Ichigo El Gran Rey Hollow

Espada

Hueco Mundo, Ichigo

Después de su conversación con Aizen, Ichigo se sentó encima de la torre con vistas al desierto desolado de Hueco Mundo. Su mente corrió en las posibilidades de futuro. No pudo evitar sentirse preocupado por algunas de las cosas que el Shinigami mencionó.

'Su bankai debe ser algo inconcebible.' Pensó el Rey sobre el poder que Aizen en realidad tenía.

Él negó con la cabeza. 'Su reiatsu era diferente a cualquiera que he sentido antes. ¿Era el suyo propio o del Hogyoku? Obviamente, él quería ese orbe para potenciarse a sí mismo, pero ¿por qué? No tengo ninguna duda de que sería más que un reto para cualquier hollow en Hueco Mundo u otro Shinigami. ¿Podrían este Rey del Alma o Yhwach ser tan poderosos como dice Aizen? Tiene sentido por qué querría mi ayuda... Incluso el Capitán Comandante es un enemigo que ninguno de los dos podríamos derrotar fácilmente. Si aquello fue sólo el shikai del anciano, entonces necesitaré algún tipo de aumento de energía que pueda coincidir con su bankai.'

Distraído por sus propios pensamientos, Ichigo apenas se dio cuenta de que Grimmjow aterrizó junto a él. El Arrancar de pelo azul se sentó junto a Ichigo y no dijo nada. Después de un breve silencio, Ichigo reconoció su presencia. "Grimmjow, ¿necesitas algo?"

"White, sé que crees que estás haciendo lo mejor, pero no me gusta que los Shinigamis estén husmeando por aquí. ¿Quién dice que no nos están espiando o nos traicionen en algún momento?" Preguntó Grimmjow con una expresión infeliz.

Ichigo le miró y se encogió de hombros. "Tienes razón en ser cauteloso, Grimmjow... Su traición a la Sociedad de Almas es sin duda anormal. Aunque, a juzgar por las reacciones de los otros capitanes, dudo que sean agentes dobles. Por no mencionar, Aizen entregó su promesa... Somos todos Arrancars. Él y yo hemos tenido un par de conversaciones, y me ha quedado claro que necesitamos su ayuda tanto como él la nuestra."

"¡No necesitamos su ayuda! ¡Con todos juntos, somos lo suficientemente fuertes por nuestra cuenta! ¡Uniste a nuestra especie para que pudiéramos estar contra ellos! ¡No pertenecen aquí! ¿Qué quieren exactamente esos Shinigamis? ¿Por qué iban a traicionar a los suyos? ¿¡No están los Shinigamis preocupados por el honor y toda esa mierda!?" Protestó Grimmjow.

"Escucha, Grimmjow... Sosuke Aizen es muy valioso para nuestra causa. Él entiende a nuestro enemigo mejor que nosotros. Busca la destruccion de los Quincys y la muerte del Rey del Alma. Sus razones para estar aquí, aunque vagas, son comprensibles. Los otros dos capitanes, Gin Ichimaru y Kaname Tousen, son en quienes más desconfío." Explicó Ichigo.

Grimmjow pareció calmarse un poco ya que ahora una expresión curiosa adornaba su rostro. "¿Quiere matar al Rey del Alma? Hmm... ¿Y quiere nuestra ayuda para matarlo? ¿Quién demonios es ese Rey del Alma de todos modos?"

"Creo que el Dios de los Shinigamis... Aunque tampoco entiendo muy bien. El punto es, entiendo por qué Aizen está aquí... Los otros dos, tienen razones más débiles. Si fuera tú, los vigilaría más de cerca que Aizen. Deja que yo me ocupe de Aizen." Contestó Ichigo con fríaldad.

"Sí, sé lo que quieres decir. El Shinigami de pelo plateado le gusta escuchar conversaciones, por lo que he visto. No me gusta ese bastardo... Pero el ciego actúa como si fuera mejor que nosotros. Incluso tuvo el descaro de hablarme..." Dijo Grimmjow con rabia.

"Es un tipo astuto... Gin Ichimaru... No bajes la guardia en torno a él, nunca. En cuanto a Kaname Tousen... No esperaría que un tipo como él nos engañe, pero tampoco esperaría su lealtad. Voy a hablar con ambos y trazar una línea clara. De modo que sería mejor si mantienes tu ira bajo control y dejas que me ocupe de ellos." Dijo Ichigo con autoridad.