Capítulo 5: Entrenamientos distantes. (B)

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Como ya es tradición... en capítulos anteriores, Sora y Kuro lucharon contra Xhao y Bon los cuales le dieron una paliza a ambos y fueron salvados por una chica llamada Midori. Luego descubrieron que Midori y Drane ( el nieto de Rosa) se unieron al gremio, estos decidieron dejar el gremio un tiempo para entrenar. Y aquí nos encontramos, en el camino de Kuro ya que el de Sora esta en la cuenta de UtaDragneel.

En este momento Kuro se Dirige a Rotungam a conocer a Rusof un viejo amigo del padre de Nokachi (Marth), el cual es un antiguo herrero especializo en alquimia. Marth le envió a el ya que Kuro le contó lo sucedido. Kuro le pidió que le enseñase a hacer alquimia, pero el le contó que la única que sabe alquimia de su familia es Nokachi, envuelto en vergüenza y miedo le pregunto si conocía a otra persona, y el le encomendó a Rusof. ¿El porque de que Kuro quería aprender alquimia? Por ahora es desconocido, si quiera Sora lo sabe, aunque no hablemos de el, que en este cap soy yo el prota! ¡KURO!

Me dirijo a Rotungam, como dije al inicio. Esta, es una ciudad un tanto alejada, y cerca de lugares peligrosos, con deciros que me tuve que enfrentar a un conejo os lo digo todo... fue todo muy emocionante. Cuando llegue le conté todo a Rusof, el cual empatizo y dijo:

Rusof: -¿No te has dado cuenta de que también podías haber mejorado con las misiones del gremio?

Kuro:- A parte de que aun no estaban... ya tenia planeado una forma de mejorar.

Con determinación Kuro empezó a aprender alquimia básica, entre día y día Kuro empezó a conocer personas del pueblo y a llevarse bien con ellos, mas que nada porque a cambio de entrenamiento este ayudaría a Rusof en el trabajo de herrero. El pueblo carecía de gremio, pero aun así gracias a las armas mágicas de Rusof sobrevivieron al ataque de varios ángeles caídos de bajo nivel. Entre la gente del pueblo conoció a Hide, un chaval super amable el cual lo ayudo con buenos consejos. Kuro también empatizo con  Ami, la hermana de Hide. Ninguno de ellos tenia talismán ni sabia de magia, así que al ver a Kuro se impresionaron. Tras varias semanas practicando alquimia y su físico mediante trabajos de herrero, Kuro empezó a mejorar poco a poco. Y claramente Rusof lo vio, y decidió ponerle la primera prueba. Kuro debía utilizar su magia de clonación con el mejor arma que hizo el, y debía igualar su poder. Kuro estuvo día tras día, y día tras día, pero nunca lo consiguió. Igualmente el nunca se rindió, lo siguió intentando aunque Rusof ya le había dado la prueba como fallida. Tiempo después empezó a practicar su cuerpo con rocas gigantes, cascadas, etc... y con esto visualizar la esencia de la naturaleza, con la cual mejoraría su alquimia. Con el tiempo Rusof le dijo de hacer una prueba más, una nueva oportunidad. Rusof le dijo que formase su propia espada ya que no era capaz de copiar algo con el mismo poder que el original. Kuro empezó a practicar pero sin nada en mente no fue capaz de darle forma a sus pensamientos y fracaso por un tiempo, hasta que un día, mientras paseaba, se encontró una cueva. En ella descansaba el cuerpo de un ángel, Kuro recordó todo lo ocurrido en su pueblo, pero aun así reunió el coraje suficiente como para recoger algunas plumas de sus alas. Tras meses luchando con determinación lo consiguió, creo su propio arma la cual llamó Twins. Rusof quedo impactado, ya que el poder de esta era incluso  superior a su arma mas poderosa. Este se la regalo a Hide, y Ami cabreada le dijo: 

Ami: -¿Porque no yo?

y el respondió:

Kuro: -La tuya esta encima de esa mesa, no estuve entrenando durante tanto tiempo para no haber logrado nada. Claramente ya soy capaz de clonar armas a la perfección. No me quede quieto estos 6 meses. 

Tras esto se dibujaron lagrimas en los ojos de Rusof, y dijo:

Rusof: -Escucha estas palabras chico, por que nunca más las escucharas de este viejo tacaño. ¡Me alegro de haberte entrenado!

Después de estas palabras Kuro calló al suelo. el no durmió en mucho tiempo ya  que este no quería perder tiempo de entrenamiento.

Lastima que fueran las únicas palabras de alabanza de su maestro hacia Kuro, y que el no las escuchara. Aun así, Kuro quedo muy agradecido con todos, y se marcho con una gran anécdota para contar en el  gremio.

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