Meeting deeply.

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Han pasado dos días desde la visita de Simon y tres desde mi audición. Hoy estaba en la biblioteca como todos los  días, ordenando libros, respondiendo dudas sobre secciones de libros.
Pero cuando estaba en la sección de terror, ordenando todas las copias de Drácula recordé lo anterior vivido y me dio algo muy fuerte en el pecho, sentí que me faltaba el aire y mis ojos se aguaron, caí al suelo, sentía que me desmayaría. Una compañera me vio y salió corriendo a socorrerme, estaba acostada en el piso y sólo lloraba y decía con un hilo de voz ''no puedo respirar'', al final me dejaron recostada en un sillón y llamaron una ambulancia, llegó y fui trasladada al hospital, donde me dijeron que salí del shock en el que estaba, me recetaron un relajante muscular y licencia médica por tres días.

Me fue a dejar un compañero y me dijo que estaría atento, a pena eran las 5 de la tarde y hacía frío, estaba en un estado de trance, prendí la calefacción y allí me quedé, sentada en el suelo, con el ukulele en mano, tocando cualquier cosa.

Luego de una hora y 2 tazas de té me sentí respuesta, ni siquiera tomé el relajante recetado.

Me dio hambre así que agarre unas frutas e hice una ensalada, la comía mientras leía ''Como agua para chocolate'' cuando siento mi celular vibrar, miro la pantalla y era un número desconocido, contesté pero no había nadie del otro lado, así que colgué.

El día estaba muy lindo, me recordaba a mi infancia, cuando mi madre llegaba del trabajo y me preparaba una taza de leche y galletitas, tuve una infancia muy buena, era la menor de 2, pero mi hermano murió cuando yo aún era pequeña, el tenía 10 cuando sufrió una apendicitis que derivó en una peritonitis fatal. Fue un golpe duro para la familia, yo no entendía mucho, a penas tenía 4, y pensaba que el volvería, pero jamás lo hizo.

El era mi mejor amigo, mi cuidador y mi héroe, una vez cuando pequeños salvó a un gatito del frío y lo adoptamos, aún vive el gato, aunque ahora es un señor amargado.

Siempre recordamos con cariño a Arthur, aunque como el era mi único amigo siempre me costó hacer relaciones de ese tipo, no me gusta encariñarme mucho con la gente.

Salí de este tipo de trance cuando siento que nuevamente mi celular vibra, no sé por qué quería que fuese Simon, así que contesté con toda la esperanza, pero era mi compañero preguntando como estaba. Luego de hablar con el no tenía nada que hacer, literalmente nada así queme metí a la ducha y allí me quedé un largo rato.
Cuando salí escuché a mi puerta, así que grité ''momento'', me puse el pijama limpio rápido, éste pijama me encanta, es rosado con cactus por todos lados. Abrí la puerta y era Simon, si, Simon.

Me quedé estática, pensando ''Qué?'' El sólo me miró y dijo ''puedo pasar?'', obvio le dije que si, pasó y le ofrecí un café el cual aceptó muy bien.
Me senté a su lado y le hice la pregunta más obvia de todas ''Qué hace aquí a estas horas?'' No quería sonar mal educada, o como si su presencia irrumpiese algo, pero es algo normal si ya eran las 8 de la noche.

Pues, el otro día estuvo muy amena la conversación, a decir verdad-hizo una pausa para beber café- y me gustaría seguirla, digo, el otro día me tuve que ir por motivos personales, y siento que no fue correcto en lo absoluto -me miró y bebió más café- espero no estar interrumpiendo nada.

Eh... no, no interrumpia nada, es más, que agradable su visita-le dije acomodandome un poco en el sillón-.

Oye, puedes no llamarme de 'usted'? me hace sentir mayor-dijo como una diva-

Es que usted... digo, tu eres mayor- digo un tanto incómoda de llamar 'tu' a alguien mayor.

Sólo tengo 47, estoy en la flor de la vida- dijo sonriendo- tuteame.

CASUALIDAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora