Capítulo 7

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SeokJin mantenía sus ojos cerrados mientras apretaba con sus manos la camisa de NamJoon y se apoyaba de una almohada justo en el centro de la gran cama. Sus piernas estaban abiertas dando paso a NamJoon quien se tomaba su tiempo para recorrer sus muslos y repartir uno que otro beso en cada uno de sus lunares.

NamJoon observaba delicadamente cada par del cuerpo de SeokJin entre cada uno de los besos. Sus ojos cerrados y sus labios entreabiertos suspirando suavemente. Podía ver su cintura marcada, su cuello, sus largas y delgadas piernas que envolvían su cintura. Todo era hermoso y encajaba correctamente en él. SeokJin parecía estar a la medida para NamJoon, tanto como NamJoon lo era para SeokJin.

La garganta de NamJoon de pronto se sintió seca cuando SeokJin abrió sus ojos y le sonrió. El mayor tomó sus manos y depositó un suave beso sobre la mano de SeokJin, haciendo al menor reír y murmurarle un dulce "tonto".

SeokJin lo empujó hacia su cuerpo y lo encerró con sus piernas. Sonrió ampliamente cuando lentamente sus manos empezaron a bajar al vientre de NamJoon para poder desabrochar la camisa que empezaba a estorbar. NamJoon respiró sobre su mejilla y la besó, aprovechando para con una mano quitar sus zapatos y lanzarlos lejos de allí.

Ninguno dijo nada hacia el otro durante todo el proceso, ambos estaban en la misma sintonía y sabían lo querían hacer y cómo lo iban a hacer. Suave, dulce y placentero para ambos era como la noche estaba destinada. La erección de NamJoon presionaba contra su ropa interior, al contrario de la del muchacho quien estaba completamente desnudo desde hace minutos, tanto que SeokJin ni siquiera recordaba cómo se había deshecho de ella, solo podía ver de reojo las prendas regadas por toda la habitación.

SeokJin se inclinó y logró sentarse como pudo, deslizando la camisa por los hombro de NamJoon para hacerla desaparecer de allí, NamJoon lo acomodó y se estuvo sobre sus rodillas para rápidamente deshacerse de sus prendas restantes.

—Debemos darnos prisa, solo quedan veinte minutos para que la hora termine.

NamJoon rió y negó empujándolo hasta recostarlo de nuevo, besando su cuello y deslizando su mano por todo su abdomen—Pagué por dos horas.

—¿Ah sí? Dos horas para solo entregarme un celular es un poco exagerado. —se burló sin dejar de mirar la mano de NamJoon, quien se detuvo directo en su miembro y lo tomó para comenzar a masturbarlo lentamente. SeokJin se calló y cerró sus ojos nuevamente, obteniendo a reacción un suave gemido y un movimiento de caderas hacia delante presionando con su erección la mano de NamJoon y su abdomen.

—Si tanto quieres tu celular no hay problema, te lo entrego ahora mismo y me voy. —SeokJin mordió su labio inferior cuando detuvo sus movimientos y estuvo a punto de apartar su mano—Entonces alguien más tendrá que hacerse cargo de ti y de bajar tu pequeño problema. —SeokJin llevó su propia mano a la muñeca de NamJoon para devolverlo a los movimientos que estaba haciendo y frunció su ceño.

—Cállate y muévete. —NamJoon rió y besó sus labios fruncidos en un tierno puchero.

La otra mano de NamJoon apartó la de SeokJin de su muñeca y la tomó, para entrelazar sus dedos y junto a ello pasarla por su mejilla, mientras con la otra subía la velocidad con la que acariciaba a su menor.

En otra situación, NamJoon hubiera mandado al carajo el placer de su compañero de cama y se hubiera centrado en el propio, como lo hacía siempre que estaba con Wendy, ignorando las constantes quejas de la mujer por mimos y cariños o su constante obsesión por aquellas empalagosas palabras de amor luego de terminar de una inmensa y –según NamJoon- aburrida sesión de sexo.

Pero entonces estaba SeokJin, quien era como un pequeño gatito, amando mimos, restregando su mejilla contra su cuerpo y anhelando su calor. Sonriéndole mientras chupaba su pulgar o lamía la mejilla de NamJoon cuando estaba a punto de llegar al preciado orgasmo.

Bonsoir Monsieur [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora