La comunicación, para desgracia de Mashiho, es algo que le ha perseguido desde el primer momento en que decidió mudarse a otro país. Aunque, para sorpresa de muchos, la complicación se encuentra en que el chico siempre ha sido una persona cálida y jamás le fue posible demostrarlo al haber sido rodeado por una familia excesivamente conservadora, ahora que ha llegado a un lugar donde al menos esa parte de él puede salir sin necesidad de involucrar las miradas extrañas de la gente, la ironía de la vida se hace presente y le pone en cara que pasó tanto tiempo reprimiendo se que ahora no sabe como demonios expresarse.
Sí, suena bastante jodido.
—¿Mashiho? – el chico escuchó la voz de Junkyu llamándole detrás de los vestidores.
Toda aquella situación aún le resulta un tanto difícil de creer a Mashiho, mayormente porque el pobre aún no se cree lo realmente deslumbrante que resultó ser Kim Junkyu. Luego de salir de aquella cafetería, Mashiho comenzó a reflexionar sobre él estando a solas con Junkyu, y rápidamente comenzó a ser evidente su cambio de humor y el como poco a poco el nerviosismo comenzó a consumir le; cosa que el mayor notó desde un principio y por eso buscó cualquier tema de conversación sencillo y que no involucrara a ninguno de los dos –por no decir que Junkyu pasó mas de la mitad del camino haciendo bailes graciosos con canciones aleatorias en su celular. E incluso, hubo cierto momento en el que Junkyu puso un brazo sobre los hombros de Mashiho de una manera en la que aunque quisiera, no intentaría apartarse jamás.
Para el mas bajo fue como si alguien hubiese sacado directamente de sus mas recónditos pensamientos y se encargara de recrear en carne y hueso a la persona que siempre creyó necesitar. Precisamente, una que hiciera que su corazón cálido salga a la luz en medio de toda una helada ciudad.
El trayecto se sintió como algo demasiado rápido para su gusto. En todo ese tiempo fue Junkyu el encargado de hablar y hacer que en ningún momento se quedaran en silencio, Mashiho por su parte descubrió que escuchar hablar al mas alto es algo que realmente disfrutaría si se diese la oportunidad de incluirle en su rutina diaria. Algo que entraría en la categoría de imposible, por supuesto, pero soñar nunca está de mas.
Mientras caminaban en medio de calles cubiertas de nieve, intentando no resbalar ni pensar en el frío abrumador que les rodeaba; descubrieron algunas cosas sobre el otro. Para sorpresa de ambos, sus gustos musicales resultaron no ser tan diferentes, así como en la literatura e incluso en la comida… y gusto nuevo por parte de Junkyu con tocar los cachetes de Mashiho.
Se vuelve algo casi obvio o facil de inferir el decir que las siguientes interacciones fueron de lo mas acogedoras entre ambos.
—Ah... ¿mande? – respondió Mashiho, cuidando decirlo apenas audible para el oído del mayor.
Resulta que conseguir un traje es mas complicado que solo escojer uno de un color bonito y comprarlo. Al menos así fue como Mashiho imaginó que sería su gran visita a la sastrería, sin embargo, Junkyu pareció llevar todo lo que la sencilla actividad conlleva a otro nivel, como por ejemplo pasar mas de treinta minutos debatiendo cual color debería usar y luego otros treinta en cual color de corbata combinaba. Entonces y solo entonces pudo meterse de una buena vez a uno de los vestidores y dar un paso mas cerca a una decisión final.
No es como si Mashiho se esté quejando de toda esa experiencia, al contrario, al chico le pareció algo completamente tierno el como Junkyu puso tanto esfuerzo en ello, por mas simple que pueda parecer. Por supuesto que también disfrutó de sobremanera el hecho de haber sido la persona que acompañó a Junkyu esa tarde y pudo contribuir en algo que pareció ser tan importante para el mayor.
—Tengo un problema – escuchó, por primera vez desde que se conocieron, un evidente tono de timidez en la voz de Junkyu.
—¿Quieres que llame a alguien? – contestó Mashiho, completamente confundido.
![](https://img.wattpad.com/cover/171485277-288-k558933.jpg)