En seguida levantó la mirada y se encontró con la aún mas perfecta sonrisa de Junkyu dirigiendo se a él. Entonces el corazón de Mashiho se sintió realmente felíz.
En realidad nunca ha entablado una conversación decente con el coreano, normalmente es Keita su única amistad en común y solo han intercambiado unas cuantas palabras cuando el mencionado está presente. Claro que la falta de comunicación no le impidió a Mashiho tomarle cierto aprecio a Junkyu; porque bueno, el chico simplemente causa ese efecto en las personas con solo sonreír, sin mencionar el aroma fresco y revitalizante que por alguna razón el chico emana. A decir verdad, Mashiho quiso pasar tiempo a solas con Junkyu desde que le conoció, solo que jamás tuvo el valor de hablarle adecuadamente.
—Hyung ¡hola! – respondió Mashiho con mas euforia de la que le hubiese gustado mostrar. Sin embargo, Junkyu por su parte pareció estar al mismo nivel de felicidad que él.
—¿Viniste solo? – Junkyu miró rápidamente al rededor del lugar en busca de algún rostro conocido. Mashiho le respondió negando con la cabeza, y luego sin previo aviso (o permiso), Junkyu se sentó a su lado.
El tener cerca al mayor le ayudó a darse cuenta que ya llevaba un rato en el lugar; puesto que su café estaba casi terminado y llevaba la nota de la cuenta en mano.
—Sí ¿y tú? – Mashiho estuvo a nada de contar el porqué de su soledad, pero luego de pensarlo se sintió un poco avergonzado.
—También. Bueno, en realidad Yedam me dejó plantado, dijo que hace demasiado frío – en ese momento, ambos soltaron una risa nerviosa sin ser conscientes de que terminó siendo por la misma razón.
—Yo... en realidad también me dejaron plantado – comentó Mashiho mirando fijamente a su café, luego le dio un leve sorbo.
Escuchó que Junkyu volvía a reír, así que Mashiho tambien lo hizo. Como dijo antes; la sonrisa del mayor es realmente contagiosa, digna de admirar y también de acompañar.
—¿Enserio? ¿entonces somos los únicos solados valientes de toda la flota?
A Mashiho le costó no regresar el sorbo de café en su boca y aguantarse la risa, porque bueno... él es del tipo de valiente soldado que lleva su pijama debajo de la ropa por temor a morir congelado al quitársela.
—Yo... creo que sí.
Bueno ¿que mas podía decir? en general, ni siquiera estaba preparado para entablar una conversión con nadie mas además de sus amigos. Está de mas decir que su habilidad social probablemente se quedó bien guardada en casa, debajo de todo el mar de mantas que es su cama ahora mismo, y tal vez su dignidad quiso quedarse con ella también. Cosa que al parecer fue tan evidente que Junkyu se lo dejó saber con una simple mirada.
Genial, estuvo pensando durante las últimas semanas literalmente cualquier excusa valida para entablar una conversación con Junkyu y ahora que lo tiene enfrente, lo arruina en menos de cinco minutos. En definitiva el futuro luce prometedor para Mashiho.
—Si... Bueno, creo que ahora debo irme. Se suponía que Yedam me acompañaría a escoger un traje, pero ahora que no está creo que tardaré el doble ¿está bien si te dejo solo? – Junkyu dio un visto rápido a su celular, probablemente vio la hora y por eso comenzó recoger sus cosas para irse.
Por mas que Mashiho intentó pensar en un plan para hacer que el mayor se quedara, realmente creyó que no había ni una mísera oportunidad para hacerlo a juzgar por la mirada del mismo cuando comenzó a levantarse.
Lo mas triste es que Mashiho solo pudo, otra vez, responder con un sencillo gesto de asentimiento.
Así fue como observó irse a uno de los chicos mas hermosos que ha visto en su vida. Y no es como que Junkyu haya capturado su atención únicamente por el atractivo, ya que según Mashiho ni siquiera le gusta el chico… solo quiere volverse cercano a él a cualquier costa, y teme que después de esa increíble oportunidad todo se vuelva mas incómodo de lo que ya es y Junkyu jamás le vuelve a hablar, o en otro caso, que no le queden ganas de volverse cercano a Mashiho.
Oh, pobre chico.
Estaba tan ocupado culpando a su torpeza social por fallarle cuando mas lo necesitó, que no vio el momento en que Junkyu regresó.
—Hola de nuevo – nervioso e inseguro, Junkyu volvió hasta la mesa dando miradas paulatinas entre el suelo y Mashiho —Tal vez esto suene un poco extraño pero ¿quieres salir conmigo? Quiero decir… en vista de que a ambos nos plantaron y que me vendría bien la compañía ¿quieres acompañarme? Solo si tienes tiempo, claro.
Já, si alguien le preguntara a Mashiho que fue lo que escuchó exactamente, respondería que no lo sabe… a decir verdad no escuchó nada fuera del magnífico "¿quieres salir conmigo?" dicho por los labios de Kim Junkyu. De hecho, está seguro de que si hubiese tenido café en la boca, lo habría tirado directo al suelo a causa del impacto que aquella pregunta le causó. El pobre Mashiho no logro ni siquiera controlar el tono carmín que su orejas comenzaron a tomar en pocos segundos.
Sin dudarlo dijo que si. Y tanto Junkyu como Mashiho no pudieron haber estado mas contentos con la decisión.