Capítulo único.

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Ahora mismo Kirishima estaba encogido mientras que un rubio histérico lanzaba manotazos al aire.
Temía por su vida así que, en un intento por salvar su pellejo de las feroces garras de su bestia amada conocida como Bakugo Katsuki, se acercó a él con los brazos abiertos, esperando que su intento de abrazo fuera correspondido.

-¡No!–Gritó el ceniza apartándose.

Maldita sea, su intento por arreglar las cosas falló, o sea las cosas estaban de mal en peor.
Al oír el grito que le dieron el pelirrojo se encogió aun más, parecía un cachorro regañado.

-Pe-pero...–Tartamudeo, no sabia si de tristeza o miedo.

-¡No, mierda!–Gritó tan fuerte que Kirishima se encogió aun más.

-Blasty...–Trató de calmarlo pero no pudo, de nuevo. A este paso iba a terminar o en el hospital o en una funeraria.

-¡No te quiero ver, fuera Eijiro o te juro que te sacó a patadas!

-¡Tambien es mi departamento!

-Bien, te lo buscaste.

Y antes de darse cuenta estaba parado en la puerta de su hogar mientras la puerta se cerraba con fuerza a milímetros de su nariz.

«Ah... Creó que es mejor dejarlo por hoy, esperar a que se calme y se le pase el enojo» pensó el pelirrojo mientras caminaba por las calles.
Era viernes por la noche y mañana tendría día libre, había planeado quedarse en casa con su amado rubio pero obviamente ya no se podría, ni siquiera hoy podría dormir en su cálida cama ni en el molesto sofá.

Maldición, la cagó.

Ya ni siquiera sabia por qué habían discutido pero había hecho enojar al rubio y por lo que veía, seria muy complicado arreglar las cosas, si había llegado al extremo de echarlo de esa manera de verdad no podía verlo ni en pintura.

-Tal vez debería llamarlo y arreglar las cosas.–Sacó su teléfono de su bolsillo, marcando el número de su novio pero algo lo detuvo.

Él también había dicho cosas que lo molestaron ¿Por qué debería llamarlo y disculparse? ¡Habían discutido por qué el rubio estaba histérico y le reclamaba cualquier mínimo error!

Miró su teléfono una vez más y borró el número que había marcado, marcando otro.

-¿Hola? ¿Bro?

-Hey, Denki.

-¡Hey! ¿Qué es de tu vida, amigo? ¿Como estas? ¿Y Bakugo?–Preguntó este de buena manera.

-Eh... –Se quedó em blanco por un momento, sin saber bien que decir pero de un momento a otro su cerebro pareció reaccionar. – Bien, bien, todo tranquilo y Bakugo... –Y volvió a desconectarse.–Pues...

-Déjame, adivino.–Podia oír su risa burlona a través del teléfono.–Pelearon ¿Verdad?

-Él se peleó yo era totalmente racional y pacífico.

-Claro, claro amigo.–Respondió este entre risas.

-¿Estas ocupado? Necesito despejarme...

-¡Nope! Estoy justo con Sero y Mina en camino, íbamos a tomar algo, estaba por llamarte.

-Oh, bueno, nos vemos ¿En tu casa?

-Ajá, te espero, bro.

Y cortó la llamada.
Podría al menos ahogar sus penas en unos cuantos tequilas. 

~•~

-Y así es como termine encarcelada una noche. Fue divertido.–Contaba su amiga pelirrosa con emoción mientras iban en un taxi rumbo al bar donde irían.

No Fue Tan MaloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora