9 - Dominante / Sumiso [YoonKook]

853 37 8
                                    

—Tu madre me comentó sobre tus malas notas —habló Yoongi, mirando a su hijo, que se encontraba en frente suyo.

El adolescente traía puesto aún su uniforme de escuela, aquel traje que Yoongi amaba verlo puesto en su hijo.

También anhelaba con verlo sin ropa, pero sabía que eso sería imposible.

—Mamá exagera —comenzó a hablar el menor—. Fue un simple 6, no es el fin del mundo.

Yoongi alzó una ceja y rió; —Sabes que debo castigarte, ¿Cierto? —se levantó de su asiento y sus ojos cafés viajaron por el desarrollado cuerpo de su hijo.

—Lo sé —suspiró—. ¿Qué debo hacer? —miró a su padre—. ¿Limpiar la casa?, ¿Darte mi celular?.

El rizado negó con una pícara sonrisa; —Cambiaremos el castigo —carraspeó su voz para seguir—. Por lo que veo, los castigos que te damos no funcionan.

Jungkook frunció el ceño y miró a su padre, quien relamía sus labios una y otra vez.

—¿Qué harás ahora? —el alzó una ceja.

—Debes aprender a obedecer cuando te dicen algo, Jungkook... —el rizado se colocó detrás de el y se acercó a su oído—. Debes ser obediente —le susurra lentamente, y sonríe divertido al notar que el menor se estremece ante las palabras de su padre.

—¿Que tengo que hacer? —susurró el, demasiado tímido.

—Con lo que haré, espero que aprendas a obedecer, niño malo —rió. Caminó hacia un cajón de su escritorio y de allí sacó una pequeña tira de seda.

—¿Mamá sabe de esto?

—Esa es la mejor parte, Kook —lo miró—. Tu madre no debe saber —mordió su labio—. Esta vez papá se encargará del castigo.

Entonces, aquella tira de seda la colocó sobre los ojos de el menor, cubriéndolos por completo, sin dejarlo ver nada.

—Este castigo se basa solo en obedecerme —susurró cerca de la boca de su hijo—. Sino haces caso, el castigo será peor.

El castaño se dedicó a asentir en lo que su padre decía. Las manos del rizado acariciaron con cuidado los muslos de su hijo. Aquel pantalón escolar ajustado, hacia ver bien definidos los muslos del menor.

—Hermosa piernas —murmuró—. ¿Desde cuando ejercitas tanto? —susurró para sí mismo.

La burbuja en la cual se encontraba el rizado reventó al sentir las manos de su hijo sobre sus rizos. Él sonrió y se levantó para buscar un tipo de soga que también tenía allí.

Había soñado con este castigo durante meses.

—Sin tocar, pequeño —besó la mejilla de su niño y le junto las manos para atarlas con aquella soga. El castaño se encontraba atado a la silla, con los ojos vendados.

—Papá... —susurró Jungkook, al sentir como las manos de su papá se acercaban aún más a su intimidad.

—Cariño, papá te está castigando, no interrumpas, o juro que te dejaré sin caminar por días —dijo irónicamente.

Sonrió cuando el menor se quedó callado. Sus grandes manos quitaron aquel pantalón y sus hábiles y largos dedos desprendieron la camisa blanca que el menor traía puesta.

—Mira que hermoso eres —murmuró besando la clavícula del menor.

Yoongi desató a el menor de la silla, y lo subió al escritorio, aun sin desatarle las manos.

—¿Ya tuviste sexo, bebé? —alzó una ceja y sintió explotar cuando la menor asintió.

—Mamá ya sabía de eso... —jadeó al sentir los largos dedos de su padre en su entrada.

—¿No eres virgen? —el negó—. Eres una zorra —lo besó ferozmente—. Igual a tu mamá —rió.

—Papá... Por favor —Jungkook suspiró, disfrutando como su papá lo "castigaba".

Yoongi se quitó la ropa, y lo mismo hizo con la poca ropa de su hijo. Él anheló mucho este momento; estar apunto de tener sexo con su pequeño.

—¿Te gusta esto? —rozó su miembro erecto en la entrada de el menor—. Oh vaya, veo que sí —rió al escuchar un gemido por parte de su hijo.

—Dios, papá. Entra ya en mí —se quejó.

—Te ves tan excitante con los ojos vendados, rogando por mí —plantó un beso en uno de su pecho y sonrió—. A ver, ruega un poco más, quiero saber qué de verdad me deseas.

—Papi, papi, te necesito dentro mío —hizo un puchero—. Necesito el gran pene de papi dentro mío —habló como bebé, y Yoongi sintió como su erección dolía.

Sin previo aviso, entro en el, y comenzó a moverse de forma bruta y salvaje. Jungkook gemía y gritaba por más placer. Yoongi embestía con fuerza a su propio hijo, y dejaba marcas por todo su cuello y pecho.

—Te ves como una perrita en celo —gruñó él—. Eres mi perrita —apretó el trasero de su hijo, sacándole un gemido.

—Soy todo tuyo —gimió.

—Ni se te ocurra —amenazó el rizado, al sentir como su hijo se iba contrayendo para llegar al orgasmo—. Vamos cariño, no lo hagas, no querrás que papi te deje sin caminar.

—P-papi —gimoteó.

Yoongi gimió alto y se corrió dentro de el, haciendo que nanosegundos luego Jungkook también lo hiciera.

—No creas que acabamos aquí. Tú castigo aún sigue, kook.

Smut Challenge | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora