~ColdBlueSun~
“Huésped sin invitación.”
"Su corazón latía desbocado. Estaba seguro de que había visto girar el tirador de la puerta.”
“Ya son más de 100 las víctimas que lo último que escuchan es “Go to Sleep” cuando despiertan en la noche, oyendo ruidos. Los cuales provienen del temible asesino en serie “Jeff The Killer”, muy conocido por su historia. Empezó siendo un personaje de historias de terror. Las cuales resultaron ser reales. Este joven de dieciséis años mató a sus padres después de un trastorno mental supuestamente “bajo control” y luego escapó. Se escabulle por ahí, sin dejar más rastro que párpados y bocas cortadas. Al no utilizar patrones, este psicópata anda libre buscando nuevas víctimas. Deben tener cuidado pue...”
Apagó el televisor, en verdad no le preocupaba la situación. El último homicidio fue en una ciudad que queda lejos de donde vive. Además, con todas las personas que hay en el pueblo... ¿Por qué lo elegiría a él?
Una vocecilla en su mente le susurraba < ¿por qué no?>. Trata de no hacerle caso, de todas formas sería precavido. Miró el reloj de pino de la espaciosa sala. Su péndulo se balanceaba lentamente. Se estaba haciendo tarde y prefería dormirse temprano. Las luces logran un ambiente que pone muy incómodo al solitario John. Deja el periódico en la mesa ratona, y tomo sus llaves y algo de dinero para luego salir.
La calle estaba vacía, oscureciendo y las luces aún no encendían. No había llegado a cerrar la puerta cuando le pareció ver algo detrás de los arbustos e su jardín. La curiosidad era más fuerte que él, por lo tanto se acercó, y de repente salió un perro negro de atrás de las plantas y lo tiró al piso. Gruñía, pero no a mí. Le gruñía a algo o alguien que estaba detrás de mí. Giro mi cabeza, pero no alcanzo a ver más que una sombra fugaz en donde está la puerta. Asustado, espantó al perro y se levantó, pero no había nada ni nadie. Algo confundido fue a cerrar la puerta y bien alerta dirigirse al mercado. Le pareció extraño que a esa hora las calles estén prácticamente vacías. Está próximo el invierno y por las noches oscurecía cada vez más temprano. En el mercado había un hombre entrado en años atendiendo la caja. A paso ligero se dirige a las góndolas del fondo, tomó lo que necesitaba y le pagó al hombre. Se escucha un estallido y se apagan todas las luces. Con el corazón a mil por hora, corrió hacia afuera y se huyó corriendo del lugar.
No había luz en el barrio, así que tuvo que encender algunas velas. Con su gato expectante preparó a tientas la cena. La cual le costó terminar de comer. Subiendo a su dormitorio se tropezó en la escalera y vio una sombra desde el suelo. Su gato. El muy inútil lo había asustado. Algo andaba mal... El minino también estaba asustado. Debe ser por el ruidoso golpe que se dio John al caer. Lo tomó en sus brazos y se adentró a la pequeña habitación. Se puso el pijama y se acostó. El gatito se acurruca ronroneando a su lado, cayeron los dos poco a poco en un profundo sueño, dejando de lado la oscura noche.
Un ruido ensordecedor hace que se despierte sobresaltado. Le dolía terriblemente la cara. El dolor era insoportable. Se tocó una mejilla y gimió adolorido, sintió una sustancia algo pegajosa... miró su mano y vio sangre. No podía parpadear, sentía que lo hacía pero sus ojos no se cerraban. Se levantó rápidamente y vio que su gato miraba la pared. Un escalofrío recorrió su espalda al ver que escrito con sangre se recitaba “¿No te ves hermoso? Yo creo que sí. Ahora te pareces a mí. Somos hermosos. Duerme.”
Pasos en el pasillo. Sin hacer el menor ruido posible, abre el segundo cajón de la mesita de luz que estaba a su lado y agarró su linterna. Casi se le cae, pero la sujetó con ambas manos, estaba temblando. Reúne todo el valor que puede y cambiando su peso de pierna cuidadosamente se acerca a la puerta. Inhala profundamente. Tantea la puerta hasta que encuentra el pomo. En un rápido movimiento abre la puerta y enciende la linterna. SU CORAZÓN LATÍA DESBOCADO. ESTABA SEGURO DE QUE HABÍA VISTO GIRAR EL TIRADOR DE LA PUERTA. Esa puerta que nunca abría. Que daba a esa habitación. Que en su momento había sido remodelada para un futuro bebé que nunca tuvo. Su mujer sufrió depresión durante un largo, largo tiempo. Después de tres años, atormentada con pesadillas en las cuales se mantenía vivo el recuerdo de la noche en la que perdió a su bebé, terminó suicidándose. Apartó esos pensamientos de su mente y se acercó sigilosamente a la puerta celeste pastel gastado. No sabía si investigar dentro el cuarto o huir inmediatamente de allí. Una fuerza extraña lo obligó a continuar. Torpemente giró el tirador de la puerta al momento en que a su otra mano, sudorosa, se le resbaló la linterna que, al impactarse con el duro piso de madera aglomerado, hizo un sonoro estruendo que se escucho por todo el lugar. Se quedó petrificado a la vez que un escalofrío recorría su cuerpo de pies a cabeza.
Se agachó lentamente para tomar su linterna. Al lado de esta, justo donde el suelo estaba alumbrado por ésta, había una mancha carmesí. Cuando observó mejor, vio que era todo un camino de gotitas, algunas pequeñas y algunas de mayor tamaño. Sangre. El no era el responsable de ese rastro, su gato tampoco. El corazón le dio un vuelco. Rápidamente tomó su linterna y en un suave movimiento fue abriendo la puerta, que chirriaba a cada centímetro que cedía. Tembloroso apuntó con la linterna dentro del descuidado cuarto. Dos ojos grandes lo observaban. Dos ojos grandes y sin párpados. Dos ojos grandes, sin párpados y una sonrisa gigante y sangrienta. Una melena negra y chamuscada, además de revuelta. Jeff. Su boca no se movió, pero se escuchó el “Go to Sleep”... Casi en un susurro. En un ágil movimiento pasa de mano su cuchillo. Tenía un buzo blanco, todo manchado con rojo. El pobre hombre asustado toma control sobre sí mismo y se da vuelta para girar el picaporte de la puerta, pero ése no cedía. Entró en pánico. Forcejeaba con la puerta, que no quería dejarlo salir. Se escuchó una ronca risa, proveniente del intruso. Se acercó a John y lo tomó por los hombros, para luego tirarlo al piso. Sintió un agudo dolor en la espalda. El asesino se colocó encima de él y lo inmovilizó, aunque el dolor que sentía en la espalda, y el de la cara cada vez se volvía peor, no lo dejarían moverse. Una luz tenue que atravesaba las cortinas de la ventana iluminaba débilmente la cara de su agresor.
-Go to sleep.- Se llevó el dedo índice a su horrorosa boca.
Y todo se volvió oscuridad y vacío infinitos.
•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•
Hola! Esta historia la hice para un concurso literario que se hace todos los años en mi escuela. Me gustaría saber su opinión al respecto... Voten si les gusta y comenten las cosas que les molesten, estén mal, les guste... Lo que quieran. Les agradezco mucho desde ahora por su gran ayuda :)
P.D.: si no les gusta voten también(?
~Iris
![](https://img.wattpad.com/cover/22034506-288-k66b5a5.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Concurso Literario.
FanfictionPublicaré aqui todas mis historias cortas que haga para los concursos literarios de mi escuela, cada año :) Espero les gusten como a mí :* ~Iris