Lo inesperado.
Lo sabes, siempre lo has sabido. Hay algo inesperado en cada uno de los detalles de la vida y sus paisajes. El mar es una cosa hermosa, todo el tiempo se encargaban de decírtelo. Uraraka con sus bromas e Iida con su seriedad. Adoras a ese par de mejores amigos que te cargas porque prácticamente creciste a su lado a pesar de las enormes diferencias que te alejaban de ellos. Ahora éstas no existen, ahora eres igual, aún si ellos se hubiesen matado por años tratando de convencerte de que nunca fuiste diferente. Supones que es normal, piensas que son personas maravillosas y agradeces estar incluído en su vida.
Hoy fuiste a la escuela, todos se te quedaron mirando, notaron el cambio, notaron que eras otro. Algunos se acercaron a felicitarte, otros te ignoraron.Te da igual, las únicas opiniones que siempre te han importado son las de ese par y de Kacchan, tu persona "especial".
Uraraka está emocionada por ti, te cuenta sus planes, te involucra en sus actividades. Siempre lo ha hecho, pero hoy es un día especial, tanto para ti como para ella y el propio Iida-kun.
Tienes miedo, claro que sí. El impacto con ambos fue impresionante y a pesar de saberte siempre todo lo que ellos eran, aún así te llevaste una sorpresa. Fue grata. Descubriste que ella tenía unas facciones delicadas, que sus ojos transmitían mucha luz cuando hablaba de asuntos triviales y que su sonrisa era la más hermosa de todas. Y no, no lo dices porque es tu mejor amiga, si no porque es cierto.
Con Iida-kun te sentiste seguro, tranquilo, comprendiste que la seriedad de sus palabras se reflejaba en sus gestos, las pantomimas que hace con las manos le da un toque a cada uno de sus regaños y no pudiste evitar reír con ganas, como hacía mucho no lo hacías.
Sin embargo, temes que con Kacchan no sea igual, temes que las cosas se hayan modificado ahora que eres diferente, aunque no deberías asustarte. Siempre lo fuiste y él te quiso a pesar de todo.
Antes de abandonar el colegio, das un suspiro, como para armarte de valor. Uraraka te levanta el pulgar en señal de apoyo mientras Iida afirma con convicción que sí puedes y tú comienzas a caminar. Las calles, los árboles, los colores; todo es tan diferente a cómo lo habías imaginado. Te preocupa que él también no sea lo que esperas, pero sabes que son miedos irracionales. Él no ha cambiado, quien lo hizo fuiste tú.
Vas hacia la playa. Ellos te han contado que el mar es algo hermoso. Nunca lo has visto, por supuesto, a pesar de vivir ahí desde el instante en que diste tu primer aliento. Estás muy nervioso, tienes deseos de volver a tu casa corriendo y no enfrentarte a los hechos. Pero giras tu cabeza mientras caminas y ahí está en todo su esplendor: el océano.
Azul como te lo pintaron tus amigos, imponente como te lo describían tus padres. Único e infinito, como creíste que sería. Quieres llorar de la emoción, pero te contienes, no debes dejarte llevar así. El mar y su belleza es lo que te motiva a seguir caminando. Atraviesas la cerca que rodea la playa, te quitas los zapatos, porque hay rituales que no desaparecen, y te permites sentir la arena entre tus dedos. Eso sí lo conoces, sonríes y continuas tu camino con más fuerza, sin dejar atrás todos esos sentimientos negativos, pero sin permitir que te dobleguen.
Cruzas tus manos y cierras tus ojos, es el mundo que conoces, con el que siempre has estado familiarizado. La oscuridad. Te tiemblan los dedos, el aire es frío y el corazón te late a toda prisa, como si estuviese en una carrera. Has llegado, no dejaste de caminar hasta topar la piedra en la bahía. Tomas asiento y esperas.
Justo entonces, escuchas su voz.
—Hola—te dice secamente, como siempre ha sido él y el miedo crece.
—Hola—te tiemblan los labios también, tratas de lucir sereno—. No fuiste a la escuela.
Reclamas en una forma de tener un tema trivial de conversación y sigues con los ojos cerrados porque estás aterrorizado de lo que te espera ante la luz. Sientes cómo él toma tu mano entre la suya y responde de forma directa.
—Quería prepararme para el impacto y ser el primero en mostrarte esta vista. ¿Qué dices jodido nerd? ¿Te gusta?
Esa es una clara invitación para que abras los ojos. Aprietas su mano y obedeces. Abres los ojos, te acostumbras de nuevo al despliegue de colores y aros de luz. Está atardeciendo y lo estás mirando, el sol ocultándose en el mar y su rostro.
Sabes que a pesar de haber palpado su cara con tus manos muchas veces, no es lo mismo. Lo contemplas, él sonríe de forma petulante y entonces todo desaparece. La tristeza, la incertidumbre, el miedo y la ansiedad. Nada ha cambiado, todo lo que conocías sigue siendo igual, incluso el sol con su cálido toque antes de partir. Incluso él y la forma en la que te demuestra que te quiere.
Sin poderlo evitar, le devuelves la sonrisa y entonces ya puedes estar tranquilo.
—Me gusta, creo que es perfecto.
Y sabes que no estás hablando del paisaje.
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Una pequeña viñeta como regalo a @Mochita-sama por haber acertado en la mini trivia de "Espléndido Servicio de Banquetes", he decidido que daré viñetas en cada una de las premiaciones. (Hablo como si tuviese todo el tiempo del mundo para hacerlas y fuese a hacer muchos sorteos jaja).
Espero que tu premio te haya agradado y prometo ya actualizar, ahora sí.
Muchísimas gracias a todos los que leen y por todo el apoyo.
Besos!!!! :3
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Lo inesperado- KatsuDeku
FanfictionLos ojos son la puerta al alma y él lo sabe muy bien. Pero nunca necesitó mirarlo para entender perfectamente que es el amor de su vida. © Los personajes no me pertenecen, su respectivo autor es Kohei Horikoshi, lo único que podría adjudicarme son l...