Bésame

896 175 50
                                    

    Cuando sonreías tus ojos eran finas líneas.

    Cuando reías, resonaba con claridad.

    Cuando demostrabas afecto era sin pudor.

    Siempre te me asemejaste a un gran gato.




    Quizás el momento exacto en el que fui consciente fue en esa clase de educación física.

    Cuando la maestra pidió que midiésemos nuestras capacidades porque contaba para nota, y uno de los requisitos era un salto con su nombre específico que no recuerdo porque lo denominé como el "salto del gato", por ti.

    Eran varias colchonetas gigantescas inmediatamente después de un trampolín, así que se debía saltar con los manos contorsionando el cuerpo.

    Tú lo moviste como si fueras un felino.

    Tu cabello completamente negro no me ayudó a salir de esa ensoñación en la que había entrado al ver tu elegancia, pero si me ayudó a darme cuenta de mis sentimientos.

    —¿Cómo estuvo Renjun?—por aquel entonces todavía hablábamos y ni siquiera tenías novia.  

     — Creo que perfecto — te dije, quizás si hubiese sabido que tendrías novia varias semanas después, hubiese preferido centrarme más en mis propios ejercicios. 

    Aun así le agradezco muchas cosas a la clase de educación física.




   La semana que ella estuvo enferma, por una extraña gripe, probablemente ha sido la mejor de mi vida escolar. Podría jurar que incluso en clase la gente estaba más relajada.

    Incluso tú, sonreías más a menudo y mantenías pequeñas conversaciones alegres con otros compañeros. Aunque me la pasé pensando si ella te atormentaría a preguntas cuando terminase el horario escolar. Porque para mi fortuna pude observar claramente las veces que miraste el móvil y dejaste mensajes sin responder.

    Esa semana te adopté.

    Tan descaradamente que Jaemin y Donghyuck no pararon de hacerme preguntas por mensaje o dedicarme miradas extrañas.

    Ocupé el puesto de tu novia durante las clases para que pudiésemos hablar largo y tendido, tanto que la amargada maestra de lengua casi nos echa al pasillo.

    Durante los recreos, y los cambios de hora, te hice compañía volviendo rápidamente a la confianza de antaño. Esa con sonrisas cómplices y mimos de ánimo.

    Hubiese abortado el plan si en algún momento me hubieses despreciado pero como no fue el caso, mejoré extraordinariamente mi humor sin importar que todo el día mi mente estuviese llena de ti y si algo podía significar algo más.

    Como esa vez que abrazaste mi espalda entre risas porque me había enojado de broma y según tú parecía un peluchito.

    Quizás en realidad fuiste tú el que me adoptó.




    Fue en un cubículo del baño del pabellón. 

    Eramos casi de los últimos, habíamos estado hablando como si el tiempo nunca hubiese pasado, ignorando al resto, en vez de cambiarnos.

    Mientras me contabas sobre lo agobiado que te tenía inglés entré al pequeño compartimento con un váter, no me preguntes porqué, simplemente lo hice. Cerré su puerta y por la curiosidad me dediqué a leer las cosas que escribían en ella.

    — ¿Renjun, qué estás haciendo? —me preguntaste, probablemente porque ni siquiera había cerrado bien la puerta.

    — Mira, ven, Jaeno —volví a abrir la puerta con una sonrisa de haber leído "no estás loco, el profe TY se cree un camión".

    Haciéndome caso entraste en el estrecho lugar y no encogimos en una esquina para poder cerrar la puerta y tener más espacio. 

    Te enseñé distraídamente la frase que me había hecho gracia, nuestros hombros chocaban demostrando el poco espacio que había.

    — ¡¿Chicos, todavía están en el baño?! —uno de nuestros compañeros preguntó, resonando el eco de su voz entre las frías baldosas, no estaba seguro de si nos habíamos ido.

    Por inercia tape tu boca, no quería tener que volver al silencio de clase entre nosotros. Me miraste cuestionándome de cerca con tus ojos casi negros, hasta que te solté después de escuchar los pasos alejándose.

    — ¿Por qué no respondiste?—afortunadamente tu susurró no sonaba enfadado.

    — No quise —no sé si queriendo prestar más atención a tus palabras o por la distancia mínima entre nuestros rostros, pero me quedé mirando fijamente tus finos labios esperando que dijeras algo más.

    — Junnie...

    — Dime.

    — ¿Nos besamos ya, sí o no?  

    — Oh, al carajo — acerqué rápidamente mis labios a los tuyos, chocándolos torpemente, antes de que recordases a tu novia.

    Tus manos sujetaron mi cintura cuando el torpe acercamiento se tornó en un beso lento, moviéndonos acompasadamente, transmitiendo el gigantesco sentimiento de amor que bulle en el interior.
   
    No importó las veces que nos separamos mirándonos con los ojos brillosos, siempre volvíamos, una y otra vez, a besarnos sin importar el lugar, el tiempo, la situación.

    Existiendo únicamente tú y yo.

    Tus manos rodeando mi cuerpo y las mías en torno a tu espalda y cuello.

    Tu cabeza ligeramente agachada o mis pies de puntillas.

    Tu pelo cosquilleando en mi rostro y mi cabeza ligeramente inclinada.

    Nunca aparecimos en nuestra siguiente clase, física. Nos quedamos en aquel cubículo descubriendo el amor en las caricias, los besos, las miradas, los susurros, los abrazos...

    Apoyado en la pared de baldosas te vi llorar por primera vez, después de ahogarte durante meses en un amor tóxico que quisieras no haber conocido nunca.

    Terminé sentado sobre la encimera de los lavamanos contigo escondiendo tu cabeza en mi cuello, y mis piernas rodeándote, mientras ambos llorábamos. Suerte que ibas a lavarte la cara para no seguir derramando lágrimas y yo no lo iba a hacer.




   Quisiera decir que conmigo redescubriste el amor, aunque fuese a escondidas, después de dejar a tu novia. Pero sonaría terriblemente egocéntrico. 

    Pasamos muchas tardes en compañía del otro, dentro de nuestros cuartos o en el salón de nuestras casas mientras disfrutábamos de la presencia.

    Tumbados en nuestras camas abrazados sin importar qué, dando lo mejor de mi para cuidarte y que te sintieras en el mismo cielo donde yo estaba contigo.

    Acariciando tu rostro con infinita ternura mientras tus ojos permanecen cerrados en calma después de tanto tiempo, justo como ahora.

   Amor, descansa de la vida conmigo.









FIN


═══════ ≪ •❈• ≫ ═══════

Personalmente me ha gustado el resultado.

Agradecería MUCHÍSIMO que me dieran su opinión personal, si quieren preguntar dudas o me diesen consejos para mejorar.

En serio, se los suplico(?)

No [Noren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora