La niña de ojos negros

AVISO PREVIO A LA LECTURA: ES SOLO UNA HISTORIA CORTA

Me mudé a la mansión Booncraft el 7 de noviembre de 1938.

Mi primera impresión fue de asco, telarañas, polvo por todos lados y ratas en lugares inimaginables.                                                

Después me fui acostumbrando. Las arañas ya no me daban asco y las ratas se alejaban por mi presencia.                                                                          

Vivía solo. Era un tipo muy malhumorado, por eso preferí irme a vivir alejado de la ciudad.                                                                                               

Esta historia comienza cuando un día volvía del trabajo.                             

Recuerdo que empecé a sentir una risa muy aguda que provenía de la planta alta. Parecía ser de una niña pequeña. Me conformé pensando que eran las ratas escabulléndose. pero lo ocurrido el día siguiente aclaró mis dudas.                                                                                                                  

Estaba volviendo a la mansión después de una larga jornada de trabajo, cuando vislumbré el rostro pálido de una niña rubia en la ventana de la segunda planta de la casa. Me miraba fijamente con unos ojos tan negros e intimidantes que las pupilas no se veían. Me sobresalté aún más cuando detrás de ella apareció un hombre robusto con un palo en la mano.

Estaba paralizado. Justo en ese momento el hombre sujetó a la niña de los pelos, la levantó y rápidamente le empezó a pegar con el palo en las piernas.

Entonces me di cuenta que esa niña estaba en peligro y subí velozmente para poder ayudarla.

Llegué casi sin aliento, pero cuando abrí la puerta, la habitación estaba vacía, no había ninguna persona.

Aterrado me fui corriendo a la plaza del pequeño suburbio. Después de unas horas sentado en un banco, cogí la valentía para volver a mi casa. Al llegar miré hacia la ventana y esta vez ni la niña ni el hombre estaban. Igual para tranquilizarme me tuve que decir a mi mismo:

 "No es nada, era solo una ilusión, estás muy cansado, ve a descansar"

Y entonces entré a la casa. Fue muy extraño pero nada pasó. Entonces me dirigí a mi habitación y me acosté.

A medianoche me desperté sobresaltado. Todo oscuro. Busqué el botón de la lamparita de luz y logré prenderla. Fue tan solo un segundo, una milésima quizás, pero la niña de ojos negros apareció enfrente de mi cama, mirándome. Me empezaron a caer gotas de sudor frío. Por suerte ya se había ido.

"Vuelve a dormir" pensé                                                                                                                            Y así fue.

A la mañana siguiente decidí que ya era tiempo de mudarme. No podía seguir viviendo con niñas de ojos negros.

Pero antes quería saber quién eran esas personas y entonces fui con la vecina más confiable que tenía, Doña Clothilda.

Llegué a su casa y le conté todo, no me olvidé ni de un detalle de los hechos y su respuesta fue:

-Está bien creo que llegó el momento de contarte algo. Cuando me mudé a este suburbio, mi casa iba a ser la mansión Booncraft, pero una amiga me dijo que estaba hechizada. Yo obviamente le pregunté ¿Por qué? y me contó la siguiente historia:

Hace siglos esa mansión era un orfanato. Era muy conocido en la época porque les pegaban a los niños, aunque eso estaba bien visto. Entonces una niña con ojos negros llamada Claudie, cansada de tantos abusos, decidió vengarse de su encargado. Cuando este estaba bajando la enorme escalera de mármol que hay en la mansión, ella lo empujó, pero él la mantuvo agarrada haciendo que los dos cayeran. Ambos murieron y a partir de ese momento, los niños se empezaron a revelar contra el maltrato.  

 Después de escuchar este relato recuerdo que me quedé estupefacto.

-¡Así que las personas que vi eran Claudie y el maldito encargado!- dije temblando

- Yo te digo lo que me contaron, ahora saca tú las conclusiones- me dijo.

Me despedí de Doña Clothilda con unos saludos. Estaba paralizado, asustado, nunca más volvería a entrar a esa mansión.

Y así fue. Me mudé a una casa pequeña y Aunque pase el tiempo, nunca lograré olvidarme de los fantasmas de la mansión Booncraft.