Capítulo veinte: “¿Me darías la oportunidad?
¿Qué haría ahora? Tan solo tocar esa puerta y la vería otra vez, me arme de valor al mismo tiempo de que mis manos empezaron a sudar, toque la puerta dos veces y esa cabellera castaña se asomó y al verme quede completamente asombrada.
-Hola – Fue lo único que dije, ella bajo su cabeza y miro hacia un costado
-¿Qué haces aquí? ¿Cómo sabes que estoy aquí? – Al carajo todo me abalance sobre ella y coloque una mano en su barriga y sentí esa cosa que sienten los ‘futuros padres’ algo tan hermoso
-Perdóname jade - susurre en su oído – Necesitamos hablar ¿por favor? Está en ti escucharme
-Pasa – Hizo que me separara de ella y me dijo pasar, era una casa muy linda, no tan grande pero cómoda
-jade - Nos sentamos en el sofá y sentí su mirada en mí, reflejaba miedo y triste, no era de esperarse después de lo que le hice pasar – Lamento haberte echo pasar ese momento, eres lo más importante para mí, acepto a ese niño es mi hijo, no sé si algún día ese niño o niña que llevas ahí me perdona ante semejante patraña, pero quiero que tú lo hagas, jade yo te amo – se lo dije, sus ojos se abrieron como platos y lágrimas empezaron a salir de ellos
-¿Por qué ahora? – Una gran pegunta para mi
-Tenía miedo, un hijo es una gran responsabilidad, enamorarme ahora no estaba en mis planes, no hasta que llegaste tú y me enseñaste que la vida no es solo diversión, también hay que tener responsabilidades que debemos asumir ¿Me darías la oportunidad de estar a tu lado? ¿De hacerte feliz? A ti y a mi hijo por supuesto, prometo darte y ser lo mejor – Palabras provenientes desde lo más profundo de mi, valla que desconocía este lado de mi
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