serendipia
serendipia fue haberlo encontrado a él,
y a estas palabras en medio de algo tan
inefable, cuando nada parecía poder
darme explicación alguna sobre las
estrellas que se posaban en el manto
negro bajo sus ojos como simples motas,
ni de esa esencia suave que flotaba
sobre su piel calentita cuando me
abrazaba y escondía su nariz en mi cuello,
y mucho menos por qué visualizaba
al lunar sobre su labio superior
como un blanco al cual disparar
todos los besos contenidos.
serendipia fue cada parte de él
rozando mi cuerpo y mi alma,
su ternura abrazando mis temores
y ahorcándolos hasta la asfixia mortal
para que no tenga miedo de amarlo;
sus sonrisa, de comisura a comisura,
dejando invertebrada a mi timidez
para sentirla derretirse mientras
nuestros labios proclamaban besos
eternos a escondidas de todos.
serendipia la serendipia, y saber
que puedo reducir todo este tiempo
en una palabra, porque si vamos al
caso, fue un hallazgo afortunado el
que me haya encontrado en medio
de mi mayor tristeza, cuando, a punto
de dejar de ser yo, me devolvió cada
parte de mi ser sin quererlo.
por eso, y por todo,
bendita serendipia,
bendito insomnio,
y bendito él
y sus ojos.
