JúnMián

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Abrir los ojos me presenta un gran dolor y esfuerzo. Veo blanco por todos lados, acompañado de un silencio sepulcral que no tengo el placer de experimentar con frecuencia. Mi cuerpo se siente ligero, como si estuviera flotando en la nada y tengo miedo de caer. Alzo una mano, adormilada, que proyecta su sombra sobre mis ojos por un instante antes de dejarla caer a mi costado de nuevo, palpando de paso la superficie fría sobre la que me encuentro. Una sombra se asoma por mi periferia derecha y mientras más se acerca, constato que se trata de una persona que me examina.

—¿Estoy muerto?— Pregunto en un hilo de voz que me raspa la garganta. No espero que me responda, sin embargo la persona se ríe de forma casi inaudible.

—Aún no—. Responde con voz suave a mi pregunta y baja la intensidad de las luces para que yo pueda orientarme. Por fin reconozco los ojos del doctor Wu, quien sonríe satisfecho detrás de su mascarilla azul. Se aparta un poco de mí, metiendo sus manos a los bolsillos de su bata blanca y yo suspiro.

—A veces desearía estarlo—. Digo en un susurro y acto seguido me siento sobre la mesa quirúrgica del laboratorio del departamento experimental, me inclino a la izquierda y vomito.


Pierdo el conocimiento, asumo que eso pasó cuando vuelvo a abrir los ojos y me recibe el gris de mi celda, acompañado de esa extraña mancha en el techo. Mi cuerpo percibe, incluso, la suavidad de mi catre y cómo este se sume un poco por mi peso.

Cierro los ojos e intento dormir de nuevo, convencido de que tendrán más consideraciones hacia mí por ser uno de los pocos conejillos de indias del departamento experimental. Sin embargo mis suposiciones son incorrectas y un oficial golpea los barrotes de mi celda con desesperación tan solo cinco segundos después de que la alarma matutina resuena por las instalaciones del bunker.

Me levanto con pesadumbre y soy escoltado, junto a todo el lote de prisioneros que viven en el mismo pasillo que yo, a los baños. Nos hacen desnudarnos y guardar nuestros uniformes de presos color azul marino en los casilleros grises que forman hileras dentro de las duchas. Ahí nos espera una muda de ropa limpia y una toalla seca también. Yo escojo el casillero marcado como 04, como siempre, y presiono a mi adormilado cuerpo para quitarme la ropa lo más rápido posible. Después me formo junto a los demás frente a la pared más lejana, aquella que es de un gris un poco más oscuro, y anticipo a los oficiales, quienes sacan no sé de dónde una manguera como la que tienen los camiones de bomberos y nos rocían el agua mientras nosotros nos lavamos lo mejor que se puede sin jabón. Esta vez, el agua no se siente tan fría. O quizá es que yo ya terminé por acostumbrarme.

Una vez secados y vestidos, nos redirigen al comedor para tomar el desayuno. Tengo el privilegio de sentarme en una de las mesas apartadas de los demás reclusos, un beneficio de pertenecer al departamento experimental. También me salvo de comer la asquerosa masa gris "llena de nutrientes" que les hacen comer. A mí me sirven comidas variadas todos los días y lo aprecio demasiado, pues ya tuve suficiente masa gris alguna vez.

Frente a mí se sienta JunMyeon, compañero mío del departamento experimental. Se ve más delgado que la última vez que nos vimos, hace dos días. Eso explica por qué a él le han servido más hotcakes y fruta que a mí.

—Detesto que nuestros horarios no coincidan seguido. Me he sentido demasiado solo. ¿Me repites tu nombre de nuevo? Por favor—. Dejo el vaso de jugo de naranja que había estado bebiendo y me paso la lengua por los labios mientras enarco una ceja antes de responderle.

—BaekHyun. Soy BaekHyun. ¿Cómo la llevas, Jun?— Él parece un poco confundido sobre cómo tomar los cubiertos, pero cuando lo descubre, me sonríe brillante y responde relajado.

—Yo he estado bien. Un poco distraído, eso es todo. Habría que preguntarle a los demás. ¿Cómo se sienten, chicos?— Me río cuando él mismo hace otra voz para responder a su pregunta con un "¡Bien!" JunMyeon y yo somos los únicos miembros del departamento experimental hasta ahora. Me alegro que el tratamiento no borre su característico humor.

AIR FORCE (EXO; BAEKHYUN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora