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Padre debo ir por Mikhail, está en el aeropuerto y después iremos a dar un paseo. -Akihito se despidió de sí padre, quien lo abrazo y como siempre le dio dinero.-

Ten, son 20000 dólares, si necesitas más, usa tu tarjeta de crédito o la de débito. Diviértete, salida a Mikhail de mi parte. -Kazim vio partir a su hijo, mientras sonreía.- Digno de heredar el clan Amir y el clan Takaba.

A por cierto padre, mañana llega Fei, por favor mandas por el, quiere que lo ayudes con unas cosas. -Akihito entró al despacho nuevamente mientras su padre estaba de espaldas.-

Si hijo, ya sabía, ayer le habló para confirmar su asistencia. No te preocupes. -Kazim sonrió, ama a ver a su hijo feliz. Por lo que no le molesto el posible susto del día.-

Mientras tanto en Alemania otra persona estaba en su casa con una copa de vino en la mano...

Ah mi Akihito. Pronto volveremos a vernos. He estado esperando por nuestro reencuentro, creo prudente volver a estar a tu lado. Mi hermoso príncipe.

Escucho unos pasos y entró su mano derecha.

Mi señor, podemos partir pasado mañana. Ya que hoy llegó el joven Mikhail, mañana llega el joven Fei Long. Esos son los datos que tengo de los agentes.

Ok, entonces llegaremos de imprevisto. Gracias, puedes retirarte.

De regreso en Japón, ahora Akihito estaba reunido con su amigo del alma, Mikhail. Ambos estaban abrazados como si no existiera un mañana, por lo que la felicidad se sentía en el aire.

Te ves super guapo, príncipe. -Mikhail abrazo y cargo a Akihito mientras le daba vueltas.-

Gracias. Ya sabes como soy. -Akihito se colgó de Mikhail, quien estaba feliz por la atención de su amigo.- ¿cómo vas con Fei Long?

Pues no acepta nuestro compromiso, duele su rechazo. Pero aún así deberá casarse conmigo. Solo yo puedo negar el matrimonio, pero no quiero hacerlo. -Mikhail estaba triste, pues se sentía desplazado y la única persona que ama de manera romántica no lo quiere.- Quizá no sea digno.

No vuelvas a decir eso, él te hará caso. Pero dejalo ser. -Akihito abrazo a Mikhail, ambos son grandes amigos, pero también hay un pasado.- ¿Haz sabido algo de él?

-Mikhail abraza ahora a Akihito, pues sabe a lo que se refiere.- No, no he hablado con él y tampoco lo he visto. Lo último que supe de él fue hace casi seis meses, había ido a Australia y había dicho que no sabía si iba a regresar algún día a Alemania. ¿Lo extrañas?

Si, si lo extraño. -Akihito le sonrió a Mikhail, mientras ambos se subían a la limusina, donde iban a trasladarse durante el paseo.-

Ambos comenzaron su viaje, mientras tanto en la mansión Amir.

Buen día Amir-sama. -Asami saludo con respeto, mientras Kazim se sentaba a un lado.-

Buen día joven Asami. -regreso el saludo de manera respetuosa.- Mi hijo salió de paseo, se fue con Alim y su escolta. Quizá regrese hasta mañana.

¿No le da miedo? -Asami preguntó casi sin querer-

Mi hijo es fuerte y siempre ha tenido una excelente instrucción. Quizá no es muy hábil con unas cosas, pero confío en él. -Kazim comenzó a fumar su puro. Ama esas conversaciones.-

¿Dónde fue? -Asami preguntó.-

Mmmm, en realidad no lo sé, él es una persona muy independiente y hábil, parte de obstinada y tenaz, pero si necesita ayuda sabe a dónde acudir. -Siguió fumando.- No lo mandes a seguir ni nada por el estilo, eso sólo lo alejará de ti, ya que este conmigo. Lo tensara y solo obtendrás su desprecio.

¿Por qué mi ayuda? -veía sorprendido al padre de Akihito.-

-Exhalo el humo del puro.- Porque hubo una persona que hubiera muerto por el de ser necesario, se alejó y dejó a mi pequeño hijo solo. Esa persona vendrá pronto, pero no se si se quedará o se irá para siempre. Mi hijo espero su regreso por un tiempo, pero nada de lo que hizo por buscarlo funcionó. Eso derrumbó a mi hijo por unos días, pero esos días fueron igual de eternos que cuando ví a su papá morir.

¿Él creía en el amor antes de él? -Asami fumo el puro que el Señor Kazim le ofreció-

Ummm, es difícil de decir. Pero creo que sí. Aunque siempre ha estado alejado del romance, ha tenido muy buenos pretendientes, pero sólo él había logrado romper sus barreras. Eso deberás preguntarle a mi hijo. Pero no ahora, quizá en unos años o meses. -Se inclinó un poco y sacó un tablero de ajedrez.- Juguemos una partida.

Claro. -Comenzó a ordenar sus piezas-

Una mirada llena de amor. (Pausada Temporalmente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora