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Lo busque con la mirada, ya no estaba, ya había salido. Pensé por un momento que se había ido a casa, a sí que decidí irme. Al salir, lo vi, ahí estaba él, junto a Madai, conversado muy felices, a mi parecer. Decidí seguir mi camino, que más podía hacer.

- Me voy! - grite, mientras caminaba hacia la puerta, levantando mi mano diciendo adiós.

Esperaba de una manera inconsciente que se acercará a mí y me despidiera de una manera especial.
De repente alguien me tomo por el hombro, deteniedome, me gire para ver quien era, tal vez sea él, pero no era así.

- Ya te dijeron los planes? - preguntó Madai colgándose de mi brazo.

[No estaba platicado con Damián]. Voltee atrás del hombro de Madai pará ver si él venia con ella, pero él la seguía pasos detrás solamente observandonos. Regresé la mirada hacia el frente, y seguí caminando, ella me siguió esperando una respuesta.

- Cuáles planes? - pregunté

- Los del viaje -

- A si, ya me dijo Conan -

- Ya sabes si van a ir con nosotros ? -

Me detuve por un momento al darme cuenta que Damián estaba a mi lado, solo mirándome con esa dulce sonrisa.

-Entonces vas a ir - dijo sacándome de mi trance.

- No, no lo sé, aún no lo he pensado - articule torpemente, preguntándome, sí se había dado cuenta de que salí de éste mundo por un instante. Había olvidado por unos instantes qué Madai estaba ahí.

- Bueno de todos modos cualquier cosa me dices - menciono mientras los tres nos dirigíamos hacia la esquina.

- Aquí tomaré un taxi - digo Madai

- Está bien, me iré caminando, mi casa está a unas cuadras - dije, esperando que él se quedará a hacerle compañía.

- Cuídate Madai - dijo Damián, mientras la besaba en la mejilla, despidiéndose de ella.

Seguí con él, caminando por aquella acera, que me parecía en aquel momento tan tranquila, talvez eran las estrella, la luna o simplemente era su compañía

En es momento, mientras dirigía mi vista a aquel hermoso cielo, la electricidad recorrió mi miel, sentí una cálida mano lentamente escabulléndose en la bolsa de mi chamarra, como si buscará algo, al encontrarse con la mía, simplemente se entrelazó con ella. Voltee a un lado y ahí estaba él, mirando hacia adelante, dado la impresión de que no pasaba nada, pasado por alto, que íbamos tomados de la mano.

Caminamos a lo largo de una calle. Sin más, soltó mi mano rápidamente, sacando la de la bolsa y miro hacia atrás, no te su angustia, un toque de miedo, regrese a ver, siguiendo su mirada, alguien venia atrás de nosotros rápidamente, nos alcanzo y dejo atrás, sin ponernos atención.

Baje mi cabeza clavando la vista al suelo, lo note, solo tomaba mi mano cuando nadie nos veía, sentía vergüenza, vergüenza de que siquiera un desconocido se percata de que tomaba mi mano, eso me entristecía, tal vez mas de lo que debería.

Continúo conmigo, a lo largo del camino a casa no mencionó nada, simplemente fuimos en silencio y eso era lo que más le molesta, el hecho de que no dijera nada era realmente frustrante.

Mientras seguíamos, intento volver a meter su mano en mi bolsa. Pero esta vez no lo deje, levante la mano para abrazarme a mí misma, no voltee a verlo, pero su frustración, al igual que la mía, se sentía en el aire.

- Nos vemos, que descanses - dijo volteando a verme, esperando que dijera algo.

Qué podría decir en momentos como éste, tal vez muchas cosas, la frustración recorría mi ser, había muchas cosas que se podían preguntar, o podría pedirle que se quedará un poco más de tiempo, pero sabía que la respuesta no nos llevaría a nada bueno, sabía los problemas que podría provocar, sabía dentro de mí que era mejor así, solo guardar silencio. Una sensación extraña recorría mi cuerpo cada vez que pensaba en decirle que parará, pero siendo sincera no era eso lo que quería.

Simplemente sonreí y entre a casa.

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