Capítulo 1. Cambio de aires

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Heather

Creo que a veces es necesario cambiar de aires para aclararte, aunque sea un poco, las ideas.

Desde que mi madre nos abandonó, todo en mi vida ha dado un giro de ciento ochenta grados: mi padre ha dejado el trabajo y solo se dedica a la bebida, y mi hermano ha dejado la Universidad para dedicarse por completo a las tareas de casa y al trabajo que pudo encontrar como camarero para que no nos faltase de nada. No para nunca, incluso a veces me da miedo que tanto esfuerzo y tantas horas sin dormir acaben con él.

Yo acabo de terminar el instituto, y por más que Calev insistiese en seguir pagándome los estudios, me negué en rotundo. Yo quería ayudar en casa igual que él, pero siempre me ha visto como una niña pequeña. Le insistí en que podía buscar un trabajo de media jornada en cualquier cafetería o lo que sea y pagarme con eso los estudios o ayudar en casa, al menos, pero se negó. Me instó en que me quedase en casa cuidando de papá —o vigilándolo, más bien—, y no aceptaba otra respuesta.

Eso para él era trabajo en equipo, pero lo cierto es que yo estaba un poco harta de hacer de niñera de un padre que ni siquiera sabía qué se le pasaba por la cabeza porque hacía ya tiempo que solo hablaba con monosílabos o simplemente se cerraba en sí mismo y nos ignoraba a mi hermano y a mí.

Y llega un momento en que todo te consume. ¿No os ha pasado?

Tengo dieciocho años y siento que no hago nada que merezca la pena con mi vida, y es una sensación realmente horrible.

Por eso estoy aquí, en un tren que va camino de Madrid, con una beca en una de las mejores Universidades de la ciudad —a la cual conseguí entrar gracias a mis buenas notas, entre ellas una matrícula de honor—, una habitación en una residencia de estudiantes y con un montón de metas por cumplir.

Solo de pensarlo me da vértigo, sobre todo por lo que dejo atrás y por las consecuencias que ello pueda traerme. Pero también me llena de ilusión, de una ilusión que hacía tiempo que no sentía.

—Esto también es por ti, mamá —susurré a la ventana, justo antes de cerrar los ojos y de quedarme dormida.

Llámame Álvarez (DISPONIBLE EN DREAME)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora