Fue algún día de principios de noviembre de 2015 cuando me pareció buena idea aceptar la oferta de una chica que me dijo sabía hacer dreadlocks, entonces yo cursaba mi primer cuatrimestre de Diseño Gráfico. Hacerme rastas fue una idea muy vaga que tuve en la preparatoria y que nunca me vi teniéndolas porque a causa de la escuela, nunca lograba tener el cabello largo. Para entonces estaba cerca de tener 2 años sin contarme el cabello y el contexto en el que vivía lo ameritaba también, pues estaba muy cerca de una persona que adoraba los dreads y yo tenía un estilo cercano al ska y pasaba los días escuchando ska, y sin duda la persona con la que compartía cosas influía mucho en hacerme dreads.
Claro que empezar mis dreadlocks también había sido una excusa para reencontrarme con esa chica, pues ya había tenido algo de historia con ella. La cosa era así, ella me haría mi primer dreadlock y a partir de ahí yo decidiría si hacerme en todo el cabello o no; fue detrás de mi cabeza, un cabello cerca de 15 centímetros se convirtió en una rasta de unos 10 centímetros, me había gustado cómo quedó y esperé algunos meses para decidir y para saber cómo debía llevar cuidado de las rastas.
Abandoné Diseño Gráfico y estuve 6 meses sin estudiar, entonces llegó 2016, mantuve cierto contacto con esta chica. Me había entrado la duda de seguir hablando con ella porque no me sentía muy a gusto, pero quería seguir haciéndome las dreads, entonces una amiga rastuda me hizo el enorme favor de continuar haciéndomelas a mediados de marzo. Ella era novia de un amigo, entonces nos teníamos buena confianza y ella accedió a hacerlas, entonces en una tarde y parte de la noche se aventó una cuarta parte de cabello, mismo que ya medía cerca de 20 centímetros. Curiosamente, estábamos en el centro de la ciudad y la gente se acercaba a preguntarle a mi amiga si ella hacía rastas y si cobraba, y ella con gusto les dijo que les haría algunas gratis, sin embargo se hizo tarde y no hubo tiempo de hacerle dreads a alguien más. Ese día me di cuenta de que mi amiga tenía una forma distinta de hacer dreadlocks y las rastas se comprimían tanto que quedaron muy cortas, y eso me atemorizaba; años más tarde me daría cuenta de que eso me ayudaría mucho para que se mantuvieran con forma y no se deshicieran. El nombre de mi amiga es Sevilla, al día de hoy aún es novia de mi amigo y amiga mía, y seguimos frecuentando y cotorreando.
Para abril de ese año la chica que me hizo mi primer dread se había ido a estudiar a Lagos de Moreno, Jalisco. La oferta de hacerme dreadlocks sin ningún costó seguía en pie, mas tenía que lanzarme a Lagos a buscarla para que me las hiciera, aunque en realidad la distancia era muy poca y el precio también, cerca de una hora y 30 pesos.
Ella se llamaba Alejandra, y habíamos sido novios hace más de 2 años, entonces la topé en donde estudiaba, en la ciudad de Lagos y me recibió amablemente. Me presentó a algunos amigos suyos y entre clase y clase se tomó el tiempo de hacerme dreads. Fue muy amable y en una sola tarde y parte de la mañana me hizo otro cuarto de cabello, que cada vez era más largo. Sus rastas seguían quedando largas y bien hechas. El día se volvía incómodo y se hacía tarde, entonces le agradecí y regresé a León en autobús por la noche, no sin antes conocer una parte de la ciudad, cosa que me volvió muy feliz.
Después de un mes se ofrecía a terminármelas pero esta vez me cobraría aunque sea poco dinero, pero no acepté porque para entonces su manera de ser y de hablar habían cambiado mucho y dejó de agradarme, entonces no la volví a frecuentar y mis dreads se habían quedado a medias. Tiempo después dejé de mantener contacto con ella.
El tiempo pasaba y no me animaba a decirle a Sevilla que me continuara los dreads, hasta que entré a la universidad nuevamente, esta vez a Cultura y Arte. Ahí conocí a una amiga que también tenía dreads y que sabía hacerlas, y también se ofreció a seguírmelas sin costo. Llegó a tiempo pues estuve a punto de decidir raparme toda la greña y olvidarme de las rastas, pues tenía media greña dreads, media rizos de 25 centímetros y de los lados tenía rapado. Ella se tomó unas dos horas por la mañana y me hizo tres o cuatro dreds muy delgadas, después tuvo que irse a trabajar.
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Breve historia de un Chico con Rastas
Short StoryEsta es la historia breve de mi vida a partir de que me hice dreadlocks. Desde los gustillos hasta la discriminación y las barreras que podían ocasionar gracias al pensamiento negativo de las personas.