Capítulo 1
Narra Carly
Ahí estaba yo, encima de una pasarela modelando uno de los mejores diseños de Victoria’s Secret, cientos de ojos están puestos en mí y en el conjunto que llevo encima. Al terminar el desfile, uno de los empleados me avisa que fuera dónde Victoria.
–¿Qué sucede? –pregunté, llegando al lugar dónde estaba ella, tenía cara de felicidad y a la vez de preocupación.
– Carly, estoy satisfecha con el trabajo que acabas de hacer ahí arriba –repentinamente su expresión cambia a preocupación.
–¿Qué te preocupa? –cuestiono, ya que se notaba a kilómetros que algo la tenía así.
–Como se nota que me conoces –sonríe levemente—. Lo que me tiene así es, que la agencia de modelaje Victoria’s Secret de Londres me llamó y me pidió que mandara a una de mis mejores modelos y te quería pedir si tú quieres viajar para alla a modelar por unos meses. Ya todo está pagado. Piénsalo y cuando tomes una decisión me avisas.
Asentí y salí a buscar un taxi para dirigirme a mi casa. Llegue, le pagué al taxista, para luego entrar en mi casa.
–¡Mamá, ¿estás aquí?! –grito desde la entrada.
–¡Estoy en el baño de mi cuarto! –me grita de vuelta, desde su cuarto.
–¿Ma? –la llamo, asomándome en la puerta de su habitación.
–Espera un momento, ya casi termino.
Mientras esperaba que mi madre saliera del baño me puse a pensar en cómo decirle sobre la propuesta que me hizo Victoria pero no encontraba las palabras para decirle. Ella y yo somos muy unidas. Casi hermanas. No quiero dejarla sola en esta ruidosa ciudad. Tenía amigas pero no tenía más familiares además de mí, es hija única, igual que yo, y mis abuelos murieron hace cuatro años. La muerte repentina de mi padre hace poco más de diez años nos dolió mucho a ambas, nos cambió la vida, y mamá estuvo deprimida por unos días pero no podía darse el lujo de estarlo mucho tiempo, tenía que salir adelante por las dos, quería que tuviera la vida que tengo ahora, que cumpla mis sueños, me case y la haga abuela, y para eso tenía que concentrarse en trabajar y criarme. Luego de cinco minutos de puro pensar y recordar, la mujer que me trajo al mundo sale del baño ya vestida.
–¿Qué sucede, mi amor? –pregunta, sentándose a mi lado en la cama–. Te veo preocupada.
–Mamá, Victoria me propuso viajar a Londres a modelar allá… –no terminé la frase porque fui interrumpida por mi madre.
–¡Te felicito! Sabía que algún día esa Victoria se iba a dar cuenta del mujerón que tiene como modelo… – la interrumpí esta vez.
–Mamá, déjame terminar. Victoria me propuso viajar a Londres y modelar allá por unos meses.
–Sabes que estoy orgullosa de ti –dice con la voz entrecortada.
–Mami, no llores, me vas a hacer llorar a mí.
–Es que te voy a extrañar mucho.
–Yo igual, mama –dije, abrazándola.
Luego de unos minutos, salí de su habitación y me dirigí a mia. Entré al baño a tomar una ducha para relajarme un poco, hice el aseo de todas las noches, salí, me coloque la pijama y me dormí.
A la mañana siguiente, me desperté a causa de los rayos del sol que entraba por la ventana. Salí y note que mi mamá aún no se había levantado, bajé a la cocina a preparar el desayuno para ambas. Veinte minutos después, ella bajó.
–Buenos días —dije, dirigiendo mi mirada a la entrada de la cocina, dónde estaba ella parada.
–Buenos días –saluda de vuelta, acercándose a mí y dándome un beso en la mejilla.
–¿Ya hablaste con Victoria sobre tu viaje a Londres? –pregunta, sentándose en la mesa.
–No, cuando terminemos de desayunar la llamo.
Luego de comer, ella se ofreció a lavar los platos. Subí a mi habitación a buscar mi teléfono. Marque el número de Victoria.
–Hola Vi, ¿cómo estás? –mi voz suena un poco emocionada por poder ir a un país que no conocía.
–Hola Carls, estoy bien. ¿Ya pensaste en la propuesta que te hice ayer?
–Si, mmm, para eso te estaba llamando, ¿nos podemos reunir en el Starbucks en una hora?
–Ok.
Salí de casa, despidiéndome de mamá luego de darle un beso en la mejilla. Al llegar, pedí dos cafés, y me senté en una mesa a esperar a Victoria.
–Hola –dijo alguien detrás de mí, volteo para ver a Victoria parada.
–Hola –respondo, mostrándole una sonrisa amable.
–¿Cuál ha sido tu decisión? –cuestiona, dando un sorbo a su café.
–He decidido irme a trabajar a Londres –imito su acción.
–¡Qué bueno! —exclama.
–Como ya te dije, vas a trabajar en Victoria’s Secret de Londres, pero, lo que no te dije fue que vas a tener cuatro compañeras, se llaman, Samantha, Jennifer, Gabriela y Laura.
–¡Ah! –pego un pequeño grito de felicidad y media cafetería volteo a verme–. Pensé que iba a estar sola en esto.
–Pues, no lo estas –me sonríe abiertamente.
—¿Sabes cómo son? ¿Las conoces?
Ríe levemente, lo más seguro por mi entusiasmo. —No. Sólo me dijeron que se llaman así y tienen más o menos la misma edad que tú.
Luego de media hora de hablar de mi nueva estadía en otro país, cada una toma su camino.
Al llegar a casa, la mujer que más amo estaba sentada en el sofá, viendo televisión.
–¿Cómo te fue? —cuestiona, apenas me ve cerrar la puerta—. ¿Qué te dijo Victoria?
–Bien. Le dije que si iría y se puso muy feliz. Además no voy a estar sola, voy a tener como compañeras a cuatro modelos más.
—¿Te dijo sus nombres?
–Si. Samantha, Gabriela, Jennifer y Laura.
–Pensé que ibas a estar sola.
–Yo igual. Al parecer ellas viven allá, pero les dijeron que yo iría. ¡No puedo estar más feliz! –exclamo, dando un saltito.
–Me alegro mucho por ti –intenta que su tono de voz exprese felicidad, pero noto en sus ojos que no está completamente feliz.
–Mami, no te pongas triste. Te llamaré cada vez que pueda –la abrazo—. Sabes que te amo.
–Yo también te amo, ahora ve a preparar tus maletas, de seguro Victoria llama esta noche a decirte cuando vas a viajar.
Subí las escaleras, entre a mi habitación y saqué un poco de la ropa y la metí en una maleta. Después de terminar con la primera ya estaba cansada, me acosté en mi cama y caí profundamente dormida. Me despierto por culpa de una llamada que entro en mi celular.
–¿Hola? –mi voz suena adormilada.
– Carly, es Victoria, llamo para decirte que tu vuelo a Londres sale mañana al medio día. Ya Samantha y las demás saben que vas para alla, ellas van a ir a buscarte al aeropuerto.
–Gracias Victoria, fue un placer trabajar contigo. Te quiero.
– Carly, hablas como si te fueras a morir, pero bueno, yo también te quiero y voy a extrañar a mi mejor modelo.
–Tienes a Cristina, ella es la segunda mejor modelo que tienes.
–Si, ya le dije. Bueno, tengo que cortar, buen viaje. Adiós.
–Adiós.