Cap. 1 Bienvenido

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Llovía como si fuera a caerse el cielo, pero eso no le importaba a ella. Debía de llegar a su casa antes de que su madre se fuera del país. Sus pies se mojaban como si estuviera corriendo descalza, además de que el paraguas no lo estaba sosteniendo correctamente, lo que causaba que se mojara a un más. Su trayecto duró no más de 20 minutos hasta llegar a su casa – Madre! – alzó la voz mientras entraba, dejando el paraguas en la entrada y tirando la mochila en el camino – Mamá? – el primer lugar donde buscó fue en la cocina, pero no se encontraba ahí. Prosiguió en el baño, luego en el estudio de su madre pero en ninguno de esos lugares estaba. Su última esperanza era en la habitación en ella. Estaba por comenzar a sentirse triste, pero en cuanto abrió la puerta y visualizó la figura de su madre, una gran sonrisa se formó en su rostro y sintió un profundo alivio al ver que aún no se marchaba. Junto a su madre estaba una maleta grande, la cual estaba cerrado y justo a un lado de ella estaba Bobby, el can guardián de la familia; era un bello husky  de 2 años color negro. En cuanto Bobby percibió a la chica, este se alegró, agitando la cola de un lado a otro e yendo hacia ella. Su madre al darse cuenta sonrió al verla – Llegaste temprano. Estaba por dejarte una nota. Mira cómo has llegado toda mojada – se acercó a su hija para darle un beso de bienvenida en la mejilla – Pensé que ya te habías marchado – infló levemente los mofletes y frunció el entre cejo.

-Corrí lo más que pude para llegar antes de que te fueras.
-No era necesario que lo hicieras hija. Además solo me iré por 4 meses. No es como si no me fueras a volver a ver –. Palmeó sus hombros.

Después de un rato ambas se despidie- ron, pero antes de irse dijo unas últimas palabras a Bobby – Muy bien muchacho, te quedas a cargo de mi linda Naomi, cuídala bien. Asegúrate que no entren extraños a la casa – acarició al can mientras este movía la cola de un lado a otro y ladraba en manera de respuesta – Nos vemos mamá – fueron sus últimas palabras antes de que se marchara. Al cerrarse la puerta dejó salir un gran suspiro y se quedó observando la puerta por un rato más. Después volteó a ver a Bobby quien la miró al mismo tiempo – Bueno. Ahora nos hemos quedado so- lo tú y yo – asintió y el resto del día se la pasaron viendo películas, ella recostada en el sofá mientras que Bobby estaba acostado en sus piernas, ambos cubiertos por una sabana. Al caer la noche y después de cenar, Naomi esta- ba en su habitación terminando sus tareas escolares. Se encontraba cur- sando su último año de preparatoria, además que también se preparaba para presentar su examen a la universidad. Bobby ya hacia recostado en su propia cama que estaba a un lado de la de Naomi. Eran pasadas de las diez y la lluvia por fin había cesado.

☆☆☆☆☆

A la mañana siguiente el despertador sonó como siempre a la misma hora. Y para ese entonces Naomi ya había preparado el desayuno para ambos y estaba lista para ir a la escuela. Ella siempre se había caracterizado por ser una chica responsable y puntual, en cambio Bobby, era un poco más hiperactivo y le encantaba jugar, aunque sabía ser obediente, además también le gustaba que le hicieran cariños, así era el con sus dueñas. En cambio cuando llegaba cualquier extraño siempre mantenía su distancia y le molestaba cuando se acercaban a Naomi. Al llegar la hora de irse, ella se despidió de Bobby – Regresó más tarde. Cuida bien de la casa – sonrió, se inclinó para acariciarle la cabeza y luego se fue.

En la escuela, Naomi era la presidenta de la clase. Siempre se amarraba el cabello con una cola de caballo el cual era de color negro, además usaba lentes grandes. El día estaba nublado y caía un poco de agua. Abrió su paraguas para evitar mojarse mientras llegaba a la parada del bus.

Su día escolar era siempre aburrido. Se la pasaba estudiando entre clases y no tenía amigos. Ni siquiera estaba segura de porque la habían escogido como presidenta de la clase. Se sentaba en el pupitre que estaba en frente, del lado izquierdo. De vez en cuando miraba por la ventana lo que ocasionaba que se perdiera en su imaginación y mucho más cuando era un día nublado. Esos le encantaban por que la relajaban. Pasó el día y llegó la hora de la salida. Se encontraba fuera de la entrada de la escuela, caminando  con su paraguas en mano y su mochila en la espalda – Oye cuatro ojos quieres venir con nosotros? – un pequeño grupo de sus compañeros de clase la llamaron pero como siempre ella solo los ignoró.

Wish, Wish [FanFic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora