Anoche me di cuenta de algo: hay muchas cosas que no sé sobre mí mismo. No sé si eso tiene sentido, pero siento que debería. No estoy tratando de sonar profundo ni nada por el estilo, así que por favor no me malinterpretes. Solo intento entender.
El otro día escuché a alguien decir que sentirse perdido es parte de crecer. Que es normal. Pero la verdad es que no creo que lo sea. O al menos, no creo que debería serlo. ¿Por qué debería ser normal sentirse vacío? Es un asco sentirse miserable.
Ahora mismo quisiera dejar de escribir y dormir. Dejar de pensar. Pero escribirte me ayuda. Aunque no lo entienda del todo, sé que lo necesito.
Hoy, en la universidad, alguien me preguntó si estaba bien. Fue una de esas preguntas que la gente hace sin esperar una respuesta real. Pero cuando me miró, me di cuenta de que en sus ojos había algo distinto. Preocupación, creo. Por un instante, quise decir la verdad. Quise soltarlo todo, como si las palabras fueran suficientes para sacarme de este agujero. Pero al final solo dije: "Sí, estoy bien". Mentí. Otra vez. Ya ni siquiera sé cómo no hacerlo.
Después de clase, terminé en el parque, ese donde siempre nos sentábamos. El aire estaba frío y las bancas seguían húmedas por la lluvia de anoche, pero no me importó. Dejé la mochila a un lado y me senté, mirando al cielo, ese gris apagado que parecía reflejar mi ánimo. Traté de imaginarte allí conmigo, diciendo cualquier tontería para llenar el silencio o soltando una de esas risas tuyas que hacían que todo pareciera más simple. Pero ahora, sin ti, el silencio pesa más de lo que puedo soportar.
Saqué mi cuaderno y lo abrí. Las esquinas de las páginas estaban algo gastadas de tanto abrirlo y cerrarlo. Algunas cosas que escribí son sobre ti. Sobre la primera vez que te vi.
Era un lunes. Estaba cansado, más de lo normal. Todo parecía lejano, como si el mundo estuviera detrás de un vidrio empañado. Entonces te vi.
Llevabas un abrigo negro demasiado grande para ti y ajustaste tu bufanda con cuidado. Por un momento, parecías ajena a todo lo demás. Y el mundo entero pareció detenerse contigo.
No sé exactamente por qué, pero mi corazón empezó a latir más rápido. Fue ridículo. Era solo un segundo, solo una mirada. Pero sentí que ese momento me pertenecía.
Fue como si el viento frío me golpeara de golpe, y, aun así, el calor subió por mi pecho hasta mis mejillas.
Caminé hacia ti. No porque supiera qué decir. No porque fuera valiente. Sino porque algo dentro de mí me lo exigía.
—Hola —dije, con más nervios de los que quisiera admitir.
—Hola, ¿necesitas algo? —me respondiste con una sonrisa amable, pero distante.
Y en ese momento, lo arruiné. Me quedé en blanco. Me odié por eso.
Me alejé, demasiado avergonzado para seguir allí. Pero después de un par de pasos, me detuve.
—Soy Benjamín —dije, dándome la vuelta.
No sé por qué lo hice, pero cuando lo hice, me sentí... diferente. Tal vez un poco más fuerte.
Y entonces sonreíste.
—Emily.
![](https://img.wattpad.com/cover/171040976-288-k726866.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Soy Tuyo
RomanceHay cosas que nunca se dicen, se guardan en el corazón, propician nuestros insomnios, traen recuerdos del pasado, nos hacen revivir sentimientos olvidados y nos llevan a tomar malas decisiones.