La naturaleza es perfecta dicen por allí, que jamás se equivoca, que constantemente va mejorando, pero eso no podría estar más alejado de la verdad. Cuando te das cuenta de que existen miles de enfermedades genéticas, cosas como el cáncer y los famosos trastornos mentales, es posible recién tomar conciencia de la profunda fragilidad de la consecutiva creación de los seres humanos y la gran posibilidad de la aparición de almas resquebrajadas por el azar. Por otro lado, cuando te detienes a observar el mundo, puedes percibir que la mayoría de las personas llegan a ser víctimas de las emociones y los sentimientos, desde el sitio en el que me encuentro es fácil darme cuenta de la debilidad que significa tener una emocionalidad única, ser constantemente sereno, alegre, melancólico o colérico determina que clase de persona eres y muy posiblemente las decisiones y forma de vida que vayas a tener.
¿Ven? No parezco un loco cuando intento explicar mis ideas. Pero ahora bien, de seguro te han surgido muchas dudas sobre mi verdadera naturaleza, permíteme explicarte: En sencillas palabras nací con la incapacidad de tener sentimientos, cosa que me hace parecer un psicópata, sin embargo, no lo soy, digo, yo no te mataría, porque obviamente eso traería consecuencias a mi persona y reputación, además no siento nada por la vida ajena, aunque si soy capaz de darme cuenta de lo malo que es matar a alguien dentro de esta sociedad. Y como tampoco siento odio contra nada ni siento placer por el dolor, soy capaz de adaptarme al mundo y sus normas.
La verdad me gusta vivir, y por ello debo lograr verme normal, de hecho soy muy bueno imitando emociones, hace poco logré fingir llorar, con lágrimas y todo. Aún así, me falta reconocer algunas sensaciones humanas para poder replicarlas, ese órgano llamado cerebro es una máquina esponjosa muy compleja, y hasta el día de hoy me sigue sorprendiendo lo que es capaz de hacer. Igualmente tengo elementos que logran hacerme algo más que un imitador, genuinamente puedo reír, sorprenderme y sentir curiosidad. ¡Ah!, también de sentir placer con cosas muy específicas que no especificaré por respeto a mi dignidad como ser vivo. Esas cosas creo que logran convencerme de que vivir no es sólo un mecanismo de funcionamiento continuo.
En fin. Esa es mi presentación... Bueno, la verdad me falta presentarme (paradójico), me llamo Nik y tengo 204 meses, si te das el tiempo de dividir esos meses lograras saber mi edad. Es como un plus misterioso para que te enganches con saber que he hecho este último tiempo con mi corta existencia. Suerte.
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Nik
General FictionUn perfecto actor. Un dramaturgo de su propia personalidad. Sin embargo, ¿Es Nik completamente ajeno a la emocionalidad? Probablemente no del todo, no obstante será la sociedad quien tratara de corromper su impertubada mente.