Habían pasado ya 3 años del dicho nacimiento y Álvaro ya hablaba, caminaba...
Tenía una infancia muy feliz, jugaba con lo que tenía y se divertía como podía pero eso si, nunca se aburría.
Tambien cuando su hermano Fafa se quedaba en casa y no salía con sus amigos, se quedaba jugando con él.
Un día, Fafa le dijo:
"Alvaro, vente a jugar al fútbol conmigo" lo hizo y cuando ya estaban cansados pararon a descansar. Descansaron y siguieron jugando porque se estaban divirtiendo mucho y se pasaron toda la tarde jugando.
Cuando era la hora de cenar, Fafa le contó a sus padres que Alvaro jugaba muy bien para su edad y le recomendó que le apuntaran en una escuela de fútbol para que de mayor sea un gran futbolista
"A que viene eso ahora,de verdad crees que se le da bien el fútbol? Solo tiene 3 años y es un poco pequeño" -pregunto el padre
"Claro que se le da bien papá, hemos estado jugando toda la tarde y para tener 3 años se manejaba muy bien con el balón y me marcaba muchos goles" -aclaró Fafa
La madre intervino en la conversación:
"Si es como dice Fafa, vamos a probar y le apuntamos en la escuela, porque mejor ahora que mas tarde,¿no crees? -dijo Ros
Y así hicieron, al mes siguiente se dieron cuenta que Alvaro tenía algo especial en sus pies y le apuntaron en la escuela "La Escuadra" que quedaba cerca de su casa
