5 Dias En Japón ° KookMin°

Día 3

Me encontraba sentado en mi cama, los demás seguían en el quinto sueño. Gotas de agua resbalaban por la ventana dejando ver un cielo completamente gris y poco iluminando. La lluvia no caía con gran fuerza ni en mucha cantidad. Podría salir. Y como se había convertido en rutina, fui a darme un baño. El agua seguía igual de tibia a pesar de que fueran las 7:30
¿Vería a Jeon? No lo sabía, no habíamos conversado más desde que me dijo que me cuidara. Pensé en mandarle un mensaje de buenos días, pero tal vez aún estaba en estado de vegetación y no quería despertarlo, así que no lo hice. Decidí esperar hasta que dieran las 8:30 al menos, para proponerle bajar a desayunar juntos.

Presentí que haría frío fuera de las paredes, ya que dentro sentía escalofríos. Me puse un playera de lana con cuello de tortuga, unos pantalones negros y calcetines especiales para días de frío. De esos que te regalan durante la Navidad, para que durante las frías noches de invierno no se te congelen los pies.

Vaya... Comenzaba a extrañar mi hogar, junto a mi familia. Miraba por la ventana, que lindos son los días de lluvia. Eso me hacía pensar en el típico beso la lluvia, que romántico que me pasará algo como eso. Definitivamente nadie me lo creería, pensarían que lo saque de alguna película de romance. ¿Será buen momento para enviar un mensaje a Jeon? .Pero me debatía si hacer eso sería demasiado desesperado. Al final decidí mándale un mensaje.

Buenos días, Jeon.
✓✓ Visto 08:12

A los pocos minutos me llegó la respuesta.

Buenos días Park.Que
linda mañana
¿No crees?
✓✓ Leído 08:15

Si, lo creo por completo. ¿Desayunamos?
✓✓ Leído 08:16

Me gusta la idea, solo me
cepillo el cabello y te veo
en el elevador. A no ser
que aún no estés listo.
✓✓ Leído 08:17

Tranquilo, ya me he
cambiado, te veo abajo.
✓✓ Leído 08:17

Técnicamente ahí terminó la conversación, levante mi trasero de la cama, retire mis calcetines de invierno para ponerme otros y enseguida el calzado. Deje un mensaje en el teléfono de mi padre, diciéndole lo mismo que saldría y llegaría alrededor de las 12. Por lo visto nunca leía mis notas escritas a mano.

Abrí la puerta y mientras me dirigia hacia el elevador pensé que la última vez Jeon subió las escaleras y yo en el elevador. Como si de un juego de tratase decidí bajar por las escaleras. Mire de reojo cuando comencé a bajar, y vi saliendo a Jeon de su habitación. No me detuve. Camine a paso normal por las escaleras, sin prisas pero tampoco como si no quisiera desayunar.

Me detuve al lado del elevador y un segundo después vi la cabellera rojiza de mi amigo. Lo saludé con un asentimiento de cabeza, el me regreso el saludo con una sonrisa aún más grande que la mía. Iba a caminar a las mesas. Pero creí que tal vez podríamos ir a otro lugar.

- Jeon, vamos a comer fuera de este hotel. Un café y algún pastel me vendría bien.

- Estoy en total acuerdo contigo. Vamos.

Caminamos por los alrededores buscando un buen lugar. Pero n había nada que llamará lo suficiente nuestra atención. Hasta que encontramos una cafetería sencilla pero con ese aroma puro de café, ahí supimos que era el lugar ideal. Nos sentamos en uno de los extremos del local al lado de una gran ventana. Las personas caminaban, algunas con bolsas de compras y cosas así. Y a lo lejos vi a dos chicos caminar, uno era rubio, alto y delgado, un chico muy atractivo. Y a su lado un chico con el pelo negro, diferente físicamente al otro pero igual de atractivo. Cruzaban la calle hasta llegar a la cafetería donde estábamos, con miradas discretas lo observaba, se veían muy unidos; además que se sentaron uno al lado del otro mientras sus brazos se rozaban sin discreción. Pensé que tal vez eran pareja, porque cualquier persona no es tan acaramelado con un amigo como ellos lo son entre sí. Teníamos nuestro café, yo un expreso, y Jeon bebía un caramelo machiatto. Estabamos en silencio, mientras que mis ojos miraban en la dirección de aquella posible pareja. Eran muy tiernos.