Capítulo 1

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Contenido explicito +18

A tientas buscaste tu teléfono en medio de la oscuridad de tu habitación ahora iluminada por ese molesto brillo procedente del aparato, la jodida melodía te había sacado el susto de la vida y sin siquiera mirar quien rayos te estaba llamando contestaste con tu voz ronca y adormilada.

— ¿Hola?

— Hey, despierta dormilona. — alcanzaste a oír esa molesta -y no tanto- voz.

Despegando el móvil de tu oreja miraste la brillante pantalla, está encegueciéndote al momento, tu vista tardó un poco en acostumbrarse al brillo y una vez lo hizo leíste el nombre para confirmar que efectivamente se trataba de Jungkook llamándote a las 3 de la mañana.

— Son las 3 de la mañana ¿qué pasó?

— No me siento bien, quiero verte. — lo escuchaste todavía medio dormida.

— Son las 3 de la mañana de un viernes, ¿Hablas en serio? — respondiste queriendo sonar irónica y tajante. — ¿No podías llamarme al medio día? — rodaste los ojos, acción que obviamente él no vio y ni siquiera imaginó.

— No puedo dormir, y no quiero verte en la tarde, quiero verte ahora.
Pensaste que ya había terminado de decir sandeces, porque exigir que lo vieras ahora era eso: una sandez; pero el muy terco continuó hablando.

— Sólo quiero hablar. Estoy en tu casa en 10 ¿Sí?
Estabas cansada.

— Kook ¿Quieres que te recuerde que dijiste que sería mejor ya no vernos?

— Sólo vamos a hablar, anda. — se quedó callado unos segundos esperando a que respondieras, pero al notar que tu no tenías intenciones de, siguió hablando. — Ahorita platicamos sobre eso ¿Sí?
No podías creer que ibas a aceptarlo, no podías crees que habías caído una puñetera vez más.

— Vale. Subes por la ventana.

Mientras esperabas sentada en forma de Buda sobre tu cama, te mordías las pocas uñas que tenías, tenías esa manía de recortártelas con tus dientes.
De reojo alcanzaste a ver la luz proveniente de un carro, te paraste y caminaste hacía la ventana con la esperanza de que él se hubiera arrepentido y sólo fuera un carro que iba pasando, pero no, una camioneta negra se estacionaba casi enfrente de la casa de tus vecinos con aparente maestría. Antes siquiera de que bajará del vehículo sabías que era él, conocías esa camioneta más de lo que querías.

Chaqueta de cuero negro, la simpleza de sus camisas blancas y vaqueros negros así vestía tu perdición.

Atrancó la camioneta, acomodó su cabello haciéndolo hacia atrás con un gesto que te seducía sin querer y atravesó la calle trotando; mientras tanto, tú lo observabas desde tu ventana sin saber que ibas a hacer a continuación.
Sin batallar en la llegada a tu habitación subió por tu pared trepando por el precioso durazno que desde que tenías memoria, había estado allí, para después adentrarse por la ventana. Aún recordabas la primera vez que lo había hecho, ese día sudabas muchísimo por el miedo de que tus padres se dieran cuenta de que había un muchacho en tu habitación, contigo, en tu cama a las tantas de la madrugada.

— Hola, tienes cara de enojada. — arrugó su nariz y frunció sus labios, logrando así, una expresión adorable en su rostro.

— No me digas. — respondiste sarcástica mientras caminabas de regreso a tu cama dándole la espalda a tu inquilino, él te siguió.

Te recargaste en la cabecera de tu cama, sentada con una rodilla flexionada donde atinaste a recargar tu mejilla, mientras que él se sentaba entre lejos y cerca de ti, segundos después se volvió a parar y esta vez rodeó tu cama para sentarse al lado tuyo, acción que hizo que tú te reacomodaras también.

Gateway Drug J.JK +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora