Seúl ❀JinNam one shot

Único

Le gustaba pintar más que nada en la vida. 

Incluso ingresó a la Universidad Nacional de Artes en Seúl y tenía algún tiempo graduado.
Nadie podía negar que Kim Seok Jin tenía el más grandioso don para pintar que cualquier persona o artista en Corea de sur. 

Estaba cumpliéndose su sueño más anhelado, por fin iba a realizarse la exposición de su arte que era lo que más había querido desde que tuvo que mudarse de Gwacheon a Seúl. Aquella ciudad que era la capital y también la más grande oportunidad para crecer y cumplir con sus metas nunca advirtió ser tan deprimente una vez se instaló en el departamento que rentaba de ese altísimo edificio. 

Aunque su piso fuera el adecuado para ver toda la ciudad desde un ángulo hermoso e inspirador. Seok Jin sentía que algo le faltaba, era como si tuviera todos los materiales de pintura, brochas y pinceles adecuados pero no un lienzo donde pintar y era verdaderamente agotador perder el tiempo en lo que se suponía debía ser la pintura central de la exposición. 

Porque cuando terminaba de trabajar con un cuadro, se paraba y miraba de lejos. No podía evitar pensar que algún detalle estaba siendo omitido en su pintura.

El pelinegro era bastante especial en cuanto a su trabajo, no podía evitar pensar en que todos sus cuadros eran buenos sin dudas, pero faltaba ese toque que le hacía tener la reputación que tenía, entonces si el cuadro no le gustaba. No sería expuesto. 

Llegó a dos conclusiones fácilmente un día tomando café. Estaba en su departamento y miró a su alrededor detenidamente estaba completamente sólo, incluso un pequeño susurro podría escucharse en el silencio que lo inundaba en todo el espacio que ocupaba. 

Una de sus ideas trataba sobre lo muy apartado de su familia que se sentía. Él los llamaba muy seguido y sus padres siempre le recordaba lo muy orgullosos que se sentían de él. Pero los extrañaba, hablar por teléfono no era lo mismo que hablar en persona, no podía sentir el calor de su casa a través de la bocina del celular y eso le hacía tan infeliz que también de ahí podía venir su inconforme laboral. Tenía todo el sentido del mundo, y sí Seok Jin seguía teniendo sensaciones tan abrumadoras estaba dispuesto a posponer su exposición para tomarse un pequeño descanso y así despejar su mente pasando Navidad cerca de su familia que también estaría muy feliz de verlo después de tanto tiempo, de ahí la segunda idea que vino a él y sí lo pensaba mejor no eran planteamientos tan descabellados. 

Porque en esa fría ciudad era mejor una compañía, pero él no la tenía, entonces iría a buscar su propio bienestar a su lugar de nacimiento y era entendible ¿no?

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Esa tarde esperaba una llamada que sería de la persona con la que se encontraría para buscar el lugar adecuado donde sería llevado a cabo su exposición que aún no estaba del todo seguro de querer cancelar y de todas formas si lo hacía sólo debía alargar el plazo para la renta del lugar y listo todo eso ya lo había hablado con las personas correspondientes.

Dibujaba algo en su cuaderno, un árbol quedándose sin hojas por el frío invierno que le pareció muy bonito aunque todavía no agregaba color, sabía que fácilmente podría hacer que todos los colores combinasen una vez se decidiera acabar con su pequeño pasatiempo que iba yendo cada vez más en serio.

Pero su teléfono timbró repetidas ocasiones y prefirió dejar el cuaderno en un lugar donde pudiera verlo después y atender la llamada que resultaba ser la prioridad de Seok Jin después de todo. No tardó mucho en contestar. Sabía perfectamente de quién se trataba.

-Hola, habla Kim Seok Jin.

-Bueno días. Mi nombre es Kim Nam Joon.

-Perfecto. Puedo bajar ahora ¿verdad?