que no estaban ahí por solo ver una película.

— Kay — Le llamó Alaska.

La nombrada sonrió con nervios. — ¿Si?

— ¿Ya nos dirás? — Pregunta la más joven. — Por que yo estoy muy cansada y en cualquier momento caeré a los brazos de un lindo británico. — Bromeó.

Thomas negó con la cabeza mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.

— Estoy embarazada.

— He incluso podría caer en tus brazos o en los de Dylan. Aunque este último no sé qué tenga por qué no me ha hablado en todo el día. — Seguía hablando la chica sin darse cuenta de las palabras de su amiga.

— Alaska — Le corto Thomas tapando la boca de la chica con su muñeca. —¿Escuchaste?

Alaska negó con la cabeza con sus mejillas sonrojadas.

— Estoy embarazada — Habló Kaya mordiendo su labio inferior con nerviosismo.

Alaska llevó su rostro al estómago de Kaya. Tomando por sorpresa a la morena.

— ¿Aquí, adentro hay una mini Kaya? — Murmuró poniendo su oído. Lo único que escuchaba era el estómago de Kaya retorcerse.

— Apenas tengo unas semanas. — Informó. — Quise hablarlo con ustedes primero y claro con Dylan. Pero dijo que estaría ocupado.

Alaska se separó de Kaya. — Está enojado conmigo. Por eso no quiso venir.

— ¿Ya le dijiste a Wes? — Preguntó Thomas ignorando lo que dijo la chica.

— Fue al primero en decirle. — Respondió Kaya.

— Jamás te imagine con un bebé. ¡LA INCREÍBLE EFFY ESTA EMBARAZADA! No puedo creer que en algunos meses más tendremos a una mini Kaya. Sería tan lindo.

— Parece que tú estás más emocionada.

— ¡Pues claro! Es una bendición un regalo de Dios. — Bromeó la castaña.

— Tu no crees en Dios.

— Shh, Tommy, no arruines esto.

— Lo que deberías hacer es ir hablar con Dyl. Y ver que es lo que tiene. Es muy raro que este enojado contigo. — Kaya le miró fijamente con sus ojos azules. — Además sabemos que después de que las grabaciones comiencen ya no habrá forma de que puedan convivir tanto como antes.

Y Kaya tenía tanta razón.