Capítulo 2

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Izuku empezó a trabajar para ayudar en los gastos a su madre, pero ella nunca se enteró en que trabajaba; pues Izuku trabajaba como stripper en un bar en los barrios bajos de la ciudad, ya que tenía una compleccion delgada, con caderas anchas y piel suave blanca, ganaba muy buenas propinas por bailar en un tubo; por lo que todas las noches salía de su casa a las 10:00 p.m. diciéndole a su mamá que era turno nocturno, regresando pasadas las 3:00 a.m. Izuku disfrutaba mucho de su trabajo, bailar y modelar siempre le había gustado, sería un bailarín exótico pero nunca un prostituto, si se dejaba tocar levemente por las personas con las que lidiaba cuando hacía privados, pero nunca pasaron de una nalgada o un manoseo leve.

Esa noche en particular era rara, pues, cuando llegó al trabajo no llegó Shinsou Hitoshi, un compañero bailarín, a coquetearle y tratar de convencerlo para que se acostara con él.

Entró al camerino buscando su traje de policía que la mayoría del tiempo usaba, pero, en vez de eso, estaba un corset con holanes rosas en la parte del escote, una tanga y unas medias de malla negros, sobra decir que el corcet decía "FUCK ME" en letras mayúsculas, grandes y rosas, había una nota en el tocador, al abrirla pudo reconocer a la perfección la caligrafía.

"Querido Izuku:

Cómo se que ya habrás visto, no está tu traje de policía, hoy no harás tu baile tradicional, el jefe dijo que como tu eras el que le daba más ganancia, necesita que le hagas un privado a un viejo amigo suyo, y que te dejes tocar, se que es mucho pedir porque eres virgen y eso, pero, si lo haces el jefe te pagará muy bien, haci que complace a ese hombre.

Con cariño Shinsou Hitoshi"

Maldito panda...— gruño Izuku arrugando la nota entre sus manos.— ya que...Si por esto recibiré buen pago, supongo que me dejaré tocar por ese sujeto.— soltó un suspiro pesado empezando a vestirse.

Salió de su camerino ya preparado, encontrándose con una amiga suya que también trabajaba ahí.

—izuku-kun, supongo que ya te enteraste de lo que pasó y lo que el jefe te pidió, yo estaba en contra pero dijo que me bajaría el sueldo si no me callaba.— dijo suspirando con pesadez su amiga.

—No te preocupes Uraraka-san, la nota decía que me pagaran bien por esto..—dijo tranquilo.

—¡Cierto! Casi lo olvido...— entonces sacó unas orejas de conejo negras y una colita de conejo que se insertaba por el ano.— el jefe dijo que tenías que usar esto.— dijo apenada entregandocelos.

Izuku se quedó en blanco al ver la cola de conejo, porque tenía muy en claro que hacer con eso.

—ok....esto...Me va a doler.— dijo preocupado. 

—tranquilo el jefe dijo que vibraria cada que él te tocará.— Izuku sonrió con picardía.

— al menos no me dolerá tanto si me toma, ¿me ayudas a ponérmelo?.— dijo extendiéndole el consolador a Uraraka.

—¡Claro! Siempre quise meterle un consolador a un hombre..—dijo mientras se agachaba y haciendo a un lado la parte delgada de la tanga dejando expuesto su ano rosado.— puede que te duela o te exite, lo que pase primero.— dijo Uraraka encogiendose de hombros metiéndole bruscamente el consolador.

Izuku sintió una mezcla extraña entre dolor y placer que lo hizo gemir.

—ah~ ok Uraraka-san, gracias.— dijo sonriendo coquetamente colócandose las orejas.

Al tiempo que Uraraka pasó por un lado suyo le soltó una fuerte nalgada diciendo algo parecido a "que perra mi amiga"; camino hacia la puerta que se le indicaba, una puerta negra con detalles rosas.

Al entrar aún no estaba ahí su cliente, así que se sentó en una silla que estaba ahí en lo que todas las luces se apagaban.

Cuando escucho el abrirse de la puerta supo que era su cliente.

—que comiénze el show...— se susurró para si mismo.

Jodete KacchanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora