Capítulo 1

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Era una fría noche en la que Jonghyun se lamentaba profundamente el haber seguido la grandiosa idea de Minho, ese malagradecido lo había invitado a escalar unas semanas atrás con la promesa de que estarían en casa con un par de botellas de sake, la calefacción a todo calentitos riendo y bromeando junto a nuestros demás amigos. En cambio, ahora se encontraba perdido caminando entre la fría nieve sin saber qué día era o si era de día o de noche, al menos. No dejaba de maldecir al pelinegro con cada paso que daba frotando sus brazos lo más que podía en el intento inútil de darse más calor con aquel horrible y torrencial frío.

La tormenta lo había hecho desorientarse del camino y dejo olvidadas sus pertenencias en el campamento del que salió huyendo en segundos protegiendo su vida. Del mismo modo había hecho Minho, pero ninguno de los dos le tomo importancia en fijarse en la dirección que se fue el otro. Solo le quedaba esperar y rogar porque estuviera bien y en un lugar seguro, aunque era poco probable, pues era una montaña sin muchas cuevas como para esconderse y en las pocas que habían seguramente eran habitadas por grandes animales hibernando.

Dio un largo suspiro intentando dejar de pensar en su amigo, después de todo su situación definitivamente no era para nada mejor ni más prometedora. Su cuerpo comenzaba a enfriarse demasiado, seguramente no tardaría en perder la sensación de sus piernas si no encontraba pronto un lugar caliente donde refugiarse, pero seguramente no pasaría de un par de horas antes de que una neumonía le llegara a acabar con su vida.

Entonces algo extraño apareció frente a sus ojos.

A varios metros de distancia se encontraba una gran casa llena de nieve por todos lados, grandes picos de hielo amenazaban con caer sobre la bonita casa que tenía una luz prendida dando por enterado que alguien se encontraba en su interior, pero lo que más llamo su atención fue que alrededor de la casa se podían ver unas flores de diferentes colores adornando cada espacio pintando de color rosa, amarillo, rojo, blanco, azul, naranja, morado, negro y blanco dando una imagen de primavera en medio de toda la manta blanca que adornaba el lugar.

Sin pensárselo dos veces ni los peligros que podría conllevarle su impulsivo actuar camino lo más rápido que su casi congelado cuerpo le permitía dándose cuenta de lo lejos que se encontraba en realidad la cabaña. Con un último respiro logro llegar a la entrada tras subir los tres escalones del porche y con el último aliento toco la puerta antes de que su cuerpo inconsciente terminara sobre la nieve que llenaba cada escalón, incluso le sorprendía no haberse resbalado y caído en el suelo de sentón, pero lo agradecía.

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Su cuerpo se sentía pesado, como si tuviera encima una enorme piedra de varios kilos sobre su anatomía y con la misma pesadez se animó a abrir sus ojos parpadeando varias veces seguidas hasta que sus pupilas pudieron acostumbrarse a la luz que daba en su rostro lastimando un poco sus ojos. Una vez que su vista se acostumbró se movió en varias direcciones hasta que un hermoso rostro se plantó justo por encima del suyo haciéndolo abrir los ojos enormes con la sorpresa.

¿Estaba muerto? Esa sería la única explicación para ver a un chico tan hermoso frente a él. Sus pequeños ojos rasgados como cualquier asiático, su piel pulcramente cuidada y humectada con solo dos pequeñas cicatrices que la marcaban, pero lejos de verse mal lo hacía ver único, unas marcas de lo que era y quien era. Una nariz pequeña, unos labios en forma de corazón que le sonreían con ternura, por último y lo más llamativo era su cabello blanco, tanto como la misma nieve afuera de la cabaña.

―Me alegra que hayas despertado, por poco y mueres si no te hubiera encontrado a tiempo afuera. Si te da calor puedes apartarte del fuego de la chimenea y quitarte algunas cobijas, pero te recomiendo permanecer así al menos una hora más para que tu cuerpo completo recupere el calor, igual te traeré un chocolate caliente para que puedas calentar un poco tu cuerpo por dentro.

El secreto de la Navidad ↪ JongKeyWhere stories live. Discover now