Refugio

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— Está bien, tomemos un descanso ahora. - el mono dice mientras se gira a atrapar en un abrazo a mi precioso pez.

Niego con la cabeza cuando veo a Donghae intentar escapar, o más bien, fingir que quiere escapar, porque en realidad ha estado esperando toda la mañana para poder abrazar a Hyukjae.

Suspiro hondo. Seco el sudor con la toalla que cuelga de mi cuello. Hago una mueca al sentir como mi rodilla duele. Estoy cansado. Cojeando un poco camino hasta poder sentarme en una de las bancas junto al espejo del salón de ensayos.

Como quisiera poder estar con ellos en todas las presentaciones, pero no puedo, mis piernas no me lo permiten. De pronto empiezo a sentirme triste. Masajeo un poco mis piernas mientras sigo observando a mis compañeros de grupo, a mis hermanos.

No puedo evitar sonreír amplio cuando veo a Yeye frente al espejo, haciendo sus típicos movimientos de baile, detrás de él, un muy animado Wookie está riendose de él.

Un celular comienza a sonar, y veo a nuestro líder, Teukie correr hasta su mochila para sacar su móvil. Lo veo apresurarse a contestar y salir del salón de ensayos, justo en el momento en que él entra.

De pronto todo a mi alrededor deja de importar. Apenas entra, es como si el mundo a mi alrededor no importara o se detuviera. Sonríe cuando me ve sentado en el banco, pero cuando nota que mis manos masajean mis piernas, frunce el ceño.

Voltea a ver a su alrededor. Suspiro al ver su magnífico perfil. Su mandíbula marcada, su barba a medio crecer, tal y como me gusta, su cuello masculino... no puedo despegar la vista de él. Frunzo el ceño cuando lo veo salir del salón de ensayos.

Hago una mueca molesto. ¿A dónde ha ido? Estoy enojado porque no ha venido en toda la mañana al ensayo debido a que ha tenido otros compromisos, y ahora simplemente sale sin ni siquiera acercarse.

Escucho a mi preciado pez reír fuerte y eso me hace girar mi cabeza, con toda mi atención en la forma en que ese horrible mono está haciéndole cosquillas. Donghae está tirado en el piso boca arriba, mientras que Hyukjae se ha sentado sobre sus caderas para impedir que se levante. Sus manos están buscando la manera de seguir haciéndolo reír.

Sonrío. Esos dos jamás disimulan.

De nuevo suspiro hondo, y doy un brinco cuando siento algo frío sobre mi rodilla. Una botella de agua helada.

Observo la mano que la sostiene. Sonrió cuando la reconozco. ¿Cómo no reconocer esas manos grandes, fuertes y varoniles?

Levanto la mirada y me encuentro con él.

— Siwon...- su sonrisa me abruma, es tan radiante como el sol.

— Deberías haber parado cuando empezaste a sentirte cansado - me dice.

— No estoy cansado- le miento. — solo estaba masajeando para prevenir...

— Sí, claro. - levanta una ceja — a mi no me mientas, te conozco.

Bajo la mirada. Sí, Siwon me conoce demasiado. Muerdo mi labio inferior y sonrío. Observo cómo sus manos ruedan la botella fría por mis rodillas y piernas. Recargo mi espalda en la pared y suspiro aliviado. Me siento bien, cuidado, amado.

— Gracias...- murmuro.

— No tienes porque darmelas. - Siwon contesta. — Yo siempre haré estas cosas por tí. - abro los ojos para verlo.

— Por eso te amo...- le digo mientras extiendo mi mano para tocar su rostro.

— Y yo a tí. — Siwon detiene mi mano sobre su mejilla.

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