-I N... J U S T O-

V

My Hero Academia es una serie manga escrita e ilustrada por Kōhei Horikoshi, todos los derechos de autor le pertenecen exclusivamente a él. En cuanto a mí, sólo los uso con fines de entretenimiento sin ninguna clase de retribución monetaria.  

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Exhaló hilos blancos ante la divertida mirada de la mujer.

—Me alegra saber que no cambiaste del todo— dijo, aspirando de una boquilla esponjosa.

—Que va. Algunos hábitos no se arrancan tan fácil...—

—.... Menos los dañinos.— completó ella.

Sonrieron. El lugar donde se hallaban no distaba de ser un pub cualquiera, de esos en donde la clase mediera y baja suelen convergir.

Se habían reunido por equivocación, cosa que no lamentaban.

Que buena pareja tenía para ver el desastre.

—Será cruel— murmuró ella, enterada ya del por qué.

—Más que eso: será justo.—

—¡Jajajaja! Seguro, camarada.— la joven de hilos cafés, curvilínea y de senos llamativos, ladeó un poco la cabeza, dejando libre a la vista la pista de baile del antro.

Mira como un conocido platica animoso con un rubio de apariencia extranjera.

Muy animoso.

—¿No te molesta?— cuestiona a la fémina, señalando atrás de ella,—¿El que estén tan cerca?—

—Ah, eso... No, no lo hace— responde; cruza las piernas, haciendo que la abertura del ceñido vestido dorado corriera peligrosamente al límite de las nalgas, donde a la creación de sombras era imposible ver el tono y la forma las pantaletas.

—¿Entonces?—

Un suspiro hace rebotar el generoso busto de escote pronunciado —No me importa.—

—Pues, ¿No ustedes son pareja?—

—Nah. Sólo amantes ocasionales. Me alegra el que se emocione así por alguien. Además, —bebe de una botella de cerveza— me hace más fácil el asunto de deshacerme de él— sonríe luminosa, como quien hace una buena obra.

—¿Hay alguien mejor para ti?— le inquiere.

—¿No es obvio? ¡Claro que hay alguien mejor! Quizá algún día le conozcas, cariño.—

No puede evitar reír, conforme. Ese par tiene por Ley a la Practicidad. Y vaya que la aplican en todo. O bueno, casi todo.

Al fin y al cabo, es la vida de ellos.

Uraraka Ochaco e Iida Tenya. Sus mejores amigos y los peores verdugos que haya conocido.

Aquella recibe una llamada que le hace destellar el iris al leer de quien se trata y se aleja a buscar silencio.

Así que nuevamente se queda solo, observando a su alrededor: Iida sigue cual pollito recién nacido al extranjero, quien parece encantado con la docilidad del más alto. Uraraka espanta con fiera mirada a los que osan interrumpirla mientras está al teléfono.

Sorbe del oscuro taro, degustando el amargo sabor de la birra; recostado en el amplio sillón, ve fijo el humo del cigarrillo, formando siluetas. Hasta que una se materializa en el puesto que ante s ocupara su amiga.