17 de Diciembre

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17 de diciembre, 2020

Estaba intentando dormir pero eso no me lo permitía. Claro que no me extraña porque todas las noches es así pero ésta vez estoy muy cansada y adolorida, me duelen mucho los rasguños que dejó en mi espalda. Puedo sentir su presencia en mi entorno...yo sé que fue su culpa. Sé que él o ella (si así le puedo llamar) fue quien arruinó mi vida. Lo único que me tranquiliza es el dije que él me regaló antes de que mi vida terminara así, antes de todo esto; mis manos arden como el infierno y noto que he estado empuñando aquel dije cerca de mi pecho con fuerza.

No tengo nada mejor que hacer así que les contaré como terminé así. Todo empezó junto al año escolar, enero para ser más exacta. Todas las noches escuchaba pasos y golpes en el piso de abajo pero nunca les daba importancia. Siempre culpaba a mi hurón aunque estaba consciente de que tenía el sueño muy profundo y no era capaz de hacer tanto ruido con sus pequeñas patas. Con el tiempo empezó a empeorar, ahora no solo eran ruidos sino sombras también e incluso a veces mis pertenencias cambiaban de lugar.

A él lo conocí el primer día de la universidad. Cuando lo vi cruzar la puerta de nuestro salón supe que él era para mí; él era hermoso, muy hermoso. Era. Aún recuerdo perfectamente que llegó a sentarse a mi lado y me preguntó mi nombre, el cual ya no importa y mucho menos el suyo. También recuerdo que el día que me pidió ser su novia me entregó un pequeño dije de una amatista, todo era muy lindo hasta que lo invité a cenar en mi casa.

Aquella cosa me seguía molestando por las noches pero yo estaba demasiado feliz como para darle importancia. Grave error. Recuerdo que ese fatídico día me arreglé y puse mi música preferida para ambientar la velada; nos sentamos en el comedor y él me dijo que tenía que subir a lavarse las manos en el baño. Yo asentí y me dispuse a revisar mi teléfono celular, me entretuve con un juego que había descargado hacía poco tiempo y no le presté atención a mi entorno hasta que me apareció la advertencia de batería baja. Consulté la hora y me sorprendí porque eran más de las 12 a.m.; señal de que mi novio llevaba más de 4 horas en el segundo piso.

Aventé mi silla y subí corriendo a buscarlo, me tropecé en el camino pero no me importó porque sabía él estaba en peligro. Mientras abría la puerta de mi habitación (el baño se encuentra ahí) mis manos temblaban. Con una mano giraba la perilla y con la otra le llamaba a la ambulancia; les di mi dirección pero extrañamente escuchaba mi nombre al unísono, proviniendo de voces desconocidas. Desperté topándome con una luz cegadora y un pequeño dolor en el cuello; al mirar a mi alrededor me di cuenta de que estaba en un hospital porque a mi costado derecho estaba un doctor y al izquierdo una enfermera.

— ¿Qué me pasó? —. Dije sin dirigirme a ninguno, no me importaba quien contestara — Llamaste a emergencias porque encontraste a ¿tu novio? muerto. Le diste tu ubicación a la operadora, sonó un pequeño estruendo y sollozos. Los paramédicos te encontraron tendida en el suelo frente a la escena del crimen—-. Me respondió la enfermera. Sólo me inmuté a mirarla fijamente mientras sentía una fuerte punzada en el corazón y lágrimas brotando, de pronto, todo era negro otra vez. No tengo idea de cuánto tiempo pasó pero me volvieron a despertar. Esta vez otro doctor, con apariencia más cálida que el primero se acercó a mi oído y con una voz melancólica me dijo "Tienes que irte ya, si pasas más tiempo aquí terminarás contagiándote de algo grave. Entiendo cómo te sientes, mi esposa también falleció...".

Le dediqué una sonrisa de labios cerrados y comencé a llorar otra vez. Al salir del hospital pedí un taxi para llegar a mi casa y en el camino estaba inmersa en mis pensamientos, intenté distraerme mirando por la ventana pero solo podía recordar los momentos que pasamos juntos. Le pedí al taxista que me esperara mientras iba por dinero a mi casa pero me dijo que así estaba bien y siguió con su camino.

Con mucha pesadez entré a mi casa, saludé al hurón y lo llevé a mi cuarto para no sentirme tan sola. Me quedé dormida y me desperté al escuchar muchos ruidos en toda mi casa, me levanté por inercia y al hacerlo sentí mucho dolor en mi espalda, fui a revisarme en el baño y vi que tenía varios rasguños. Sabía quién era el culpable, que mató a mi novio y quizás terminaría matándome a mí también. Qué más da, me quitó a quien más quería y a la única persona con la que contaba; puede hacer de mi existencia lo que se le antoje.

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⏰ Última actualización: Dec 22, 2018 ⏰

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