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Noah Schnapp

Millie estaba algo nerviosa. Lo noto porque cada vez que lo está desvía la mirada.

-Mm... Y-yo -empezó a tartamudear.

-Tú...-Le dije para que continuara.

-Lo siento Noah.- dijo y bajo la mirada. Pude ver una lágrima decender en su mejilla. Me alarme.- Me voy... voy a volver al Sur.- dijo entrecortada.

Me congelo. No puede ser. ¿Como? ¿Porque se iba? No entiendo nada. No quiero que se vaya. No quiero que se aleje. No quiero.

Ella levanta la mirada y me mira. Esos ojos cafés, esos que me vuelven loco, esos que voy a dejar de ver.

Sus mejillas estan mojadas debido a las lágrimas. Aun se ve hermosa.

-¿Noah?- me dice. Y ahí volví a la cruel realidad.

Ella se iba. Ella me dejaba. Ella quizás jamás volvería. Ella me dejaría como lo hicieron todos.

Frunzo el ceño y me levanto bruscamente.

-No entiendo el porque de todo esto.- escupo las palabras sin quitar la mirada de sus ojos.

Ella se ve asustada. Se levanta y me toma del brazo para evitar que me vaya. Quito du mano bruscamente. La miro esperando una respuesta.

-Mi tía me obliga- dijo triste- Ella... ella me quiere dejar con mi tío. Y-yo no quiero irme. -dijo cabizbaja.

-¿Sabes? Vete. Vete, ya me acostumbre. No te preocupes, las personas que quiero aiempre terminan haciendo lo mismo.- digo desviando la mirada a un puntodel parque.

-¡Yo no me quiero ir!- gritó para que la mirara.

Si la veo, estoy seguro de que la besaría y eso no hará que se quede, hará las cosas mas difíciles para ambos.

Está llorando, lo sé porque la escucho sollozar.

-Noah... Jamás te dejaría.- susurro lo suficiente alto para que la escuchara.

Después de eso me abrazó.

No sabía que hacer. Pero no la quería alejar. Asi que la abraze. La abraze y no la solté, no quería que se fuera de mi lado.

Nos separamos un poco. Mis ojos estaban hipnotizados con los suyos. Me acerco lentamente haciendo que la cercanía de sus labios y los míos sea escasa, y la beso. La beso con desesperación, pero con dulzura. La quería, aquella castaña me tenía loco. Ella me siguió el beso.

Nos separamos, debido a que el aire nos faltaba.

La miro. No podía dejarla. Pero tampoco podía tenerla.

-¿Cuan-cuando volverás?- pregunto tartamudeando.

-No lo sé- dijo con una lágrima resvalando en su mejilla. Me partía el alma verla así, limpio la lágrima con mi mano y beso su frente.

-Te quiero- digo con un hilo de voz.

Ella me mira y me sonríe. Con esa sonrisa que me vuelve un loco, aquella que logró desvelarme noches.

Caí rendido-NillieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora