04

555 71 25
                                    

Era viernes y Sadie estaba muy feliz, ya que ese se acercaba el fin de semana. Un fin de semana donde se iba a dedicar a descubrir su nueva ciudad, Los Angeles.

Sadie se encontraba en la cafetería de su instituto pidiendo comida para nada nutritiva, pero eso le hacía feliz. Cuando terminó de pagar su almuerzo se dedicó a buscar a sus nuevos amigos. Al fondo de la cafetería se encontraban casi que todos los integrantes del grupo de música de Joe, menos Noah. Un poco más a la derecha el castaño se encontraba solo, algo que le pareció raro a Sadie.

La pelirroja no sabía que hacer, es cierto que la última vez que Noah y Sadie salieron se llevaron de maravilla, pero Noah era algo extraño, puede que hoy la mande a la mierda sin razón alguna. Pero no le importo y decidió irse a la mesa de Noah.

El castaño tuvo un presentimiento el cual hizo que alzara su cabeza para ver cómo cierta pelirroja se le acercaba. Este de inmediato agarro sus cosas y se levanto pasando a la par de Sadie.

— Hola Noah... — dijo Sadie viendo como Noah le ignoraba por completo dejándola sola en medio de la cafeteria.

— Ven, siéntate con nosotros — dijo Millie quien la jalo para la mesa donde se encontraba el resto del grupo.

— ¿Que le pasa a Noah? — preguntó Sadie sentándose.

— Es un poco bipolar — dijo Gaten dándole un bocado de pizza.

— No es eso. Hoy es el cumpleaños de Sara — dijo Millie haciendo que todos se quedarán callados.

— ¿Que le pasó? A Sara... — preguntó Sadie.

— Sara estaba muy encerrada en su mundo. Las últimas semanas solo hablaba con Noah —dijo Caleb.

— Depresión. Eso era lo que tenía — dijo Finn hablando por primera vez desde que Sadie había llegado a la mesa.

— Eso no lo sabías — dijo ahora Gaten.

— No hace falta que alguien te diga que tienes depresión para notarlo. Cuando tu personalidad es alegre y siempre llevabas una sonrisa en tu cara comienza a desaparecer, sabes que algo está mal. Se te nota en tu mirada, como las cosas que antes te emocionaban ya son en vano. Ya nada es lo mismo en tu vida y a Sara se le notaba eso — dijo Finn.

— Lo sé porque yo he pasado por eso, depresión — dijo Finn con la voz entre cortada haciendo que Millie tomará su mano y le diera un apretón como muestra de apoyo, haciendo que el chico con pecas le diera una sonrisa de agradecimiento.

— Lo siento por oír eso, Finn — dijo Sadie.

— No te preocupes. Esta persona que ves acá me ayudó a salir de la depresión — dijo Finn dándole un beso en la mejilla a Millie haciendo que las mejillas de esta tornaran a un tono carmín.

— ¿Por que no son novios? — dijo Sadie dibujando un corazón con su dedo dirigiéndose a la castaña y al pecoso.

— Porque le tienen miedo al éxito — dijo Caleb haciendo reír a todos en la mesa.

El resto del almuerzo la pasaron entre risas. Sadie conoció mejor a los chicos, dándose cuenta que eran muy buenas personas. Pero aunque la estaba pasando bien no podía evitar pensar en Noah. Le destrozaba el corazón en pensar como se debería estar sintiendo el castaño en un día como hoy, el cumpleaños de la persona la cual quisiste como nunca nadie habías querido alguien, y que lamentablemente ya no está entre nosotros.

Sadie miraba con ansiedad aquel reloj de la clase de Matemáticas. Sadie odiaba esa clase. ¿Como es posible que estudiará tanto para un examen de matemáticas y aún así, le iba han mal?

Sadie veía como Noah estaba casi dormido en su escritorio, quería que ya sonara la campana dando a entender que era salida para poder hablar con Noah.

— Recuerden que el lunes tenemos examen — dijo el profesor para que en cuestión de un segundo la campana sonara.

Todos salieron de clases y Noah fue el primero en salir. Sadie agarro sus cosas rápidamente para ir donde Noah.

Sadie vio como Noah se puso su suéter y tomo una ruta diferente como de costumbre. La pelirroja era una persona curiosa, por lo que quizo seguirlo y así lo hizo.

Noah iba con las manos metidas en los bolsillos de su suéter y con audífonos. Sadie mantenía su distancia.

Después de unos minutos Sadie se dio cuenta a donde se dirigía el castaño y eso destrozo a la pelirroja.

Noah entro al cementerio por lo que Sadie no sabía si ir y darle apoyo o dejarlo solo. Pero al final lo hizo, entró al cementerio.

El castaño se sentó a la par de la lápida donde se veía el nombre de "Sara Keery" escrito. El chico saco un ramo de rosas blancas para reemplazar unas que ya estaban marchitas. La pelirroja se acercaba lentamente hasta que Noah comenzó a hablar solo haciendo que la chica parara en seco.

— Hola Sara. Espero que me estés oyendo. Estos días sin ti han sido difíciles, cada día que pasa no puedo evitar pensar en ti. Te extraño tanto, extraño esas tardes en las cuales veíamos películas hasta que tú te quedabas dormida en mi pecho. Te seré sincero, las ganas de quitarme mi vida aumentan cada día, pero no lo hago por ti, quiero seguir acá y hacerte orgulloso de todo lo que un día nos prometimos. Pero fuera de eso, una chica, Sadie, es nueva en el grupo de música, perdón por no haber venido antes a hablarte de ella, pero es que no he tenido nada de tiempo. La chica es muy bonita, siendo sincero. La trate muy mal los primeros días, porque me temía que quería reemplazarte, pero no era así. Salimos un rato los dos y fue uno de los mejores momentos que he tenido últimamente. La pase muy bien junto a ella, me hizo sonreír, justo como tú lo hacías. Le puse de apodo rojita, por su pelo. No lo sé, casi no la conozco, pero siento que Sadie será una gran amiga mía. Oh, se me olvidaba. Feliz cumpleaños, espero que en donde quiera que estés te estés comiendo aquel pastel de chocolate que tanto te gustaba en tu cumpleaños... — dijo Noah mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas.

Sadie estaba llorando por todo lo que había dicho Noah, le había tocado el corazón de una manera tan pura con todo lo que dijo.

La pelirroja no pudo resistir más y se lanzó a Noah para abrazarlo, este se sobresaltó pero al ver que era Sadie no dijo nada, no la mando a la mierda, no le pregunto porque estaba ahí o que si lo había seguido. Solo se dedicó a abrazarla.

— Perdón, Sadie — decía Noah susurrando mientras lloraba.

— ¿De que te disculpas? — dijo Sadie alejándose un poco de Noah, lo suficiente para verlo los ojos.

— De lo mal que te he tratado. Solo es que... — Noah no pudo terminar de hablar ya que Sadie lo había abrazado, de nuevo.

— No te preocupes, entiendo — decía Sadie mientras acariciaba la espalda de Noah.

Se quedaron ahí por algunas horas, hasta que cayó la noche. Noah le contaba a Sadie algunos momentos de los que paso con Sara o de lo poco que se acordaba de sus padres, mientras que Sadie le contaba sobre Nueva York y lo difícil que fue dejar de ver a su madre casi que todos los días o a sus mejores amigos. Los chicos se conocieron más a fondo haciendo que se unieran más, y así fue como poco poco la confianza entre ambos comenzó a aumentar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Dec 25, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sara's Chair ; SoahDonde viven las historias. Descúbrelo ahora